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BÚSqueda

Los Verdes

31 juillet 2015 5 31 /07 /juillet /2015 11:39
 No habrá cambio político sin justicia climática

 

 

Aunque durante este verano está pegando fuerte un sol de justicia, lo tristemente cierto es que la justicia climática no parece ser una prioridad central del cambio político que se da con los nuevos gobiernos autonómicos y municipales. Puesto que ningún líder político concede prioridad ni discurso público al temible cambio climático, ocurre que solo una pequeña parte de la ciudadanía llega a entender las graves dimensiones civilizatorias implicadas en el problema. Esta reiterada indiferencia política hacia lo que es un problema conjunto de supervivencia, absolutamente nuevo y sin precedentes históricos, carece de agenda y programa responsable a puertas de celebrarse una Cumbre Mundial decisiva sobre el futuro del clima, este próximo otoño en Paris. En el caso español, este atronador silencio político oculta además el trágico y parádojico hecho de que en España, solo en el 2015 han aumentado en mucho las emsiones de CO2 y de otros contaminantes nocivos para el clima, principalmente por la nefasta política energética del gobierno, que ha venido subvencionando y favoreciendo la quema del carbón y la alta participación de combustibles fósiles en el mix energético español.

 

Este silencio climático político ha de romperse cuanto antes si queremos afrontar con cierta eficacia algunas de las consecuencias sociales y ecológicas más dantescas del cambio climático. El presente y futuro anunciado por los mejores datos científicos respecto a la crónica escasez y esquilmación de los bienes ambientales más básicos, no puede seguir dejándose en manos del mercado y el afán de lucro mercantil que lo mueve. Bien anacrónico, insolidario y despilfarrador resulta ser el consenso político practicado, tanto por las izquierdas y derechas políticas, ancladas como están en el dogma de dar prioridad al crecimiento de la economía física en un planeta finito. Lo que es todo un sueño imposible de realizarse en último término, ya que solo puede darse durante un breve lapso de tiempo y a costa de degradar irreparablemente muchas de las capacidades y metabolismos bioregenerativos básicos de la biosfera, que además sustentan la supervivencia humana. Ya no sirven los indicadores reduccionistas de este economicismo ecológicamente y socialmente suicida, que oculta sistemáticamente de sus cómputos los enormes daños ambientales generados por las políticas de crecimiento.

 

El cambio climático constituye una emergencia socio-ecológica local y global que exige unas respuestas políticas de una gran envergadura, acordes con la grave situación en la que estamos colectivamente atrapados. Las excusas para externalizar la responsabilidad del problema son muy diversas, aunque no es es cierto que la tragedia climática deba ser afrontada solo por otros, como puede ser el Gobierno, la Unión Europea, la ONU, las multinacionales, los técnicos y expertos, los ciudadanos individuales ... Contrariamente a la idea de que hay que priorizar primero las “necesidades sociales” y aplazar la lucha contra el cambio climático, lo cierto es que los posibles avances en bienestar y justicia social en el presente, tanto aquí como en otros lugares globalmente alejados, están intimamente relacionados con unos profundos cambios en las políticas climáticas. Solo serán posibles las mejoras conjuntas en bienestar y vida buena si se hacen rápidos giros en las formas en que producimos, consumimos y nos comunicamos, algo que implica cambios profundos en las políticas de nuestras ciudades, autonomías y nacionalidades. Los llamados “servicios públicos de calidad” que a menudo defendemos con ardor solo serán posibles si se acompañan de “calidad climática” en muchos ámbitos de intervención política, como son el energético, transportes, vivienda, industria, educación, sanitadad, consumo, agricultura, alimentación... Precisamente los cambios guiados por la “suficiencia ecológica” frente a la abundancia sin límites y el despilfarro, son los que a la vez permitirían mayores cuotas de justicia en el reparto Norte-Sur y también menores desigualdades aquí.

 

La razón última es que en un planeta con recursos fisicos finitos y cada vez más degradados por la acción entrópica de origen humano, el imperativo del crecimiento de la tarta de la economía física como previo paso para conseguir un reparto más equitativo y mayor bienestar conjunto, es sencillamente una quimera peligrosa. En un planeta finito en materiales solo será posible reducir la pobreza y miseria mediante el alivio concomitante de la riqueza en sociedades sobredesarrolladas y sobreconsumidoras como la nuestra. Por ejemplo, acabar con la pobreza energética que sufren muchas personas y familias requeriría aliviar a la vez la irracional y alegre riqueza del sobreconsumo energético que nos rodea.

 

Además de ser una responsabilidad ética fundamental el concebir el clima como un bien común imprescindible del que dependen las sociedades sociedades humanas y el resto de la biodiversidad, las políticas climáticas pueden ser también el eje vertebrador del cambio social. Constituyen una oportunidad histórica de transformar el caduco modelo productivo heredado del crecimiento por el crecimiento para favorecer el bienestar conjunto y unos estilos de vida más justos, participativos y descentralizados, al tiempo que compatibles con la preservación y reparación ecológica de nuestra casa planetaria común y maltrecha. Lejos de ser un lujo para futuros tiempos de bonanza económica, las políticas climáticas, muchas de las cuales no cuestan nada o exigen poca inversión económica, habrían de marcar el camino contra la actual crisis económica y sus injustas consecuencias sociales.

 

Nada de esto sucederá si seguimos con las tímidas y débiles iniciativas en favor de la eficiencia o ahorro ambiental, las que se han implantado hasta ahora. Solo constituyen unas gotas en el mar las pequeñas y aisladas iniciativas de eficiencia o ahorro energético, como son las medidas de cambiar las bombillas del alumbrado, reducir la velocidad de circulación del tráfico o el instalar unas pocas placas solares en edificios públicos. A pesar de constituir avances positivos, están todavía a años luz de las medidas estructurales y transversales de choque que el cambio climático reclama.

 

Nos enfrentamos a un dilema de opciones, en el que hay que elegir entre el creciente desorden catastrófico causado por el cambio climático o el “lo cambio todo”. A la vista está el fracaso rotundo de las políticas sectoriales del “medio ambiente”, con resultados medibles y evaluables. Ya es tarde y no valen las embrionarias políticas climáticas encerradas en el “gueto ambiental”, bien acotado, marginal y alejado de las prioridades políticas económicas y sociales del crecimiento en el contexto histórico en el que estamos. Lo que está en juego es el cambio de nuestros hábitos prácticos individuales y colectivos de despilfarro y sobreconsumo. Desgraciadamente, tampoco hay tiempo por delante para solo confiar en un aprendizaje cultural y el cambio de mentalidades, ya que el cambio cultural y educativo es muy lento y apenas puede ser programable ni controlable. Además, la desestabilización climática y sus múltiples aterradoras repercusiones en los ecosistemas, son ya muy visibles y más intensas y aceleradas de lo que se creía, según confirman las últimas previsiones de las comunidades científicas mejor informadas. Esta condición temporal reduce las posibilidades que tenemos para hacer los giros necesarios, el tiempo se acorta más y más. En consecuencia, se hacen más imprescindibles las decisiones políticas valientes y los cambios estructurales aquí y ahora, acordes con la altura del enorme reto climático. Se trata de prevernir lo peor y adaptarnos en lo posible a lo que nos viene encima sin remedio.

 

Los nuevos equipos políticos formados en los ayuntamientos y las autonomías tienen una clara responsabilidad por delante: salir cuanto antes de las declaraciones de principios retóricos en torno a la preocupación por el cambio climático. Han de establecer unos objetivos ambiciosos y vinculantes de reducción de CO2, pública y objetivamente evaluables. Las metas realizables como mínimo han de estar entre un 25% y 35% de reducciones para el año 2020 y en comparación con el año 2005. Han de estar respaldados por planes concretos en todos y cada uno de los ámbitos de gestión, afectando a instituciones públicas y privadas. Las políticas de suficiencia contra las del despilfarro se hacen necesarias y en lo esencial significan hacer mucho más con mucho menos. Por ejemplo, un objetivo deseable para el 2020, como es el de reducir el tráfico rodado al menos un 30% en los cascos urbanos, puede conseguirse mediante la peatonalización y grandes restricciones al espacio cedido a los coches privados, mediante peajes urbanos y tasas de circulación y aparcamiento de carácter estrictamente finalista (cuando los recursos así conseguidos se dedican a la mejora y ampliación del transporte público y de los específicos daños ambientales generados).

 

Son posibles y deseables los pactos con instituciones de todo tipo, como pueden ser las universidades, el comercio, las empresas, los sindicatos, para la adopción de compromisos concretos en la necesaria reducción del uso del coche, del consumo de energía, de agua y de muchos productos contaminantes generados a lo largo de todo el ciclo de sus actividades. Es urgente y realizable la reducción drástica y ejemplarizante de la dependencia pública y privada de la electricidad producida con combustibles fósiles. Además, los ayuntamientos y gobiernos autonómicos deben apuntarse al creciente movimiento internacional en favor de la desinversión financiera en los fondos y bancos que invierten en las empresas de los combustibles fósiles. Pueden ser muchas y muy innovadoras las políticas de justicia climática, como por ejemplo son la instauración de tasas turísticas finalistas dedicadas a proyectos climáticos, la creación de ventajas fiscales para la rehabilitación ecológica de edificios, los diseños bioclimáticos en instalaciones de todo tipo, los techos verdes y huertos urbanos, unos estrictos criterios de planificación urbana que pongan freno a la noria de la expansión urbanizadora, la conservación y el aumento de la permeabilidad del suelo mediante nuevas normativas urbanísticas y de los espacios verdes en los cascos urbanos. Existen muchas medidas más que pueden ser objetivables con indicadores y cuantificables, que mediante compromisos concretos entren en los campos de la reforestación integral,  agricultura regenerativa que conserva la fertilidad del suelo evitando la erosión y la pérdida de agua del modelo intensivo, la producción y el consumo ecológicos,  el "acceso abierto" al  conocimiento y a las tecnologías climáticas, o como son otras diversas iniciativas sociales de la economía participativa del bien común.

 

Si se apuesta por un claro compromiso con la dura realidad del cambio climático, para facilitar el camino hacia la justicia climática los nuevos mandatarios municipales y autonómicos se verán obligados a tomar decisiones políticas difíciles y conflictivas. Se hace necesario el debate público y social para movilizar un amplio respaldo ciudadano. Para empezar habría que romper el silencio y la censura mediática instaurada sobre este problema civilizatorio que nos afecta a tod@s, humanos y no humanos, nacidos y nuevas generaciones que heredarán las consecuencias de nuestras acciones en el presente.

El cambio político será climático o simplemente no será.

 

 

David Hammerstein, commonsnetwork.eu

 

 

 

 

 

 

 

 No habrá cambio político sin justicia climática
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28 juin 2015 7 28 /06 /juin /2015 21:53
El crecimiento demográfico y el cambio climático

 
Una importante laguna de la magnífica encíclica ecologista del Papa "Laudato Si" sobre el reto civilizatorio del cambio climático es mantener su tradicional posición contra el control de la natalidad y la falta de análisis sobre la relación existente entre la explosión demográfica humana y la crisis ecológica global en la que estamos inmersos.

La actual expansión demográfica constituye una enfermedad planetaria grave. En ciertos aspectos los seres humanos se comportan como un organismo patógeno, como células de un tumor o neoplasma que se expanden invadiendo y eliminando a su paso espacios naturales, especies y trama de vida diversa. La población humana ha crecido mucho y al tiempo también lo han hecho las molestias causadas a la biosfera. La especie humana es muy numerosa en la actualidad y sigue creciendo en número, las cifras de cerca de 8.000 millones de humanos en un planeta cerrado en materiales  constituye una buena causa de la desolación que padece la Tierra y es toda una pesadilla para los mecanismos biológicos autoreguladores del planeta. La sobrecarga humana hace menos habitable la Tierra y acorta drásticamente nuestras oportunidades de futuro y las del resto de la biodiversidad, incrementando las tendencias autodestructivas que a su vez acarrearán la consecuencia de cortar en seco la expansión demográfica.

La condición humana en el planeta es la de una plaga. La evolución biológica de una plaga solo puede tener cuatro escenarios posibles: la destrucción de los organismos invasores, en este caso los humanos; la infección crónica; las destrucción del huesped o de biosfera; y la relación de simbiosis y beneficio mutuo, complementario y duradero entre el huesped y el invasor. Ante estos posibles caminos de futuro, pensadores como el reconocido J. Lovelock, que contempla la Tierra como un sistema autoregulado que surge de la totalidad de los organismos que la componen, las rocas, los océanos y la atmósfera, estrechamente unidos creando un sistema que evoluciona, ha señalado que como la naturaleza es más vieja y más fuerte, el último escenario de simbiosis es el menos probable, y los escenarios más realistas son el primero y el tercero: el de la destrucción de los humanos y la biosfera de la Tierra. Aunque no podemos saber con certeza y precisión el avance y la escala destructiva puesta en marcha en un sistema complejo autoorganizador como es la Tierra, en el que es imposible predecir con exactitud ni siquiera el futuro más inmediato, lo más probable es que ya estén cambiando irreversiblemente muchas condiciones naturales de vida para buena parte de la humanidad y del restos de seres vivos.

Las conexiones causales entre el crecimiento demográfico y las destrucciones ecológicas no solo son ignoradas por los líderes católicos sino que también suele ser obviadas por las percepciones de las izquierdas de todo tinte y color. Cuando se trata de control de natalidad, la izquierda suelen llevar puestas las anteojeras del lenguaje exclusivo de los derechos individuales liberales en desconexión de los imperativos colectivos introducidos por las realidades biológicas y ecosistémicas que nos constituyen. La sensata opción por la supervivencia mediante el aprendizaje por antelación y el ejercicio del principio de precaución es una respuesta posible para afrontar el terrible dilema civilizatorio en el que estamos. Convenría tomar en consideración la necesaria reducción de la cantidad de gente y muchas de sus derrochadoras formas de consumo de recursos ambientales para hacer posible que el planeta, cada vez más frágil y esquilmado, pueda mantener sus ciclos regenerativos y satisfacer las necesidades humanas más básicas sin colapsarse. Esta oportunidad de futuro ha de implicar necesariamente cambios radicales en favor de un decrecimiento de la escala física de las sociedades humanas y sus economías, pero la ceguera "progresista", anclada como está en la religión tecno-optimista del crecimiento, está incapacitada para afrontar interrogantes prácticos tan centrales, como es el preguntarse si la carga demográfica en aumento tiene alguna relación destacable con las consecuencias de daños y destrucción ecológica colosal, acelerada y sin control.

Debería ser ya bastante claro que los metabolismos biogenerativos y la capacidad de carga humana de la biosfera decaen a medida que aumenta el número y la presión humana, se reducen, se deterioran y se extinguen los bienes y servicios ambientales del delicado tejido vital de la Tierra. Los recursos ambientales de todo tipo están menguando aceleradamente, en muchos territorios concretos y delimitados y en el conjunto del planeta cada vez más maltrecho. La presión humana sobre la Tierra está translimitada y este rebasamiento tiene su causa principal en una cantidad de población humana sobredimensionada y en aumento junto a las crecientes demandas de recursos materiales de la misma, a pesar de las fuertes desigualdades existentes en cuanto a la huella ambientalmente destructiva, lo que conduce en su conjunto al deterioro a menudo irreversible de sus fuentes y su productividad. Esta realidad amenaza gravemente las abundantes provisiones materiales necesarias para mantener nuestras actuales formas de sobredesarrollo y nuestros estilos de vida de sobreconsumo y derroche, en el presente y futuro inmediato, y para la mayoría de sus habitantes. Se trata de una problemática socioecológica que emerje por el creciente desajuste existente entre el aumento poblacional y el deterioro de los recursos ambientales disponibles.

Es más que evidente que con la actual población mundial de más de 7 mil millones de humanos (y sin plantear llegar a la locura de los 11 mil millones como hacen algunos expertos de la ONU!), es ya muy peligrosa la presión antropogénica sobre suelos fértiles, aguas, aire, ecosistemas, biodiversidad y clima, lo que crea unas condiciones cada vez más irreversibles y difíciles para hacer viable una habitabilidad humana mínimamente cómoda y dotada de bienestar para la mayoría. El crecimiento demográfico retroalimenta otras presiones que padece el descarrilamiento ecológico del planeta, como son el creciente consumo global de recursos ambientales escasos y no renovables, los estilos de vida derrochadores y las ignominiosas desigualdades en el consumo y reparto de recursos ambientales ente las sociedades pobres y las sociedades sobredesarrolladas del Norte. Como saldo global, pierde y se degrada más el planeta, y con ello también las sociedades humanas por la creciente pérdida de bienes y servicios ambientales de habitabilidad planetaria. Este temible desajuste entre gente y recursos ambientales acaba convirtiéndose en uno de los principales factores que desatan  antagonismos sociales agudos,  guerras, migraciones, miseria, enfermedad y desigualdad.

No parece lógico ni aconsejable desde una mínima moral práctica el anteponer los derechos individuales al control de la natalidad, algo que contribuye al avance del colapso ecológico colectivo en curso causado por el número y sobrepeso de nuestras demandas a un planeta exhausto. Mucho mejor sería la opción por el "decrecimiento relativamente próspero y consciente" de la escala física de nuestras sociedades humanas, reduciendo población y reduciendo también los demás factores de degradación ecológica, como son la tecnología, el consumo y las desigualdades. La valiosa opción por la supervivencia ecológica obliga a una imperiosa regulación y freno del crecimiento demográfico, algo que no debe ser desatendido en nombre de la defensa extrema de los derechos individuales y exclusivamente humanos. Pueden idearse formas de reducción demográfica no autoritarias y relativamente amables con los derechos individuales. Tampoco conviene seguir confiando en la hegeliana naturalización de la historia humana vista como etapas escalonadas a subir para eliminar así el problema demográfico evacuándolo en un futuro idealizado e incierto. Estos mitos liberales y socialdemócratas desplazan la responsabilidad demográfica a un futuro en el que finalmente se aliviaría el exceso de la carga humana en el planeta bajo la condición previa de haber alcanzado primero la fase de más "modernización y desarrollo", es decir, paradójicamente los mismos medicamentos que enferman por aumentar la presión extractivista y destructiva sobre la biosfera y reducir a su vez su bioproductividad y la capacidad de carga humana de la misma. Desde este futuro distópico se fantasea que la medicina de la modernización y el desarrollo será lo que hará posible la entrada masiva de las mujeres en el mundo laboral remunerado y con ello la reducción voluntaria y libre de las tasas de natalidad y el número de hijos.

A causa de la mala noticia del rápido avance del cambio climático y el deterioro acelerado de los ecosistemas que dan soporte a nuestras sociedades, es muy dudoso que tengamos suficiente tiempo por delante para comprobar los errores de la moderna religión del crecimiento sin límites físicos en su versión demográfica. Las injustas y sangrantes desigualdades en el reparto de recursos en el presente no han de servir de coartada para subestimar la trágica realidad neomalthusiana existente: el desajuste creciente entre los recursos ambientales finitos y cada vez más degradados y la expansión demográfica.

Mara Cabrejas y David Hammerstein

 

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20 juin 2015 6 20 /06 /juin /2015 12:27
  Podemos debe elegir entre el carbón o la justicia climática

La prueba del algodón de la defensa climática es el carbón y parece que Podemos está a punto de suspender el examen. Dejar el combustible fósil más contaminante en el suelo o seguir quemándolo es una cuestión fundamental y urgente para el presente y futuro del planeta. Otra pregunta muy relevante es si el dinero público de la ciudadanía debe subvencionar la destrucción de la habitabilidad de los ecosistemas básicos que dan soporte a nuestras sociedades. Las recientes declaraciones de los líderes autonómicos de Podemos de Castilla y León y de Asturias a favor de los subsidios públicos para garantizar la viabilidad económica de la minería de carbón mediante la concesión de incentivos económicos a las centrales térmicas que compran carbón español  dejan bastante claro que el morado de Podemos puede quedar muy manchado del negro del carbón. Con una apuesta política innecesaria, destructiva y cara a favor de la continuación del carbón, Podemos abandona en el presente cualquier mínimo compromiso ecológico y ético frente a uno de los desafíos sociales globales más graves.

 

En concreto el nuevo Decreto Real a favor del "carbón nacional" apoyado por Podemos significará  90.000 euros (aumentado del 72.000 euros/megawatio anterior) de dinero público de Gobierno Central entregado a una central térmica por cada megawatio de carbón quemado en una central térmica. Así las térmicas adquieren un compromiso de compra anual de 5.6 millones toneladas de "carbón nacional" frente a los 3.8 millones de toneladas anuales actuales.  Sería más de 405 de millones de euros de fondos públicos en total.No hay una estimación del impacto del nuevo Decreto sobre el crecimiento de las emisiones contaminantes ni sobre la salud humana ni sobre los ecosistemas circundantes. Y esto sin contar el impacto de todo el ciclo de extracción, lavado y transporte del carbón, sean de las minas de interior o de las terriblemente destructivas minas a cielo abierto.

 

Según la Radiografía social del medio ambiente en España de Greenpeace "las emisiones de las centrales térmicas de carbón son un enemigo en la lucha para el cambio climático, pero, además, sus efectos también son un riesgo para la salud, pues esas emisiones llegan a pulmones y circuito sanguíneo, provocan asma, enfermedades cardio-respiratorias, cáncer y hasta la muerte". Estas térmicas han provocado al menos 535 muertes prematuras, 120.000 horas laborables perdidas y 5.800 años de vida perdidos.

 

Es muy preocupante que los eurodiputados actuales de Podemos en Bruselas puedan apoyar una extensión del tope legal comunitario de 2018 para finalizar las ayudas al carbón Decisión 2010/787/UE del Consejo (ya tenían que haber terminado las subvenciones en el 2010 pero la presión asfixiante del lobby del carbón consiguió una prorroga). Según las declaraciones de algunos de sus líderes autonómicos los futuros diputados de Podemos en el Congreso de Diputados también apoyarán a la quema del carbón.

 

Apostar por el carbón es una postura que más bien responde a los postulados de una vieja izquierda anacrónica y “extractivista” (como apunta Naomi Klein en su reciente libro). Además, refleja una gran insensibilidad social y ecológica ante los cambios ecológicos necesarios en Europa para cumplir con las demandas de justicia ambiental que plantearán los países del Sur en la cumbre climática de la ONU en Paris el próximo diciembre.

 

La posición de Podemos a favor de la quema del carbón se basa en unos mitos y unas falsedades que no tiene base en los hechos.

 

Por ejemplo, el líder de Podemos Asturias Emilio León afirma: “Mientras el carbón sea necesario, apostaremos por el carbón autóctono”.

 

Ni el carbón es necesario ni debemos elegir entre el carbón autóctono y el importado. Existe una gran sobrecapacidad de generación eléctrica en España con fuentes mucho menos contaminantes que el carbón, incluso excluyendo la fuente nuclear, y las futuras demandas eléctricas pueden ser satisfechas por el crecimiento de las renovables, el ahorro y por la eficiencia energética.

 

El carbón “autóctono” o “nacional” subvencionado generalmente no sustituye al carbón importado sino aumenta radicalmente el porcentaje de carbón en la mezcla energética española y en consecuencia las emisiones contaminantes. Cuando en marzo de 2010 todavía no existía el Real Decreto que subvenciona la quema del carbón “nacional” había bajado la participación del carbón en el “mix eléctrico” al solo 3.8% del total. Un año después de la entrada en vigor de las subvenciones, ahora respaldadas fuertemente por Podemos, había subido al 12.8% del total. Como resultado dantesco, las emisiones de CO2 del sector eléctrico subieron el 82% en solo un año en medio de una crisis económica!

 

La cifras desmienten tajantemente el argumento de que se trata simplemente de sustituir la quema del carbón importado por el carbon autóctono, tal y como insisten los empresarios mineros y Podemos, y muestran que las ayudas al carbón multiplican enormemente el consumo global de la fuente más contaminante en el sistema eléctrico español. Huelga decir que también que hay que luchar contra el carbón importado.

 

Los líderes de Podemos de Castilla y León y de Asturias exigen que los presupuestos generales del Estado incentivan mediante subsidios la compra del carbón para mantener el empleo en las cuencas mineras ahora “para ir buscando alternativas económicas de re-industrialización a medio y largo plazo”.

 

Es chocante que Podemos utiliza los mismos argumentos que los negacionistas y de la derecha ante el cambio climático: siempre y durante décadas trasladan el problema hacía un futuro indeterminado sin asumir responsabilidad alguna aquí y ahora. Esto es el cuento de la lechera que surge cada vez se acerca el fin de la subvenciones al carbón y otros compromisos vinculantes climáticos.

 

Las cuencas mineras han recibido miles de millones de euros de ayudas públicas durante los últimos 25 años para un cierre paulatino y socialmente justo de a minería de carbón. Por desgracia las mafias patronales y la corrupción sindical y política han despilfarrado la mayoría de estos recursos. Pero invertir ahora más dinero público en apuntalar unas minas social y ambientalmente inviables es postergar aun más las alternativas sociales necesarias. Podemos debe elegir entre tirar más dinero a un pozo sin fondo o construir ya alternativas compatibles con el medio ambiente y el empleo.

 

Podemos no niega el cambio climático en abstracto pero sí en los hechos y en el presente. Es una ironía que sus máximos líderes como Podemos como Pablo Iglesias hayan firmado el manifiesto ecologista “La última llamada” https://ultimallamadamanifiesto.wordpress.com/el-manifiesto/ que afirma que la acción climática, sobretodo en el rico Norte, es “inaplazable” dentro de una "transición rapida" hacia otro modelo energético y de produccion pero al mismo tiempo, posterga en el tiempo las medidas energéticas que se pueden tomar ahora. Es triste que Podemos utilice supuestas y falsas coartadas sociales del “presentismo” productivista que queman las naves de la casa común (como afirma el Papa) en un pacto faústico y efímero simplemente para ganar un apoyo electoral puntual.

 

Podemos debe responder a algunas preguntas relevantes:

 

¿Es socialmente justo dar dinero público al carbón en lugar de la sanidad pública o la educación cuando existe una gran escasez de recursos públicos?

 

¿No es mucho más sensato y eficaz para el empleo invertir en sectores económicos viables y socialmente útiles como las renovables, la rehabilitación energética o el desarrollo rural sostenible?

 

¿Por qué Podemos con razón niega las subvenciones públicas al maltrato animal de los espectáculos taurinos pero en cambio, está a favor del enorme maltrato planetario, social y natural, que representa la quema del carbón?

 

Ahora que Podemos entra en la política institucional debe asumir la responsabilidad de elegir. ¿Luchar contra el cambio climático o defender el carbón?

 

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17 juin 2015 3 17 /06 /juin /2015 08:49
La nueva estrategia de las farmacéuticas


Un nuevo empuje por la desregulación en los medicamentos:
“caminos adaptativos” o “más acceso a cambio de menos evidencias científicas y experimentales”


Las empresas farmacéuticas ahora pretenden saltar “las barreras regulatorias” existentes para colocar más rápidamente los medicamentos en el mercado
y aumentar los beneficios económicos de sus ventas. Para ello defienden una oferta más rápida de los nuevos fármacos “innovadores” mediante del debilitameinto de la metodología y los protocolos científicos de los ensayos clínicos.

El centro de la nueva estrategia política de la industria farmacéutica son lo que han llamado eufemísticamente "caminos adaptativos" o las "licencias adaptativas". Mediante estos nuevos conceptos disimuladores, también promocionados por académicos y organizaciones de pacientes cercanos de las farmacéuticas, buscan el acceso más rápido al mercado de los nuevos medicamentos pero sin tener evidencias científico-experimentales sobre la seguridad y eficacia exigidas por las actuales regulaciones para la autorización de medicamentos.

Se busca “un acceso temprano" y rápido con menos inversiones económicas para los nuevos tratamientos con la finalidad de asegurar unos mayores ingresos para la industria farmaceútica más predicibles y seguros. Unos ensayos clínicos más cortos, menos fiables, con menos participantes y más baratos. Se trata de un intento de generalizar un modelo de "bajo coste" mediante aprobaciones "prematuras" de nuevos medicamentos modificando a la baja las exigencias de evidencias empírico-experimentales y de control externo del actual sistema de evaluación de los nuevos productos biomédicos. Las justificaciones empleadas refieren a la necesidad de nuevos tratamientos "personalizados" que solo pueden ser beneficiosos para poblaciones muy concretas. Asimismo, también consideran demasiado restrictivos los distintos mecanismos legales ya existentes que permiten un “uso compasivo” de un nuevo fármaco antes de su autorización legal.

Uno de los elementos fundamentales de los "caminos adaptativos" según afirma la Agencia Europea de Medicamentos es "la inclusion de pacientes en los procesos de decisión para comprender mejor el nivel de incertidumbre que están dispuestos a aceptar." La elevación del nivel de "incertidumbre aceptable" sobre la eficacia y la seguridad de nuevos productos biomédicos resulta central para esta nueva estrategia comercial de las farmaceúticas, que ya cuenta con distintos proyectos pilotos (http://www.ema.europa.eu/ema/index.jsp?curl=pages/news_and_events/news/2014/12/news_detail_002244.jsp&mid=WC0b01ac058004d5c1).

Otro elemento clave es la utilización de los pacientes afectados como elemento de presión para adelantar la autorización de nuevos medicamentos.
(http://www.ema.europa.eu/ema/index.jsp?curl=pages/news_and_events/news/2014/12/news_detail_002234.jsp&mid=WC0b01ac058004d5c1).

Pero existen importantes importantes dudas sobre la bioética y la moralidad política en estas nuevas iniciativas que cuentan con un fuerte apoyo de las farmacéuticas europeas. (http://efpia.eu/topics/innovation/personalised-medicines/new-regulatory-pathways)

Los académicos que defienden estas ideas (algunos de ellos con conflictos de interés con la industria farmacéutica) afirman que los pacientes deben aceptar un grado más alto de incertidumbre a cambio de obtener un "acceso temprano" a los nuevos medicamentos, lo que llaman el "canje entre acceso y evidencia" (access vs. evidence trade-off). (http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/cpt.59/abstract). Se apoyan en la constatación de la "complejidad" implicada en el conocimiento científico de los sistemas biológicos como es el cuerpo humano y afirman que un exceso de exigencias metodológico-experimentales a la hora de aportar datos empíricos contrastados impide el tratamiento a tiempo de muchos pacientes con "necesidades médicas no satisfechas" (un-met medical needs). Además, destacan que una de las ventajas de la evaluación post-autorización de un producto es la que permite calibrar la eficacia y seguridad de un medicamento en el "mundo real" de los centros sanitarios y la sociedad en general. Es decir, se combina la venta y marketing de tratamientos junto a los ensayos clínicos sobre pacientes reales en situaciones sanitarias también reales.

Mediante el argumento de acortar en tiempo la regulación y experimentación clínicas se invita a los enfermos a someterse a mayores riesgos e incertidumbres. En consecuencia, con las rebajas y menores garantías de objetividad clínica, seguridad, evaluación y control científico externo, y junto al aumento de los sesgos, incertidumbres y riesgos que esto comporta, los mismos enfermos se convierten en “cobayas” experimentales con los que se prueban los nuevos fármacos una vez que hayan sido legalizados y ofertados de forma “prematura” en el mercado.

Esta reacción ofensiva de las farmaceúticas constituye una respuesta a los nuevos contextos de regulación pública que pueden amenazar sus grandes beneficios, como son los siguientes:

- Las exigencias regulatorias de la Agencia Médica Europea son cada vez más rigurosas en cuanto a la realización de ensayos clínicos previos exitosos con los nuevos fármacos, con un nivel de registro y transparencia más exigente sobre los protocolos y los resultados científicos.

- Muchos informes independientes constatan empíricamente que hay muy pocos medicamentos nuevos que en realidad constituyen en la práctica unos avances terapéuticos significativos respecto a los medicamentos ya existentes en el mercado.

- Muchos países como el Reino Unido y Alemanía imponen unas evaluaciones independientes sobre la eficacia de los nuevos fármacos y sobre la relación coste-beneficio de los mismos (Health technology assessment), y exigen cada vez más datos empíricos fiables sobre el valor terapéutico añadido de los nuevos productos. Una de las consecuencias de estas exigencias es la bajada del precio pagado por los medicamentos.

- Existe una creciente desconfianza social hacia los productos farmacéuticos a causa de la falta de transparencia, de los múltiples escándalos habidos con fármacos peligrosos, del sesgo intencional y las manipulaciones del proceso científico-experimental forzados por los beneficios comerciales y de una cierta sequía de innovación contrastada.

- Los precios de los nuevos productos “innovadores” son tan altos que los sistemas sanitarios de muchos países europeos no pueden soportar el enorme coste de los mismos, y entonces optan por privatizar su compra y convertirlos en elitistas y clasistas, o bien por no satisfacer las demandas universalistas y no discriminatorias de la atención sanitaria a todos los enfermos.

Ante estos “problemas” a atajar hay una larga lista de demandas para el matrimonio entre políticos y los lobbys farmacéuticos que pone por delante los beneficios privados a los derechos a una sanidad pública segura y eficaz. Lo que han llamado tecnocráticamente “los caminos adaptativos” (adaptive pathways), en realidad se trata de una nueva estrategia comercial que sirve como cortina de humo para esquivar y acortar en el tiempo de lo que ya consideran un largo y costoso proceso de ensayos clínico-experimentales y de autorización legal para los nuevos medicamentos.

Además, las farmacéuticas quieren tener un “seguro de vida” (life-span approach) para sus inversiones en investigación y los beneficios económicos obtenidos del desarrollo de sus nuevos medicamentos. Dentro de los “caminos adaptativos” proponen un pre-contrato de compras de fármacos con los sistemas sanitarios públicos con la finalidad de ganar garantías de seguridad financiera en sus inversiones, promociones y grandes beneficios económicos con los nuevos medicamentos. Las farmaceúticas quieren tener en sus propias manos el doble proceso de combinar el lanzamiento rápido al mercado con una auto-evaluación de los efectos aposteriori que tienen dichos fármacos en los enfermos que los consuman, pero ahora bajo las “condiciones de la vida real”. Además, si después se constatan importantes deficiencias en la seguridad y eficacia del producto con repercusiones en los enfermos, no está claro como se abordaría ni la retirada del medicamento ni la responsabilidad civil implicada. El actual sistema de “farmavigilancia” no está preparado para este nuevo escenario de daños y riesgos acumulativos. Una vez que el genio maligno se haya dejado salir de la botella sería muy difícil o imposible volver a encerrarlo.

En definitiva, la nueva estrategia de las farmaceúticas en realidad constituye una vuelta de tuerca más en las políticas desreguladoras y en favor del libre mercado para unos productos biomédicos orientados mucho más por los intereses mercantiles que por el bien común de la salud. (http://tacd-ip.org/archives/1331)

DAVID  HAMMERSTEIN

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17 juin 2015 3 17 /06 /juin /2015 08:24
La Huerta Ecológica es Futuro

 

Nos hemos despertado de la pesadilla sobre la última amenaza de amputación que ha padecido la Huerta de Valencia: la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la ciudad de Valencia impulsado por Rita Barberá y el PP, que incluía la desaparición de 411 hectáreas de Huerta a cambio de más dosis de asfalto, hormigón, túneles, rotondas y carreteras. La Huerta de Valencia que históricamente envolvía la ciudad hoy es fuente de bienes y servicios inconmensurables que son más necesarios que nunca: despensa alimentaria de proximidad; pulmón verde y de descongestión urbana; muro de contención de la incesante expansión urbana de la capital y los pueblos metropolitanos; lugar y paisaje para el disfrute estético y recreativo; legado de usos, costumbres e identidad; memoria cultural y arquitectónica; agroecosistema único en el mundo con una singular comunidad de plantas, animales, tierras hiperfértiles de aluvión del cuaternario; clima benigno y aguas del río Turia que riegan los campos agrícolas mediante la ingeniería hidraúlica inmemorial de las acequias que sangran el Turia; pequeñas explotaciones agrícolas con policultivos y con capacidad de producir diversas cosechas al año y la gente que trabaja la tierra o vive en ella, como labradores y guardianes de la Huerta.

Como ha venido sucediendo desde hace décadas la resistencia ciudadana se ha enfrentado a este nuevo proyecto de "maldesarrollo" que mordía tierras de la Huerta que aún sobrevive. Antes de las recientes elecciones los portavoces de diferentes partidos dieron su apoyo a la conservación de la Huerta rompiendo con ello el crónico desprecio de nuestros antiguos gobernantes cementeros. Han reconocido la necesidad urgente de un plan de protección supramunicipal de la Huerta metropolitana para la conservación de sus tierras y usos agrícolas y para frenar las recalificaciones urbanas del suelo. Así lo han declarado los aspirantes al gobierno municipal y autonómico: no más negocio inmobiliario que destroce las tierras vivas de la Huerta favorecido por políticos sin escrúpulos. Ahora, después de los resultados electorales se abre una nueva esperanza para la Huerta.

El dilema que atraviesa la Huerta de Valencia plantea su papel en un mundo cada vez más desregulado, privatizado e individualizado, sometido a los grandes poderes desterritorializados que actúan fuera de la gobernanza política, social y democrática de los estados y la sociedad civil. En medio de este descarrilamiento colectivo el papel de la Huerta periurbana de Valencia adquiere un valor estratégico para conseguir el viejo sueño de una sociedad buena y justa, acogedora y garante de la humanidad. El pensamiento y la estrategia de futuro para la Huerta ha de sincronizarse y cooperar con las exigencias éticas adaptadas a los dramáticos tiempos históricos que vivimos. Se ha de evitar la repetición de discursos y proyectos disecados del pasado que sean contraproducentes ante las nuevas condiciones de dominio de los mercados globalizados. El espectro de posibilitades para conservar y cuidar el bien común que es la Huerta no es el mismo que el de hace décadas, hoy cabe reconocer sus múltiples e irrenunciables valores: agrícolas y urbanos, económicos, culturales y sociales, físicos y ecológicos, presentes y futuros. A la hora de orientarnos en las metas del presente y del futuro ninguno de estos elementos han de ser desdeñados o subestimados, conviene conciliarlos sin establecer fronteras excluyentes. Porque, en caso de hacerlo caeríamos en la paradoja de querer salvaguardar la Huerta anulando a la vez la valiosa mezcla sinérgica de bienes y servicios que la conforman.

Ante una agricultura anacrónica y marginal, tal y como es vista por las mentalidades obsesivas y compulsivas del neodesarrollismo urbano, la Huerta metropolitana ha de ganar derecho a la existencia, dignidad y respeto. Hoy día son metas irrenunciables: la protección legal y supra-municipal de sus tierras mediante legislación y normativas autonómicas; el fomento de una actividad agrícola con rentabilidad económica y libre de agrotóxicos químico-industriales; la comercialización de sus productos en los mercados locales; el etiquetado y la marca de distinción y calidad que aporte valor añadido a sus productos y de información sobre el origen y la trazabilidad de los alimentos al tiempo que amplie las oportunidades de elección informada de consumidores y ciudadanos.

También resulta imprescindible que los políticos que estrenan gobernabilidad cumplan sus promesas y adopten medidas de ejemplaridad y buenas prácticas institucionales, haciendo posible que los alimentos ecológicos de la Huerta sean una exigencia y tengan prioridad en las compras públicas y en las condiciones de contratación para que finalmente lleguen a las mesas de los comedores escolares, centros sanitarios, bares y restaurantes de centros cívicos, culturales, universitarios, etcétera.

Los minicultivos de la Huerta han de perder su posición de servidumbre al servicio de las demandas inacabables de todo tipo de equipamientos urbanos. Ni un metro cuadrado más de pérdida del nuestra despensa más próxima de tierras y alimentos vegetales cuando las inseguridades e incertidumbres del nuestro tiempo son máximas y crecen sin control en paralelo al aumento de los daños y peligros ecológicos locales y globales, caracterizados por ser colosales y perdurables en el tiempo y el espacio, y por escapar a nuestras limitadas posibilidades de conocimiento y protección.

No puede aplazarse la transición a la agricultura ecológica y el abandono de la agricultura químico-industrial causante de numerosas enfermedades y muertes humanas y no humanas, que son señales del colapso traumático al que aceleradamente avanzamos. La agricultura orgánica aportaría beneficios económicos añadidos a los campesinos de la Huerta, atraería a nuevos productores y consumidores y además reforzaría el cambio de mentalidades y valores.

La emergencia de nuevos valores y creencias culturales también es parte de la lucha por la defensa de la Huerta sin tóxicos industriales. Rachel L. Carson en su clásico libro "Primavera silenciosa" nos alertaba sobre los circuitos demoledores de la agro-química industrial para los pájaros, los insectos y el resto de animales y seres humanos. Carson nos recordaba que nuestra actitud hacia los venenos ha experimentado un sutil cambio, al principio estaban contenidos en envases señalados como peligrosos mediante una calavera y dos tibias.

La defensa y conservación de la Huerta no ha de limitarse exclusivamente a la preservación de suelos y a la rentabilidad económica del sector y los productores agrarios, dejando de lado el compromiso con los derechos básicos a la salud de la ciudadanía y los consumidores urbanitas, que son la mayoría social. La preservación de las funciones ecológicas de la Huerta no solo son las que aligeran la hipertrofia y la inhabitabilidad urbana, también son las funciones ecológicas de las propias actividades agrícolas, que se caracterizan por encarnarse en metabolismos cíclicos y cooperativos con semillas, aguas, sol, tierras, plantas, animales, cosechas... Dado que las sociedades humanas nunca han dejado de ser sociedades de seres vivos, a pesar de las creencias deformadoras de la modernidad tecnoindustrial, se hace prioritaria la capacitación profesional para prácticas agrícolas que se concilien con las necesidades biogenerativas de la vida planetaria y el cuidado de nuestra salud.

Los productos ecológicos y próximos son el único futuro bueno al que moralmente podemos dirigir nuestras aspiraciones. No hemos de postergar nuestras preferencias: una Huerta ecológica y rentable que abandone los pesticidas, herbicidas y plaguicidas que envenenan y matan el palpitar vital de tierras, aguas, aire, animales, plantas, ecosistemas, alimentos y de nuestros cuerpos. La preservación de la Huerta agrícola ha de encarnarse dentro de las necesidades conjuntas, de salud humana y de cuidado ecológico, presentes y futuras, de la ciudad y el campo, con una fuerte alianza entre el mundo agrícola y la ciudadanía urbanita. Llevar la ecología a la agricultura es colocar en el centro las necesidades vitales y primarias de nuestra existencia: de hortalizas, verduras y frutas nutritivas y saludables. Es abrazar la vida y llevar la ética del cuidado y de la compasión a nuestras cocinas y a nuestras dietas alimentarias para conseguir una vida larga con salud y disfrute al tiempo que hacemos las paces con un planeta cada vez más esquilmado y moribundo.

Defender la Huerta ecológica es también una lucha contra el cambio climático en curso, uno de los problemas ecológicos globales más graves para la supervivencia de las poblaciones humanas y la biodiversidad. Significa poner frenos a la adicción urbanizadora, al protagonismo de los vehículos privados, a las carreteras, a la extracción y al consumo de las energías fósiles del carbono, gas y petróleo que contaminan y alteran caóticamente los equilibris atmosféricos con los que ha surgido la vida humana y del resto de especies. Tal y como nos advierte la mejor información científica disponible, y tal y como nos recorda Naomi Klein en su reciente libro "Esto lo cambia todo. El capitalismo contra el clima": si no cambiamos pronto el modelo extractivista de producción y consumo, una Tierra sobrecalentada, inhabitable y muda de vida es el mundo al que inevitablemente nos dirigimos.

A pesar de que a menudo somos víctimas inocentes y prisioneros de poderes que se nos imponen, lo cierto es que también somos responsables de nuestras decisiones allí donde tenemos capacidad para tomarlas y ejercerlas. No hay excusa para no combatir los problemas ecológicos con los medios locales que tenemos a nuestra disposición, como puede ser el consumo. No hay coartada posible para desatender las desigualdades sangrantes entre los seres humanos, entre estos y el resto de especies, y entre los humanos actuales y las generaciones del futuro. Si queremos un futuro habitable y justo en la única casa terrestre que tenemos, finita y enferma, hemos de hacer la transición a una agricultura ecológica, porque es el único camino ante los imperativos de la competitividad individualizada del beneficio económico y los mercados globalizados. Sin este sabio y valiente paso el deterioro irreversible y el abandono de la Huerta continuará sin retorno posible hasta su definitiva desaparición.

Mara Cabrejas y Sal·lus Herrero

Profesores de sociología

Versión catalana: http://opinions.laveupv.com/sallus-herrero/blog/5454/lhorta-ecologica-es-futur

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1 juin 2015 1 01 /06 /juin /2015 07:48
NO FINANCIEMOS AL GRAN DESAHUCIO PLANETARIO

 

La líder de Podemos de Andalucía tiene razón cuando pide a la Junta de Andalucía que retire el dinero público de los bancos que desahucian injustamente a miles de personas de sus casas. Ella está pidiendo una actuación práctica, ética y coherente a las autoridades políticas.

 

Es una pena que no se aplique la misma lógica al enorme desahucio planetario actualmente en curso: el cambio climático. Millones de personas ya están siendo expulsadas de sus casas y tierras a causa de sequías, la pérdida de biodiversidad y, en general, por el rápido deterioro de los ecosistemas que dan el soporte imprescindible a nuestras sociedades. Muchas guerras, violentas tensiones étnicas y conflictos sociales provocados por las crónicas formas de desigualdad están siendo causados o están siendo empeorados, directa o indirectamente, por las múltiples facetas del avance del cambio climático. Según las mejores estimaciones científicas, en los próximos años y décadas centenares de millones personas serán desahuciadas conforme los grandes territorios del planeta pierden sus capacidades bioproductivas y condiciones habitabilidad a causa del temible calentamiento global y por la mayor frecuencia de acontecimientos climáticos extremos.

El que nuestras contribuciones ciudadanas en impuestos, nuestras pensiones, nuestras inversiones públicas y privadas, nuestros depósitos bancarios y nuestras subvenciones públicas estén financiando el gran desahucio planetario causado principalmente por la la maxiva extracción de recursos materiales y biológicos y la quema de los combustibles fósiles, resulta muy chocante y moralmente inaceptable. Para frenar el avance y los terribles impactos del cambio climático no bastan los necesarios gestos individuales sino una transformación profunda institucional sobre las prioridades de inversión de los dineros de instituciones públicas, sindicatos, cajas de ahorros, cooperativas y bancos.

En la mayoría del mundo (aunque todavía no en España) ya son miles de millones de euros los que están siendo “des-invertidos” de fondos de inversión, bancos y planes de pensiones que se invierten en las empresas eléctricas y petrolíferas de los combustibles fósiles (vea 350.org). Además, hay campañas internacionales muy exitosas en contra de las masivas subvenciones públicas a la extracción, transporte y quema del carbón, el gas y el petróleo. En España la mala y anacrónica política se impone con el aumento de las cuotas e incentivos otorgados recientemente a las empresas térmicas por Gobierno del PP para que quemen el “carbón nacional”. Apenás nadie del movimiento contra el cambio climático está criticando este hecho.

Para la eficacia y éxito del movimiento social contra del cambio climático y a favor de un futuro basado 100% en las fuentes renovables de energía será necesaria una fuerte presión popular, política y corporativa para forzar la “des-inversión” pública y privada en los combustibles fósiles. La enorme envergadura del desahucio planetario generado por el avance del cambio climático exige una transición rápida a una economía limpia y ética.

¡Comencemos ya con nuestros dineros!

 

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19 avril 2015 7 19 /04 /avril /2015 17:16

Han sido escritas estas propuestas ecologistas municipales pensando en València pero muchas de ellas podrían servir para otras ciudades.

URBANISMO

Normativa municipal y ley autonómica para la instalación de paneles fotovoltaicos o techos vegetales en todas las edificaciones de nueva planta, y plan de fomento, ayuda y ventajas fiscales para su implantación en edificios existentes.

Normativa de participación social abierta en todo nuevo proyecto de remodelación y de reforma de jardines, plazas, nuevos edificios, aceras… debe haber una notificación individual a los vecin@s y afectados de la exposición pública del proyecto de actuación en el barrio afectado, además de en el propio Ayuntamiento, con obligatoriedad de convocar reuniones con responsables y técnicos municipales públicas abiertas en el barrio para debatir, incorporar críticas, hacer revisiones del proyecto inicial y llegar a consensos.

Normativa municipal y autonómica para la Aplicación del Principio de Precaución (o aprendizaje por precaución) en toda actuación y proyecto, que ha de obligar a un estudio y valoraciones de impacto social y ambiental previo para remodelar o frenar dichos proyectos.

Normativa de permeabilidad del suelo público y privado urbanizable de 10 a 30% según los barrios, para evitar las barreras a las filtraciones de aguas fluviales y evitar las “islas de calor urbanas” creadas artificialmente por el exceso de asfalto, transpiración y oxigenación. Evitación de humedales de edificios en muros y la saturación de los sistemas de depuración de aguas fluviales que se mezclan con aguas con detritos fecales.

Moratoria en cualquier obra que impermeabilice el suelo en el Jardín del Turia y de otros parques de la ciudad. ¡Menos cemento, asfalto y plástico en suelo verde!.

Modificación radical del PGOU de la ciudad de Valencia para poner límites a la ciudad y evitar la expansión urbana sobre huerta fértil y ecosistemas.

Plan municipal de convenios marcos para la autogestión ciudadana temporal de solares privados y públicos con la finalidad de promover iniciativas diversas: culturales, de ocio, comunitarias, artísticas, educativas, agrícolas y mercados locales.

Peatonalización de la Plaza del Mercado de la ciudad de Valencia, una demanda incumplida desde hace treinta años sobre la ciudad histórico-monumental.

Planes de itinerarios peatonales y ciclistas de conexión y acceso de los barrios al centro histórico.

Paeatonalización de otros itinerarios histórico-monumentales, como son: De Torres de Serranos a Torres de Quart; …

Creación de huertos ecológicos en los solares del interior del casco urbano y en centros públicos y escolares fomentando las iniciativas y la participación autogestionada ciudadana, el autoconsumo y la integración social.

Protección de los árboles monumentales, como los magnolios de la Glorieta o los plantados por el Botánico Cavanilles, … de actividades nocivas como son el tráfico intensivo, las gasolineras, las edificaciones y muros …

Planes especiales de rehabilitación y reforma de barrios periféricos y el ensanche, como Orriols, San Marcelino, Marchalenes, Ruzafa, …

Derogación del Plan de prolongación de Blasco Ibáñez sobre el Cabanyal.

Ampliación de los chaflanes de los barrios del ensanche de la ciudad de Valencia con creación de espacio público de calidad con árboles, jardinería y bancos. Plan “recuperemos nuestras esquinas”. Participación social y comunitaria.

Contra el monocultivo del turismo de masas la diversificación y mezcla de usos, actividades y economía. Normativa estricta de limitación contra la saturación del número de apartamentos turísticos en los barrios del centro histórico para evitar las lesiones a la estructura social mezclada del barrio, para evitar la subida de precios del mercado inmobiliario. Declaración de zonas saturadas de apartamentos turísticos legales e ilegales.

Plan director para la recuperación de plazas de calidad en todos los barrios, con la prioridad de espacio público, la peatonalización, el arbolado, el ajardinado, los espacios de juego infantil, los bancos y fuentes, mediante la activa participación en el diseño y creación.

Fiscalidad ecológica finalista sobre la pernoctación turística en la ciudad de 1 euro por noche para financiar la creación y el mantenimiento de espacios públicos de calidad.

Auditoria y replanteamiento del Plan Mestalla (canje y permuta del antiguo estadio de futbol para trasladarlo y construir alta densidad de viviendas en la actual barrio de Mestalla).

Potenciar los “centros comerciales abiertos” para favorecer el pequeño comercio y la proximidad.
Moratoria sobre la apertura de nuevos grandes superficies en el área metropolitana

TÓXICOS

Prohibición de la utilización de fitosanitarios herbicidas y plaguicidas por las empresas contratadas por el Ayuntamiento para el mantenimiento de jardines, plantas, árboles y flores, para evitar daños y riesgos a la biodiversidad y la salud humana.

Información pública con antelación, clara y comprensible sobre las fumigaciones en espacios e instalaciones públicas, con estricto cumplimiento de exigencias y normativas biosanitarias

Información pública mediante paneles electrónicos en tiempo real, comprensible, sintética y clara, sobre la calidad del aire, mediante indicadores fiables de los componentes tóxicos en el aire (Partículas en suspensión y la contaminación fotoquímica).

Compras de productos de limpieza ecológicos e inocuos como condición explícita en todas las contratas municipales con empresas de limpieza.

Normativas para que en la licitación de contratas públicas de obras, reparaciones y mantenimiento, sean exigibles la utilización de materiales ecológicos o reciclados no nocivos para el medio ambiente y la salud humana para la reforma y rehabilitación de todas las instalaciones de titularidad pública.

Ejemplaridad y compromiso de las políticas públicas. Políticas de compra pública que establezcan el uso de productos ecológicos.


Creación de mercados locales eventuales de productos ecológicos, locales y de proximidad en todos los barrios, con especial hincapié en fomentar la venta directa y la comunicación entre productores y consumidores.

ESPACIOS VERDES

Aumento de superficie ajardinada en jardines, esquinas, chaflanes aceras.

Aumento del jardín de los Viveros en las instalaciones del antiguo Zoológico.

Ampliación y terminación de la segunda fase del Parque de la Rambleta.

Recuperación del litoral y desembocadura del Turia para el barrio de Natzeret.
Creación de zonas acotadas biotopos en parques, solares y huerta periurbana para la recuperación de la biodiversidad local y los equilibrios tróficos en las comunidades de microfauna y plantas.

Priorizar las especies autóctonas adaptadas a climas áridos y semidesérticos y poco consumidoras de aguas.

Fomento de las iniciativas individuales y ciudadanas a favor la plantación y el cuidado de plantas y árboles (en balcones, patios interiores, terrazas de finca, portales, aceras, solares …)

Itinerarios cívico-educativos por toda la ciudad y barrios sobre la flora y micro-fauna urbanas.

CAMBIO CLIMÁTICO

Planes específicos con compromisos públicos de reducción de emisiones todas y cada una las instituciones autonómicas y municipales. Ha de afectar a centros escolares y sanitarios.

Plan de compromiso municipal de reducción de emisiones de CO2 un 30% para el 2020 (actualmente solo es el 20%) en comparación con los niveles de 2007 (se redujeron el 13.3% entre 2007 y 2012 – en parte a causa de la crisis económica). Modificación al alza de los compromisos de la “Estrategia frente al Cambio Climático Valencia 2020”.

Reducir las emisiones del tráfico rodado el 25% antes del 2020 mediante plan de movilidad sostenible y restricciones al tráfico (establecimientos de objetivos concretos y vinculantes de aumento del uso del transporte público, peatonal, a pie).

Compras municipales de vehículos eléctricos e híbridos con bajas emisiones contaminantes y con bajas emisiones de partículas.

Aumentar en esta legislatura la recogida selectiva de residuos y basuras de familias, negocios comerciales el 30% para reducir emisiones y recuperar materiales desechados. Reducción de los porcentajes del material de rechazo que va a los vertederos.

Recogida selectiva y separada de materia orgánica de bares y restaurantes para la creación de compostaje de alta calidad a base de mezclas con residuos vegetales.

Conseguir que la mayoría de los desplazamientos se hacen a pie (actualmente el 41%).

Aumentar en esta legislatura por el 20% el número de desplazamientos que se hacen en el transporte público o en bicicleta.

Pacto por el Clima Ayuntamiento-Universidad de Valencia para reducir el uso de coches particulares y aumentar el uso del transporte público mediante precios especiales, la reducción de plazas de aparcamiento en la zona de la Facultad de Tarongers y un plan para calmar el tráfico en todas las zonas universitarias.

Planes de acceso sostenible y seguro a los centros escolares de primaria y secundaria y a centros de Formación Profesional, Artes y Oficios y Conservatorio que incluye itinerarios seguros para el uso de bicicletas, la organización de viajes y paseos compartidos y guiados y el ajuste del transporte público a las necesidades.

Garantizar y planificar la prioridad de paso del transporte público en los semáforos, comenzando con los tranvías.

Establecer una ecotasa municipal de congestión y contaminación del Tráfico para el acceso de coches particulares de no-residentes al centro histórico y zonas del ensanche que sería finalista para la mejora y abaratamiento del Transporte Público. (Ha sido un éxito en diversas ciudades europeas).

Extender la “zona azul” para favorecer el aparcamiento de residentes a más zonas de la ciudad.

Plan municipal y convenios para el máximo aprovechamiento de las plazas no ocupadas de los aparcamientos subeterráneos para eliminar aparcamientos en superficie.

Aumentar el número de árboles plantados en el 10%. Plan de fomento de “fachadas y aceras verdes” para facilitar la plantación por parte de vecinos y comunidades de propietarios.

Plan municipal por la salud atmosférica y planes de choque de reducción de tráfico rodado los días de más contaminación. Valencia tenía una media de 14 microgramos de PM 2.5 (partículas finas en suspensión que penetran en los pulmones) en el 2011 según la OMS lo que es calificado como un gran peligro para la salud humana. Los niveles de NO2 también superan ampliamente los parametros máximos de la Unión Europea. Vuelta de los medidores de contaminación a los lugares más céntricos de la ciudad.

Normativa municipal para obligar la parada del motor de vehículos que están parados más de tres minutos.

Limitación del uso de los vehículos con motor a gasoil en los días de más partículas finas en suspensión.

CENTROS DE ENSEÑANZA REGLADA y NO REGLADA

Planes específicos de lucha contra el cambio climático.

Huertos ecológicos y granja de animales en centros escolares y de enseñanza. Convenio municipal con sindicatos y Consell Agrari Municipal.
Itinerarios calmados y seguros en los entornos de los centros para el acceso a los mismos.
Plan municipal de ofertas de menús ecológicos y vegetarianos en los centros con comedores.

EDUCACIÓN AMBIENTAL

Creación de un centro de Educación Ambiental a nivel municipal con educadores sociales de calle y ciudadanía motivada y/o afectada con el fin de promover la conciencia ecológica, las acciones individualmente y colectivamente responsables y las iniciativas y proyectos institucionales y ciudadanos que impliquen cambios en valores y hábitos sociales consolidados. Por ejemplo con la separación de basuras en domicilios, cambios en los hábitos de compra a favor de los productos locales y ecológicos, reformas en domicilio con materiales naturales y sin tóxicos, ….
Registro, seguimiento y fomento de plantación de especies arbóreas adaptadas a las condiciones climáticas por toda la ciudad, que favorezcan la biodiversidad de aves, singularidad estética y el aprecio del espacio público, las identidades colectivas y las iniciativas ciudadanas y escolares de cuidado y protección, y los microclimas.

Creación de espacios santuarios e itinerarios de bidiversidad vegetal y microfauna animal en jardines, solares y centros escolares.

Fomento municipal de una “marca y logo” municipal para tiendas y restaurantes ecológicos y con productos locales y de proximidad.

Programas y talleres educativos vinculados a las diferentes áreas ambientales que transversalizan toda actividad.

Programas informativos y prácticos que fomenten los cambios en los hábitos y el consumo ambientalmente responsable en los espacios domésticos.

MERCADOS MUNICIPALES

Plan de promoción de productos locales y ecológicos en los mercados municipales y la organización de mercados eventuales de productores ecológicos en todos los barrios.

Apertura progresiva de los mercados municipales por las tardes.


RESIDUOS

Eliminación de los contenedores en las zonas monumentales de la ciudad implantando el sistema de contenedores “quita y pon” según horarios prefijados, incluyendo la recogida selectiva.

Recogida de aceites usados de restaurantes y bares con la finalidad de hacer biocombustibles y fomentar tejido económico e iniciativas ciudadanas.

Apertura de “Puntos Limpios” móviles en barrios y mercados municipales, con horarios prefijados, para residuos electrónicos y baterías.

Plan municipal para la reducción, reutilización y producción de residuos inertes, con normativa de reutilización de los escombros en las mismas obras.
Plan de actuación para valorizar las fracciones desaprovechadas de vegetales en la preparación, transformación y distribución alimentaria a través de su transformación en ingredientes de la valor para la alimentación de animales.
Incorporación de vehículos de triciclos y vehículos eléctricos a los servicios de limpieza viaria.

Renovación del parque móvil del servicio de recogida de contenedores y de vaciado de papeleras, modernizando la flota con máquinas y vehículos ecológicos y silenciosos. Exigencias explícitas de estas condiciones cuando existan subcontratas con empresas para realizar estos servicios.

Programa de separación de basuras a domicilio: orgánico, plástico, vidrio, papel, metales … Recogidas selectivas.

PROTECCIÓN y BIENESTAR ANIMAL


Creación de la figura institucional de una concejalía específica y propia.
Creación de la DEFENSA ANIMAL para recibir denuncias, actuar ante denuncias de maltrato animal.

Campañas informativas de sensibilización y compromiso con los derechos animales y el cambio hacia valores no especistas.

Colaboración conjunta con iniciativas ciudadanas y asociaciones de protección animal para el desarrollo de programas sociales de animales compañía, con diversidad de modalidades: residencia temporal, acogida y adopción.

Plan municipal de mantenimiento y cuidado de las colonias de gatos en cooperación con las entidades ciudadanas de defensa y protección animal, con el Colegio de veterinarios y los centros universitarios de estudios veterinarios, biología y ciencias ambientales.

Prohibición de corridas de toros y los espectáculos festivos y de circo con presencia de animales entrenados en cautividad. Fin de las subvenciones. Ejemplaridad de los responsables y cargos públicos.

Aumento de colaboración con las entidades protectoras de animales con convenios para la recogida y cuidado de animales de compañía abandonados, perdidos y maltratados en instalaciones y recintos adecuados.
Planes de esterilización de hembras en todas las colonias de gatos y estabilización de la población de las colonias.

Cuidado y creación de nuevos “santuarios” para colonias de gatos (como las existentes en el cementerio y El jardín Botánico) gestionadas por redes sociales de voluntariado y las asociaciones protectoras de animales.

Protocolos de actuación conjunta para la policía municipal ante delitos de maltrato animal, venta y tráfico ilegal de animales exóticos y salvajes.

Eliminación de los acuerdos y convenios con empresas que retiran animales de las calles y los sacrifican. Gestión de la “perrera municipal” por entidades ciudadanas y asociaciones de defensa animal.

Espacios específicos en plazas y jardines para el paseo de perros, con waters adecuados.
Instalación de comederos y refugios de abrigo en el invierno en las colonias de gatos.
Protección especial de las colonias de gatos del centro histórico en colaboración con las iniciativas ciudadanas y las asociaciones de protección animal, como las del barrio del Carmen, que vivifican y dan atractivo, singularidad y valor añadido al barrio lo que a su vez es un incentivo para el pequeño comercio y la microeconomía

HUERTA

Rechazo del PGOU que urbaniza la huerta agrícola. Conservación estricta de la huerta periurbana para usos agrícolas y actividades ciudadanas (sin urbanizar).

Promoción de un plan metropolitana de conservación de la huerta con otros municipios.

Creación de una marca de calidad alimentaria para los productos de la huerta valenciana y de otra marca para productos ecológicos de la huerta.

Una exposición itinerante y un museo permanente sobre los valores culturales y agricolas destruidos por sucesivos gobiernos municipales.

Fomento de pequeños huertos ecológicos de bajo alquiler para el autoconsumo para los vecino/as.

ALBUFERA

Derogación del PRUG del Parque Natural de la Albufera y la prohibición de toda urbanización nueva dentro del Parque.

Cumplimiento estricto de las sentencias del Tribunal Europea de Justicia en contra de los vertidos contaminantes dentro del Parque y la construcción de una depuración adecuada de aguas de los municipios circundantes.

AGUAS

Normativa municipal de recuperación de aguas pluviales en depósitos en los edificios de nueva planta, en los jardines y en los edificios públicos para usos de regar y de limpieza.

Información pública sobre el estado biológico y químico del agua potable, incluido posible presencia de pesticidas. Información visible de todo el ciclo del agua de la zona de Valencia incluyendo el estados ambientales de los acuíferos, de los caudales de los ríos circundantes y de la Albufera.

Información pública semanal durante el verano sobre el estado biológico y químico de los aguas de las playas de Valencia.

ENERGÍA

- Planes de producción y autoconsumo energético descentralizado con la implantación de placas solares, térmicas y fotovoltaicas, además de pequeños aero-generadores de energía eléctrica. Programas ambiciosos de implantación de renovables con el objetivo de alcanzar más del 10% del consumo energético de la ciudad para el 2020.


VIVIENDAS

Fiscalidad municipal especial para desincentivar las viviendas desocupadas.

Normas de materiales de bioconstrucción con ventajas fiscales para su utilización en obras nuevas o rehabilitaciones.

Plan municipal de rehabilitación energética y ecológica de viviendas con ayudas, ventajas fiscales y un sello de calidad.

Plan de fomento de los techos verdes, los huertos en tejados y las fachadas vegetales mediante la donación de materiales, plantas y asesoramiento.

Plan de control de la sobre-saturación de apartamentos turísticos y de los alquileres turísticos illegales.

MOVILIDAD y TRANSPORTE

Límites estrictos de velocidad de 50Km/hora dentro de la ciudad con instalación de sistemas físicos de obstáculo a las altas velocidades (badenes, pasos de peatones elevados…) y con controles efectivos mediante campañas informativas y multas ante el incumplimientos de la normativa.

Ampliación de Zonas 30 a todos los barrios, campañas informativas y sistema de multas disuasiorias ante infracciones.

Creación de una tarjeta de transporte público para estudiantes y personas paradas a precio simbólico o muy reducido.

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7 avril 2015 2 07 /04 /avril /2015 20:53

Basado en un artículo publicado en alemán e inglés por Andreas Weber, un biólogo y escritor alemán.

¿Cómo es posible proporcionar una vida de dignidad para todos los seres humanos, para vivir en convivencia y el respeto con el mundo naturaly aceptar los límites planetarios?

¿Podemos seguir confiando optimistamente únicamente en que nuestro pensamiento racional y nuestras capacidades tecnológicas son apropiadas para usar la naturaleza y poner la servicio exclusivo de nuestras necesidades? ¿Realmente la naturaleza solo es un terreno para el juego de ganadores y perdedores o tenemos que desafiar los supuestos de la ceguera sobre las realidades biológicas y ecológicas que nos constituyen?.

En lugar de la corriente principal, dualista, de la metafísica que trata el mundo como simple recurso al servicio humano y «materia muerta» es más realista percibir un mundo pluralista de seres vivos en constante enredo e interdependencia entre sí dentro de una biosfera que debe ser entendida como una continua emergencia de la diversidad, la libertad y la experiencia.

Un cambio de paradigma en curso en las ciencias de la vida nos está proporcionando con una nueva imagen de la biología, alejada de la cosmovisión reduccionista que ve la naturaleza como una máquina determinista cuyas partes y procesos eventualmente puede estar separados y «fuera» para los observadores humanos. Esta nueva cosmovisión científica sitúa a los seres humanos profundamente en una red de dinámica, que viven y se desarrollan relaciones creativas. Al descartar una perspectiva mecánica de la naturaleza, la ciencia está empezando a ver que el gran territorio inexplorado es la naturaleza de la vida misma. La subjetividad, la sensibilidad, la empatía, la agencia, la reciprocidad, la expresión, los valores y la autonomía, se encuentran en el centro de la biosfera no son patrimonio de la razón y la libertad de los humanos, tal y como nos han dicho los modernos. Este cambio de conciencia no es una cuestión de mera opinión, ideología o especulación, cada vez está siendo más validado por las evidencias empíricas de numerosos campos disciplinares. Las ciencias biológicas están experimentando una transformación masiva que ha sido comparado con la que experimentaron la física en el pasado siglo XX cuando tuvo que enfrentarse con las realidades particulares de la física cuántica y la relatividad.

Esta “vivificación”a partir de los conocimientos de las nuevas ciencias está revelando la complejidad generativa en organismos que están muy lejos de ser simplemente físicos y mecánicos, seres sensibles, criaturas que tienen experiencias subjetivas y capaces de producir sentido. Organismos que encarnan significado y expresar una sensibilidad « haciendo mundo». La subjetividad y la sensación de estar vivo no son incidentales a su evolución la historia, son el centro de ella. Se hace necesaria una revisión y «actualización», a veces un reemplazo de muchas de las categorías heredadas del pensamiento ilustrado. Se trata de ir más allá de nuestra errónea metafísica moderna de «materia muerta» y reconocer lo profundamente creativo, poético y los procesos expresivos encarnados en todos los organismos vivos.

Se hace necesario avanzar hacia un cambio fundamental en los conceptos de la naturaleza, la cultura y la política, y esto ha de tener profundas implicaciones para la política contemporánea y los marcos de acción de la política pública. Nuestra visión del mundo desde el monocultivo obsoleto de la arrogancia y el dominio humano es, literalmente, lo que nos impide comprender las causas profundas de nuestras múltiples crisis. Las creencias y metáforas que la ciencia darwiniana pre-victoriana y las normas sociales, la biología y economía han desarrollado un sistema integrado «bioeconómico» pero erróneo con narrativas acerca de cómo es la vida, la naturaleza y el trabajo político. Han definido indebidamente cómo «Sostenibilidad” lo que en realidad son prácticas de rendición que serán elaborada y ejecutados a nivel mundial bajo las prioridades del desarrollo y el crecimiento. Desde la perspectiva bioeconómica, los seres humanos son considerados como máquinas impulsadas por el ego y las metas egoístas, «jugar el juego de la vida» es competir en una lucha sin fin para conseguir sobrevivir y triunfar sobre los demás. Todos los individuos humanos somos homo economicus, supuestamente racionales que maximizamos la utilidad y el bienestar propio. Esta es la historia que nos decimos a nosotros mismos sobre el mundo y sobre nuestro lugar en él, y que a su vez ayuda a configurar el mundo y los límites de nuestro pensamiento y coloniza la imaginación sobre posibles alternativas.

Pero sin embargo, la naturaleza es creativa y genera en su propia dinámica la emergencia de cambios y novedades, genera muchos «despilfarros» en la generación gratuita de excesos y de «excedente de información» que son esenciales en el mantenimiento los ecosistemas, la diversidad biológica y la experiencia individual. En ella no hay lugar en la naturaleza para la propiedad exclusiva y la escasez artificial de los derechos de propiedad. Los ecosistemas están en regímenes de código abierto de la abundancia natural. La naturaleza no es un juego de suma cero, sino un amplio continente colaborativo con dinámicas autogenerativas.

Si la civilización humana opta por los frenos de emergencia y llegar a acuerdos para actuar sobre el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, y otros retos ecológicos, es imperativo que la gran institución de poder la economía humana comience a arrojar los mitos de otros siglos y comience a reconocer los principios reales de la nueva biología y su funcionamiento en los ecosistemas naturales dándoles un significado central. Debemos examinar los principios dominantes de la «bioeconomía» y su tendencia colonialista inherente de «economizar» la vida levantando altos muros al pensamiento y la imaginación sobre posibles vías alternativas. Sus anacrónicos y fantasiosos principios no reconocen que «la vida» y la«vitalidad» han de ser categorías fundamentales del pensamiento y que experiencia individual y significado son realidades incorporadas en los ecosistemas, algo que también deben reconocer y apreciar las ley, la política y las instituciones.

A diferencia de los mercados se centró en la producción y distribución de bienes y servicios, los bienes comunes involucran a las personas en el centro de sus "centros de vida.» Desde el nuevo conocimiento aportado por las ciencias de la vida pueden explorarse modelos análisis de los bienes comunes. Comunes alude a las necesidades de tod@s, que honren las necesidades personales de la gente y sus intereses intrínsecos, mejorando a la vez su experiencia vital y la vitalidad de los ecosistemas subyacentes. La auto-organización es un ejemplo de bienes comunes que perviven en las sociedadesactuales, aquí los bienes comunes hablan de sentido, de participación, conexión social e identidad. Se celebra la tradición y costumbre, y el sentido de pertenencia y el lugar, al tiempo el fomento de la adaptación y la innovación es transformacional, también, porque se redefine la riqueza como algo mucho más que el dinero. Si el bienestar humano es la meta, la riqueza debe comprometerse con el centro de la vida de los individuos y los bienes comunes pueden desencadenar energías descentralizadas y abrir nuevas posibilidades de cambio de una manera que no puede hacer la hoja de cálculo del pensamiento economicista.

Los bienes comunes ofrece los contornos de nuevas realidades ignoradas y a la vez un nuevo paradigma vivificante para los seres humanos y nuestro mundo ecológicamente creativo. Las nuevas conclusiones y saberes sobre la realidad biológica que constituye a las sociedades humanas y sus individuos permiten esbozar las implicaciones de una cultura plenamente encarnada la política, y muestra cómo el movimiento de los bienes comunes puede ayudar a desarrollar sus principios emancipatorios. Se trata de un camino convincente para avanzar hacia un nuevo nivel de pensamiento y una visión de gran alcance para un futuro humano, ecológicamente responsable. Ante los temibles retos e incertidumbres del futuro, los mayores logros de la Ilustración, el individuo, la razón, la libertad y los derechos, pueden y deben ser combinados con los principios co-creadores del poder relacional, encarnado, autónomo de los seres vivos en el contexto ecosistémico del avivamiento.

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14 mars 2015 6 14 /03 /mars /2015 11:28
La izquierda latinoamericana “extractivista” contra las políticas del bien común
Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Uruguay y otros países donde gobierna la izquierda latinoamericana aplican y defienden unas políticas económicas basadas en una creciente explotación intensiva y a exportación masiva de recursos naturales y agrícolas. Estas políticas fuertemente productivistas y desarrollistas están teniendo graves consecuencias de deterioro de las condiciones ecológicas, democráticas, sociales y culturales.
Se puede decir que son unas políticas continuistas y tradicionales por los anteriores gobiernos de America Latina por tener gran dependencia del comercio internacional controlado por empresas multinacionales que hipotecan la viabilidad social y ecológica futura de las sociedades y del planeta. Sus prioridades económicas mono-sectoriales en el comercio mundial obvian la posibilidad y la precaución de diversificar y hacer más flexibles sus economías ante posibles crisis y amenazas imprevistas. Este modelo de “extractivismo” no crea ni estructuras económicas estables ni diversificadas, tampoco invierte en la construcción de un estado social basado en unos servicios públicos fuertes. En lugar crear instituciones de un estado garantista, mediante el “reparto” asistencialista de una pequeña parte de los beneficios del extractivismo se suele aumentar la dependencia de la población desfavorecida de “bonos” monetarios, el reparto en especie y la beneficencia. Insensatamente dejan la posibilidad de integrar pautas económicas eco-sociales centradas en comunidades locales en sus apuestas diversificadas de desarrollo. Es decir, ponen todos sus huevos en la misma cesta al vaivén del casino económico mundial de las materias primas y de la incertidumbres de los actores económicos transnacionales.
Resulta sorprendente que una parte de la izquierda española, hasta incluso algunos que se auto proclaman ecologistas, consideren las políticas “progresistas” de estos países y los ensalcen como si fueran ejemplos positivos y viables a seguir.
El monocultivo del petróleo, la mega-minería a cielo abierto, el “fracking”, las grandes presas extractivas de minerales, la deforestación masiva para la producción de soja, las grandes papeleras, la sobre-explotación pesquera para las harinas de pescado, y muchos más proyectos esquilman para siempre las mismas fuentes biogenerativas del planeta, las que constituyen en realidad los soportes duraderos vitales e imprescindibles para las sociedades y muy especialmente, para las personas más pobres de America Latina. Lo curioso es que ahora resulta que las iniciativas para este descarrilamiento colectivo vienen de gobiernos de izquierdas y no solo de las multinacionales de turno.
Ciertamente, también es verdad que la “izquierda extractivista” reparte los beneficios económicos obtenidos de estas actividades de saqueo y destrucción de recursos ambientales, y lo hace de forma socialmente más equitativa que la derecha y ayudando a muchas personas latinoamericanas a salir de la pobreza y la miseria. Pero con el tiempo los costes y peligros de este modelo de maldesarrollo son tremendos y empeoran irremediablemente la situación de partida. Las estructuras económicas se centralizan y se concentran al tiempo que se erosionan y hunden los mercados locales de productos propios al aumentar radicalmente la importación de productos de consumo. El extractivismo suele acompañarse de un aumento de violencia social, prostitución, crimen organizado, marginación y dura represión de las personas que rechazan las actividades ecológicamente destructivas y defienden las alternativas de la agricultura local y la soberanía alimentaria. También la economía de exportación de materias primas suele estar desvinculada de economías regionales y nacionales. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=196326
A pesar de las tragedias sociales y ecológicas que acompañan a la economía centrada en la exportación de recursos ambientales y a pesar de la constatación históricamente reiterada de la imposibilidad de un "extractivismo" que se pueda mantener mucho tiempo, son más fuertes los cantos de sirena que dirigen las demandas del derecho al consumo y a la abundancia en millones de personas, aunque solo sea para un brevísimo periodo de tiempo en un planeta finito en materiales naturales. Todo un retrato de una de las principales fuentes del cambo climático global y catastrófico que nos viene encima.
Naomi Klein, en su libro: "Esto lo cambia todo", arremete contra algunos de los líderes destacados de la izquierda, como son Maduro, Correa y Morales, que se han convertido en promotores del “extractivismo” como si este agotamiento cortoplacista del capital natural pudiera poner remedios y parches a los problemas sociales.
Contrariamente, algunos pensadores latinoamericanos han hecho una llamada a erigir el "post-extractivismo" para un futuro más viable y justo. http://www.redge.org.pe/sites/default/files/GudynasCaminosPostExtractivismoPeru11.pdf
DAVID HAMMERSTEIN
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7 mars 2015 6 07 /03 /mars /2015 15:55
¿Invitadas a la economía de guerra contra la naturaleza en nombre de la igualdad?

¿Invitadas a la economía de guerra contra la naturaleza en nombre de la igualdad?

¿Invitadas a la economía de muerte contra la naturaleza en nombre de la igualdad?
 

La ecología está radicalmente ausente de las habituales propuestas feministas de la igualdad en el terreno social y económico. No hay ética del cuidado para la Tierra.

Se puede decir que se trata de modelos de igualdad anacrónicos e insuficientes anclados en el "feminismo liberal de la igualdad" sobre el reparto equitativo y la acción positiva compensatoria entre mujeres y hombres sobre los recursos, los derechos y las oportunidades.

 

Estos programas de igualdad en el terreno económico y social parten de dos supuestos ocultos que ecológicamente son muy problemáticos y cuestionables:

 

1) Repartir y hacer crecer la "tarta". 

Se trata de un "alegre e indocumentado" apoyo a al crecimiento ilimitado de la tarta económica como valor incuestionable. Es decir cuanto más crezca y sea más grande la escala física de la economía, mejor, más habrá para todos y todas, y más para repartir. Una tarta económica que además es medida con los reduccionistas parámetros economicistas y monetaristas, como es el PIB. Más claro: repartir y crecer la tarta a costa de la creciente degradación, esquilmación y muerte de la naturaleza, cuyos recursos materiales son finitos y cada vez más degradados, frágiles y escasos a causa de las agresiones económico-industriales a las fuentes generativas de los mismos: la biosfera conjunta, los ecosistemas, la biodiversidad, el resto de especies animales y vegetales.

 

2) Que no se cuestione la tarta ni sus ingredientes tóxicos

Esta tarta de la producción, la economía y el empleo hoy está llena de biocidas hijos de los laboratorios tecno-industriales y de una ciencia reduccionista y mecanicista que falsamente se declara neutral en valores y a-moral, pero a la vez está dotada de poderes colosales equiparables a los de las fuerzas geológicas. Sus poderes de intervención y artificialización son incalculables e indeterminables, así como sus capacidades para la producción de males atroces y de tragedias de todo tipo: daños, riesgos y peligros socioambientales que se expanden en el tiempo y el espacio sin control. No hay previsión ni cálculo posible sobre sus consecuencias diseminadas en el sistema complejo que habitamos: sociedad humana-naturaleza.

 

Además, conviene no olvidar que curiosamente dicha tarta y sus componentes biocidas y genocidas ha sido creada históricamente por élites masculinas del patriarcado industrial y ahora de la economía globalizada.

 

Es decir, los programas de igualdad son sencillamente "zombis" por insistir en la ignorancia y el maquillado de nuestra primordial identidad viviente y animal, y por apostar por los delirios de arrogancia y grandeza propios de las creencias tecno-optimistas de la vieja sociedad industrial. Están radicalmente desajustados con los tiempos y problemas socio-ambientales que vivimos. Carecen de novedad ideológica por estar en el "consenso productivista" del desarrollo y en la antigua idea de progreso ilimitado de la mejora y el bienestar, algo irrealizable en un planeta finito en materiales y cada vez más enfermo. De este pétreo consenso a favor del crecimiento económico sin límites y de la muerte de la naturaleza hoy participan las izquierdas y derechas de todo tinte y color, y también muchos de los proyectos emancipatorios que han destilado en su historia (liberales, socialistas, comunistas).

 

En el siglo XXI en el que estamos las propuestas liberal-feministas de la igualdad en realidad constituyen una invitación a que las mujeres se suban y se integren alegremente en el tren del desarrollo tecno-industrial y patriarcal, en condiciones de igualdad de oportunidades y junto a los hombres, así ellas también impulsarán el descarrilamiento colectivo.  Son temibles las consecuencias sociales y ecológicas en curso: escasez crónica, extinción de la biodiversidad, destrucción irreversible, inhabitabilidad del planeta, enfermedades, éxodo y refugiados socio-mbientales, exterminio de multitudes, fraticidio y la guerra por recursos ambientales básicos cada vez más menguantes a causa de la "translimitación o rebasamiento" de los límites biofísicos infranquebles, más allá de los cuales las fuentes biogenerativas de la biosfera no pueden recuperarse y no hay vuelta atrás en su progresiva decadencia. 

 

Como en una película de terror, a las mujeres se nos quiere invitar a tripular "en condiciones de igualdad" el tren del desarrollo y el crecimiento ilimitado de la economía material, todo un regalo envenenado para empujar hacia el colapso y la tragedia conjunta.

 

En resumen se trata del viejo feminismo que apuesta por la igualdad y la equidad entre mujeres y hombres, pero lo hace bajo algunas exigencias dramáticas:

 

A) El coste de la "masculinización de las mujeres". Causado por su aplaudida integración en las instituciones y valores principales del desarrollo y sus prioridades productivistas (algo bien diferente al cuestionamiento del doble sistema patriarcal del sexo-género).

 

B) El coste de la muerte creciente de la naturaleza. Causado por no tener en cuenta los límites biofísicos insalvables y sus restricciones a la libertad, la acción humana y la economía. Irremediablemente los sistemas sociales son parte de la biosfera y dependen de ella, de la salud e integridad de sus sistemas naturales. Para sobrevivir y continuar en el tiempo, y para poder hacer realidad las utopías de la "buena vida y su disfrute en nuestra única y común casa planetaria" necesitamos preservar y reparar en lo posible los recursos y servicios naturales de baja entropía que tienen su fuente primordial en los metabolismos naturales de la Tierra. La naturaleza es condición, medio y meta en todo curso de posibilidades y opciones en juego, pero la ceguera suicida del desarrollo social y económico está deteriorando a marchas forzadas su biodiversidad y sus complejos y frágiles equilibrios vitales, tal y como nos informan los mejores datos empíricos disponibles.

 

La realidad ecológica es sustantiva y fundacional, tiene existencia, dignidad y necesidades propias. Conecta todo con todo y está en todas partes. No es solo un asunto sectorial, no es un simple apartado separado del resto de realidades y políticas. No es un colorín (el verde) equivalente a otros colores y a apilar junto a ellos (rojo, blanco, violeta, arco-iris, ...), tal y como acostumbran a hacer las izquierdas en sus retóricas y programas electorales. No es un adjetivo sino que es un componente estructural no eliminable de toda acción humana y realidad, lo que impone condiciones y restricciones primeras y últimas a todo fenómeno, proyecto y acción sobre el mundo. Las realidades socio-ecológicas podrían tener innumerables propuestas de cambio y mejora que directamente beneficiarían a las mujeres por estar incluidas en otras realidades que les afectan y discriminan, aunque erróneamente las solemos nombrar separadamente de la ecología: la economía, la producción, el empleo, el consumo, el transporte, la tecnología, la vivienda, la agricultura, el urbanismo, la alimentación, la energía, la sanidad, la enseñanza, ... 

Esta es la verdad incómoda que los programas económicos y sociales de igualdad feminista irresponsablemente niegan.

 

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