Energía Solar: empezar la casa por el tejado
Lo pequeño es más hermoso bajo el sol
España tiene un clima especialmente favorable para la energía solar fotovoltaica, es decir que transforma la radiación solar en energía eléctrica mediante paneles. El balance de energía invertida/energía recuperada es especialmente positivo, ya que en 3 o 4 años se recupera la energía invertida en hacer la planta solar, y siendo que la vida productiva de la misma es de 30 a 40 años.
La energía solar es una fuente energética muy apropiada para la producción descentralizada y las redes inteligentes. Una desventaja que tiene es que para producir mucha energía se necesita ocupar unas superficies relativamente grandes, pero es una fuente energética especialmente adecuada para su instalación en los techos o en las estructuras de las edificaciones, cumpliendo así una doble función. Aunque la potencia solar de España está en pleno auge y avance, sin embargo la energía solar ha de crecer mucho más bajo formas aún más sanas, socialmente más equitativas, y más eficientes.
Al contrario de lo que ocurre en otros países europeos, en España no se prima económicamente más la instalación solar en los tejados de los edificios que la instalación en los huertos solares. Tampoco se fijan grandes diferencias en la remuneración económica recibida por la energía inyectada a la red por parte de las pequeñas, las medianas o las grandes instalaciones solares. Actualmente en España se está dando un desequilibrio que es urgente alterar: más del 90% de la capacidad fotovoltaica generada está siendo instalada en el suelo y menos del 10% en los edificios. Por ejemplo, ocurre lo contrario en Alemania, donde hay una legislación que favorece más la integración de los paneles solares en los edificios, y más del 90% de la potencia solar está instalada en cubiertas, más de 250 mil personas poseen ya placas solares fotovoltaicas. ¡Ya es hora de reivindicar la integración arquitectónica de la energía solar!.
La generación energética por medio de energías renovables suele ser muy intensiva en su necesidad de superficies, y además suele ser muy agresiva por su daño al paisaje. La proliferación de enormes huertos solares sobre tierras fértiles o sobre ecosistemas frágiles podría tener unos impactos ambientales preocupantes. Además, podrían darse repercusiones de daño ambiental en las líneas de evacuación, sobretodo si son de alta tensión. Con las centrales solares muy grandes se copia el modelo energético, económico y geográfico concentrado de las sucias energías fósiles derivadas del petróleo. Aunque todo lo grande no tiene porqué ser feo y agresivo, la realidad en energía solar es que lo pequeño suele ser mucho más hermoso. Los huertos solares han de tener una justa medida porque el sol brilla más por encima de nuestras casas. En consecuencia, las ayudas públicas deben ser orientadas preferentemente hacía la instalación de energía solar en edificios y en zonas industriales.
2. Decentralización energética
3. Autosuficiencia energética
En un futuro más verde se ganará seguridad, concienciación, responsabilidad, y eficiencia, ya que las casas producirán, consumirán e intercambiarán con la red. Hay que potenciar la autonomía energética de edificios, industrias e instalaciones de todo tipo, para que puedan tener energía propia, incluso si tuvieran que desconectarse de la red. El conocimiento y los sistemas tecnológicos basados en la eficiencia, geotermía, cogeneración, bioclimatismo y bioconstrucción, son unas herramientas muy útiles para asegurar la autosuficiencia energética.
El poder observar los paneles solares sobre las casas y edificios de nuestras ciudades debe ser la regla y no la excepción (como ocurre actualmente). Es urgente una legislación para la instalación obligatoria de paneles solares fotovoltaicos y térmicos en la casi totalidad de los edificios expuestos a suficiente sol. Es necesario eliminar del Código Técnico de Edificación la numerosas exenciones a la obligación de instalar energía solar térmica y fomentar en serio la instalación de la energía solar fotovoltaica en viviendas. El gobierno central y los gobiernos autonómicos deben marcar unos objetivos y planes ambiciosos para la colocación de paneles solares en medio millón de viviendas y edificaciones antes del 2012.
Las instituciones autonómicas y estatales deben adoptar unos códigos de buenas prácticas para la integración armónica de los paneles solares en las edificaciones. Los valores estéticos de experiencia pueden compatibilizarse con los de eficacia. Además, se pueden fomentar incentivos y concursos para favorecer las integraciones más estéticas, armoniosas y eficientes. Hacen falta más ayudas públicas especiales para la integración de la energía solar en los edificios históricos y en los pequeños pueblos y ciudades.
Los consumidores deben poder elegir la fuente energética de su electricidad doméstica, tengan o no una instalación solar. La elección de la fuente energética debe ser fácil, y la claridad explicativa ha de darse en el recibo de la luz de cada mes, tal y como marca la legislación europea. La energía foltovoltaíca no debe sufrir la competencia desleal de unas tarifas eléctricas más baratas que favorecen a los monopolios energéticos contaminantes, y que desde hace décadas han gozado de subsidios públicos y del favoritismo del estado. Hay que acabar cuanto antes con el "déficit tarifario" que vende la electricidad por debajo de coste real. Ya es hora de tener unos precios justos que reflejan los reales costes externos y ambientales de cada fuente de producción energética. La desagregación de los grandes consorcios energéticos es necesaria para permitir un mercado más justo para las nuevas empresas pujantes en fuentes energéticas renovables, y al tiempo es más acorde con los derechos de los consumidores y ciudadanos, y con la salud del planeta.
7. Educación, investigación y ciencia para el futuro solar
Hay que orientar la investigación científico-técnica en energía y su financiación hacía las energías renovables. Con ello hay que cambiar la actual prioridad que destina la mayoría de los fondos públicos hacía la investigación y el desarrollo de los combustibles fósiles y de la energía nuclear. Con soluciones energéticas limpias y renovables, y en particular con la energía solar, se puede avanzar más y más rápido en la lucha contra el cambio climático. Hoy se están desarrollando grandes avances técnicos que podrán permitir la expansión masiva de las fuentes solares a unos precios cada vez más bajos y asequibles.
8. La ciudad debe ayudar al nacimiento de la época solar
Los ayuntamientos deben incluir objetivos de autoabastecimiento y de producción fotovoltaíca en sus planes urbanísticos. La planificación de nuevos barrios y construcciones deben tener en cuenta los balances energéticos implicados en la orientación del sol, las áreas de sombra, y han de dotarse de un mínimo porcentaje de superficie construida apta para la producción solar.
9. Mujeres con la energía solar
En los singulares papeles sociales que desarrollan en la vida social y familiar, las mujeres suelen ser gestoras directas del consumo familiar en la cotidianidad doméstica, y pueden favorecer con ello los hábitos responsables de ahorro energético y eficiencia, y la solidaridad con la salud del planeta. En el Sur las mujeres a menudo se encargan del trabajo de encontrar provisiones de madera y agua para las necesidades de sus casas y familia, dos recursos naturales básicos y cada vez más escasos, más degradados, y más difíciles de encontrar. Sus vidas y las de sus familias mejorarían sustancialmente con la instalación masiva de la energía solar para la iluminación, la extracción de agua, para cocinar y lavar. De esta manera, se podría luchar a la vez contra la desertización, la deforestación, y contra los impactos sociales y ecológicos del cambio climático en los países más afectados.
10. Transferencia tecnológica solar para el Sur
El Sur necesita programas integrales a favor de la energía solar mediante la liberalización de las reglas de la propiedad intelectual para permitir un mayor acceso a las nuevas tecnologías. los países de Norte deben favorecer el desarrollo limpio en el Sur liberando ciertas patentes que se han conseguido gracias a la financiación pública. También hacen falta amplios proyectos de formación profesional, intercambios académicos y becas técnicas, para que los jóvenes del Sur puedan liderar las revoluciones solares que necesitan sus pueblos y sus amenazados ecosistemas vivientes.