La economía valenciana está atrapada en un callejón sin salida, en una bicicleta estática en la cual cuanto más se esfuerza en productividad, en la atracción de inversiones y la competitividad menos avanza en el bienestar estable y la sostenibilidad ambiental. Una de las causas es un enorme traslado del de gastos en mano de obra al capital, acelerado por la automación. Otra causa fundamental es el dominio de una economía globalizada rentista que deriva sus rentas más de movimientos del capital y “el capitalismo de vigilancia” de datos personales que de la producción de bienes y servicios como hacen las grandes plataformas digitales Amazón, Airbnb, Uber, …que están en pleno auge en la Comunidad Valenciana. Es chocante que esta tendencia fatal para la estabilidad social, climática y ambiental es totalmente ignorada, o incluso alentada por ayudas masivas a la digitalización y a las infraestructuras de la globalización comercial, por las inversiones de la Generalitat Valenciana.
Casi todos los planes económicos y climáticos de la Generalitat Valenciana se basan en el “crecimiento verde” que ha sido calificado como un mito y un objetivo político contradictorio por muchos expertos. No hay ninguna evidencia empírica que apoye la existencia de una disociación absoluta, global, sustancial y suficientemente rápida entre el crecimiento económico y los deterioros ambientales. En el caso valenciano el desacoplamiento es especialmente relativo y débil por la dependencia del turismo, la agricultura intensiva y la fabricación de coches. La reducción de emisiones de CO2 valencianas que puede ocurrir localmente no son lo suficientemente rápidas para compensar los aumentos globales de las emisiones a través de consumo valenciano de productos y materiales importados que no se contabalizan en los cómputos oficiales. Hay varias razones por las que la disociación es extremadamente improbable que suceda en el futuro. Estos incluyen el aumento del gasto energético y material relacionado con la electrificación, los efectos rebote donde mejoras en la eficiencia aumentan la demanda de todo tipo de productos y el potencial muy limitado de reciclar/re-utilizar de forma viable grandes proporciones de nuestros desechos que cada vez son más complejos. Esta observación ha sido confirmada por algunas de las propias instituciones de la UE. Por ejemplo, la Agencia Europea de Medio Ambiente concluyó recientemente que: “Europa no logrará su visión de sostenibilidad de 'vivir bien, dentro de los límites de nuestro planeta' simplemente promoviendo el crecimiento económico y tratando de gestionar los efectos secundarios dañinos con herramientas de política ambiental y social.” Precisamente la política valenciana se orienta casi exclusivamente a actuaciones ambientales "final de la tubería" y ajustes tecnológicos sin plantear la reducción sustancial de los volúmenes totales de flujos de materiales y energía en su economía. Así el impacto del rápido deterioro ambiental se hace sentir cada vez más fuerte en la economía valenciana y en la merma del bienestar social. La crisis de COVID-19 es solo la última de una serie de crisis relacionadas con el medio ambiente en las últimas décadas.
Algunas medidas políticas para un modelo económico valenciano sostenible para garantizar el bienestar social dentro de los límites naturales.
1. Semana laboral más corta: Ahorraría muchas emisiones contaminantes, crearía puestos de trabajo y aumentaría el tiempo para muchas actividades de cuidados, la cultura y el compromiso comunitario. El Director General de Empleo de la Generalitat Enric Nomdedeu ha iniciado un programa piloto al respecto a favor de la semana laboral de 32 horas. Trabajando menos se suele consumir menos materialmente, se utiliza menos el coche y se dedica más tiempo a los cuidados. En sentido contrario la prolongación progresiva de la edad de jubilación, lo que está planteando el Gobierno, empeora la situación de entrada de jóvenes al mercado laboral y crea más desigualdad.
2. Un Plan Valenciano de reconversión del sector turístico: el decrecimiento organizado de la actividad turística. Igual como se está planificando en ciudades como Amsterdam hay que organizarse para mucho menos turismo extranjero. Amsterdam ha decidido reducir el número de visitantes de 2o millones a menos de 12 millones en los próximos 5 años. Hay que reconvertir miles de apartamentos turísticos en viviendas para residentes y estudiantes mediante un marco fiscal y urbanísitico. Hay que consolidar la tendencia durante la pandemia de turismo cercano valenciano con un híncapie en el turismo rural, el activo y el cultural.
3. Las instituciones públicas valencianas han de predicar con el ejemplo. Hasta ahora no lo han hecho: Hay un sinfín de acciones sostenibles que pueden emprender las instituciones públicas como escuelas, universidades, parques, instalaciones deportivas hospitales, ayuntamientos, diputaciones, consejerías, centros de salud, entre otras. Deben quitar sus fondos de todas las entidades bancarias y financieras que tienen inversiones en los combustibles fósiles o en empresas con actividades insostenibles en alguna parte del mundo. Pueden eliminar miles de plazas de aparcamiento gratuito que hay para funcionarios y estudiantes para mejorar la calidad del aire. Pueden prohibir la venta y consumo de recipientes de plástico de un solo uso como botellas en todas las propiedades públicas. Pueden poner muchas condiciones ecológicas sobre todas las contratas y compras públicas. Pueden eliminar el uso de productos nocivos de limpieza y de mantenimiento en todos sus edificios. Pueden instalar energías renovables todos sus edificios y servir productos ecológicos locales en sus cantinas y compras. Pueden construir todos los edificios públicos con materiales de bioconstrucción.
4. De la propiedad al uso duradero: Adios al usar y tirar y bienvenido el derecho a la reparación. Producción para la durabilidad y la reparación. Casi todo el reciclaje es un fraude y debe ser el último recurso frente a la reducción del consumo y la re-utilización. Hay que instaurar medidas fiscales, ayudas y regulaciones para el ahorro de nuevos materiales de todo tipo mediante unos diseños para durar, mejorar y re-utilizar. Por ejemplo, actualmente las tasas se reutilización de materiales de construcción in situ son bajísimas cuando otros países alcanzan 4 o 5 veces más. Las garantías de todos los productos deben ser muchas veces más largas con compromisos legales para la reparación, puesto al día de los avances tecnológicos y la re-utlización en otros aparatos cuando se acaba su vida útil. Habrá ventajas fiscales y IVA cero para la reparación y los productos artesanos. Esto seria un gran yacimiento de empleo en actividades mano de obra intensivas. Se acabaría con gran parte de la publicidad que incita al sobre-consumo biocida y alienante. Falta un plan valenciano para facilitar compartir en cada edificio electrodomésticos como lavadoras, secadoras, calefacción, congeladores, herramientas, coches, cocinas… Por ejemplo, la fábrica Ford debe producir coches eléctricos muy duraderos, obviamente con capacidad de upgrade y orientar el resto de su actividad a la reparación y a piezas de repuesto. Con coches compartidos como Valenbici se podria reducir a la mitad o a una cuarta parte el número de coches particulares circulando. Al mismo tiempo hay que modificar la ley valenciana de edificación para eliminar la obligación de aparcamientos subterraneos.
4. Inversiones públicas para el transporte público en lugar que para el coche, el camión y los buques. La Generalitat debe exigir al Estado abandonar los proyectos de ampliación del A-7, V-30, V-31 y otras ampliaciones y desdoblamientos de autovías y carreteras. Que la inversión vaya a mejorar servicio de cercanías y el transporte público, sobretodo en las áreas metropolitanas de València y Alicante. Hay que obligar y fomentar un reparto de mercancías compartida y por medios sostenibles por regulaciones, fiscalizados y tasas. Hay que trasladar el transporte de mercancias al tren. Hay que aumentar la frecuencia y calidad del transporte público y dar mucho más espacio a peatones y ciclistas. Hay que cortar radicalmente con planes urbanísticos y comerciales expansivos sobre el territorio. Hay que adoptar un plan para hacer decrecer el uso del coches, camiones y furgonetas particulares en 40% antes del 2030. La mayoría de los vehículos que sí circulan deben ser eléctricos y compartidos antes del 2030. La Generalitat debe gestionar unos peajes urbanos para las zonas metropolitanas como Valencia, Castelllón, Alicante y Elx cuya recaudación iría al transporte público.
5. Servicios universales básicos: Hay que garantizar los servicios de internet, educación, agua, cultura, deporte, transporte público vivienda, alimentos, sanidad,….serán abundantes y muy asequibles lo que permite repartir el trabajo existente con horarios laborales mucho más cortos y salarios suficientes. No se debe volver a cortar la luz y el gas a las personas menos pudientes como ahora vuelve a permitir el Gobierno.
6. Agricultura regenerativa dentro los límites. Fomentar con medidas fiscales y estructurales el consumo y venta directa de productos locales y ecológicos. Condicionar todas las ayudas públicas a la producción más ecológica, cercana y nutritiva. Redimensionar y diversificar las cosechas de monocultivos intensivos en insumos orientados a la exportación. Proteger radicalmente las tierras fértiles pero-urbanas, Reservar el 10% de cada explotación agrícola para la biodiversidad. Reducir en 50% del uso de pesticidas y herbicidas. Reducir en 50% el número de municipios valencianos afectados por la contaminación de los acuíferos por nitratos mediante la reducción en 50% del uso de fertilizantes de nitratos. Adoptar un plan de agricultura regenerativa con cobertura vegetal para mejorar la salud del suelo, aumentar la capacidad para absorber y retener agua, y adaptarse a las lluvias intensas y la sequía para ocupar el 30% del terreno agrícola valenciana antes del 2030. Reducir en 30% el consumo de agua en la agricultura mediante cambios sostenibles de producción agraria y el aumento de cobertura vegetal y biodiversidad en zonas agrícolas márgenes de campos y diseños para evitar erosión. Adoptar un plan para reducir la producción y consumo de carne en 50% antes del 2030.
7. Por una digitalización justa y ecologíca. Invertir millones de fondos europeos en las infraestructuras de 5G seria un gran error por razones ecológicos, económicos y laborales y de derechos democráticos. https://www.eldiario.es/ultima-llamada/luchar-doctrina-shock-digital-paralizacion-planes-5g_132_6111664.html Las administracioes valencianas deben contratar servicios de telefonía locales como guifinet, fomentar la gestión de datos sin comercializar con soberania local y una protección de datos estricta. La Generalitat Valenciana debe imponer estrictas condiciones para que las inversiones en la digitialización favorecen el acceso universal pero que no sean aprovechadas por las plataformas digitales globales como Amazon, Uber, Airbnb y otras que destrozan el tejido comercial local y el medio ambiente.
8. Energía distribuida, descentralizada y democrática con un objetivo de reducción del consumo de energía primaria de 50% en el 2030 contando la energía acumulada en los productos de consumo. La inversión de la gran mayoría de las inversiones públicas debe ser en cooperativas energéticas, micro-redes eléctricas para prosumidores, con energía solar integrada arquitectónicamente en lugar de grandes huertos solares y parques eólicos solo en lugares sin daño a la biodiversidad como en zonas Natura 2000. Se debe abandonar en los planes energéticos y climáticos valencianos el apoyo a proyectos de gas y de hidrógeno.
9. Menos Residuos: Tiene que acabar el actual fracaso de la gestión valenciana de residuos, orientada casi exclusivamente al reciclaje dudoso al final de la tubería, que vierte a vertederos más del 60% de los residuos, muy lejos de máximo de 35% de la ley estatal para el 2022. Los niveles de re-utilización de materiales y productos de todo tipo es muy bajo y no hay medidas ni objetivos claros. La reducción de la generación de residuos en origen brilla por su ausencia. Los vertidos tóxicos de la agricultura y ganadería de nitratos y agrotóxicos al agua sigue contaminando centenares de acuíferos y ríos sin que haya un estrategia ni objetivos concretos de reducción. Sigue disparada la generación de residuos de plásticos, bricks y de residuos electrónicos sin que haya medidas fiscales y regulaciones para atajarla y reducirla.
10: Un urbanismo en paz con el planeta: La Generalitat debe establecer una normativa de permeabilidad del suelo de 50% para suelo urbanizable público y privado. El sector de la construcción debe orientar la gran mayoría de sus obras a la rehabilitación con criterios bioclimáticos, de bioconstrucción y la re-utilización máximo de materiales. Hay que establecer objetivos concretos para reducción de la producción y consumo de cemento, hormigón, asfalto, aluminio y otros materiales cuyos ciclos de vida son muy contaminantes. Se debe adoptar planes de des-urbanización de suelos urbanos, educativos y industriales. Hay que abandonar muchos proyectos de grandes urbanizaciones y establecer un marco valenciano mucho mas estricto para la proteccón de las huertas periurbanas. Hay que restringir radicalmetne mediante un plan territorial la minería de áridos en la Serranía y otros lugares.