Estas son las proclamadas credenciales ecologistas de IU:
SÍ a las corridas de toros y SÍ al contaminante carbón.
A pesar de sus proclamas supuestamente "ecologistas", la política real de Izquierda Unida está a años luz de tener una mínima coherenca "verde". Frente a estas dos problemáticas tan significativas para el futuro de nuestras sociedades: la política energética y el bienestar animal, Izquierda Unida lo tiene claro: se une al consenso "anti-verde" junto al PSOE y al PP.
Los líderes de IU: Cayo Lara y Gaspar Llamazares, se han situado en la misma linea que el PP y el PSOE al rechazar la posibilidad de prohibición de las corridas en el resto de España. La única diferencia con el PP es que IU afirma "respetar" la histórica decisión adoptada por el Parlament de Catalunya.
Gaspar LLamazares, el portavoz de IU en el Congreso de Diputados, ha declarado en la radio Onda Cero, que aunque no es partidario de las corridas de toros, tampoco llevaría a cabo "una decisión drástica en esta materia". Resulta curioso ver que considera "drástica" la abolición de la medieval práctica de dar cruel tortura y muerte pública a un noble animal acorralado y en nombre de la fiesta, la tradición y la cultura. Por cierto, una prohibiición apoyada por un tercio de los españoles según algunos sondeos, de entre más de 60% de la ciudadanía española que afirma que no le gustan los toros. Esto no es una novedad, LLamazares ya dijo a la opinión pública en el año 2006 que considerar cualquier medida legal contra las corridas de toros sería incorporar a la legislación "prejuicios anglosajones"
Todo el movimiento ecologista y verde español, y también el europeo, ha apoyado con entusiasmo la extensión a todo el Estado Español de la prohibición catalana. IU, en cambio, prefiere mantenerse junto al PP y al PSOE dentro del "nacional consenso taurino". ¿En donde se encuentra IU ante el creciente debate social sobre la necesidad de ampliar los derechos animales si ni siquiera puede posicionarse en contra de las ignominiosas corridas de toros?
Pero donde IU está realmente puesta en pie de guerra es en la defensa de la contaminante minería del carbón en España. Esta economía que solo puede mantenerse si es reflotada año tras año con gigantescas subvenciones a los empresarios mineros, se encuentra en vías de extinción. Si sigue creciendo la producción eléctrica de fuentes renovables, y si se empieza secar definitivamente el caudaloso río de dineros públicos que recibe (más de 85 mil euros por cada minero), los días del sucio carbón están contados. El mismo Cayo Lara se reunió ayer con el Ministro de Industria para exigir la aprobación de nuevas ayudas masivas para la extracción y quema del carbón en las centrales térmicas, debido a que actualmente estas subvenciones se encuentran paralizadas en Bruselas por motivos ambientales y de libre competencia europea en el mercado eléctrico. IU se enfrenta así a las decisiones adoptadas por la Comisión Europea, que ha propuesto que todas las ayudas estatales al carbón se terminen antes del 2014. Esta iniciativa acordada por la reunión de Comisarios europeos ha sido radicalmente rechazada por IU. Mientras los Comisarios de Medio Ambiente y de Cambio Climático de la Unión Europea se oponen tajantemente a estas ayudas al carbón, todos los máximos líderes de Izquierda Unida van a la contra de estas medidas europeas (¡incluido hasta el mismo responsable federal de medio ambiente!) y están despegando toda una campaña en la que muestran su anacrónica e iracunda apuesta por el destructivo carbón.
Conviene decirlo bien claro para saber quien es quien: IU está luchando con uñas y dientes en todas las instituciones españolas y europeas a favor de la fuente de energía más contaminante y la que más contribuye a las emisiones de CO2. Además, especialmente la minería de carbón a cielo abierto es responsable de la terrible destrucción de ecosistemas locales y montañas llenas de biodiversidad, como son las de Laciana en León, ambientalmente protegidas por las mismas leyes europeas. En la otra orilla de esta insensibilidad ambiental están Greenpeace, WWF y Ecologistas en Acción, que para avanzar en rehacer las paces con nuestro planeta tan dañado, se oponen totalmente a la continuación de ayudas públicas al carbón.
Esto es una muestra más de las muchas en las que se aprecia que IU miente y engaña a la ciudadanía cuando afirma que también representa al votante ecologista en España. Se burla de los electores añadiendo en sus campañas de imagen las señas de identidad ecologista.
Ya es hora de que emerja una fuerza política capaz de dar a los nuevos derechos ambientales el protagonismo y la prioridad que se merecen, y que la sociedad necesita con urgencia. Son ya muchos los votantes con preocupación verde que buscan un referente político y una alternativa política coherente y honesta como ya existe en otros países europeos.
DAVID HAMMERSTEIN