
Phillipe Lamberts, miembro de la dirección del Partido Verde Europeo, ha manifestado recientemente que es equivocada la estrategia de alianzas con la extrema izquierda practicada por Los Verdes en España y en Italia. También José Maria Mendiluce, cuando se presentó como cabeza de lista de Los Verdes a la alcaldía de Madrid, fue también muy crítico con la política de alianzas con partidos como Izquierda Unida, y contrariamente, apostaba por Los Verdes con una clara y netamente diferenciada identidad propia. Su idea de crear una "tercera izquierda" tal y como titulaba un pequeño libro escrito con Daniel Cohn-Bendit, apuesta por una tercera vía que marque equidistancia con la izquierda tradicional de tinte comunista (estatalista, economicista y productivista) y la izquierda socialdemocrata (economicista y productivista).
La singularidad antiproductivista
Conviene recordar que el espacio verde, desde su emergencia histórica, no obedece a los parámetros tradicionales de la izquierda. Su identidad política es nueva y singular, y no puede ser entendida exclusivamente bajo las ideas que separan y caracterizan a la izquierda y la derecha. Izquierdas y derechas, con actores y políticas reales e históricas, ambas parten de un mismo y común consenso productivista a favor del crecimiento ilimitado de la economía, de la producción, y del consumo, y basado en la creciente extracción y destrucción de los recursos biofísicos, y el desprecio hacia los ecosistemas, la biodiversidad, las especies, y los animales no humanos.
Es decir, la filosofía política común de la izquierda y la derecha defiende una peligrosa y anticientífica idea sobre el bienestar y sobre la riqueza y la mejora humana, ya que parte de la desconexión y el dominio humano sobre el conjunto de los sistemas vivos y la biosfera terrestre. No protegen con políticas prácticas los valiosos bienes y servicios ambientales, ni reconocen la condición de escasez y fragilidad de la naturaleza, ni las necesidades absolutas para su salud, regeneración y continuidad. Pero sin embargo, la preservación de la integridad de los bienes y servicios ambientales es esencial para la salud y la supervivencia de la humanidad, y también es condición previa para cualquier forma de reparto y justicia social. Contrariamente, el espacio verde y su agenda de cambio parte de un radical cuestionamiento de este insensato consenso productivista practicado al unísono por la izquierda y la derecha, que niega el valor central e inevitable de los sistemas vivientes del planeta.
El espacio verde no está encerrado en la botella de la izquierda
El abuso de autodefiniciones de izquierda
En definitiva, no tiene demasiada sensatez el abuso de las autodefiniciones "de izquierdas" si a la vez no se marcan claramente las enormes diferencias que nos distancian "en verde" del resto de las izquierdas. Lo cierto y real, hoy día y en términos históricos, es que las políticas y programas de la izquierda parten de los supuestos desarrollistas que aceleradamente esquilman el mundo viviente por cada rincón del planeta. Y por tanto, el definirse centralmente como de izquierdas no debería constituirse en el parametro central que de identidad al espacio verde, ya que además de desanimar al votante verde, no aclara en nada la orientación que ha de tomar la política y la agenda verde en lo concreto.
El declararse de izquierdas, aunque sí puede ser la ideologia y la marca de identidad central de nuestros coyunturales aliados electorales, en cambio no ha de ser la bandera pública central de los partidos verdes. La idea es sencilla: los partidos verdes no deberían encerrarse en las categorías tradicionales y a menudo muy zombis de la izquierda productivista realmente existente, ya que esto va contra la propia realidad y acción estratégica de la política verde. Y también resulta contraproducente por la confusión social y los errores de análisis que se crean, al hacer pensar que el espacio verde es solo un subconjunto de la izquierda, y que en consecuencia, sus mensajes solo se han de dirigir a movilizar a los votantes de izquierdas.
Los variopintos votantes verdes
Además, en términos de racionalidad estratégica y electoral, conviene no encasillarse en una parte del espectro ideológico de la izquierda. Para poder despegar y crecer social y electoralmente no tiene sentido copiar los discursos dirigidos a los votantes "de izquierdas", ya que esto significa no reconocer que la dimensión transversal e interclasista de las opiniones a favor de medioambiente tiene la potencialidad de atraer votantes de un amplio abánico ideológico. Es decir, mucho mejor es llamarse verde "a secas", sin más adjetivos que encojan el potencial de apoyos que pueden recibir las propuestas verdes. Para defender como verdes los derechos humanos, la justicia distributiva y la justicia de reconocimiento cultural, no es necesario llamarse de izquierdas, y con ello pedir a la vez e implícitamente el voto a otras fuerzas políticas también percibidas como de izquierdas.
Esto no quiere decir que las coaliciones con otras fuerzas políticas llamadas de izquierdas carezcan de sentido, claro que lo tienen, sobre todo si el mercado de los potenciales aliados electorales es escaso, y "las habas" de posibilidades de llegar a acuerdos están muy contadas. Lo que resulta políticamente insensato es hacer alianzas sin diferenciación del resto de los aliados de izquierdas, o repitir los lemas y los tics tradicionales de la izquierda (o de los nacionalistas), puesto que el coste político es la invisibilidad y la pérdida de las señas de identidad propia como verdes. Es verdad que las posibilidades de elegir aliados son a menudo muy limitadas en España, y que para poder influir en la política real, el ir en solitario a las elecciones puede garantizar la marginalidad o la total exclusión política. Nuestra fundamental identidad verde no ha de excluir un pragmatismo táctico abierto a plurales alianzas electorales.
¿Es Izquierda Unida un partido de "extrema izquierda"?
Volviendo al comentario hecho por Phillipe Lamberts. Las alianzas con la "extrema izquierda" a las que hace referencia responde al peligro de la confusión e indistinción electoral a ojos de la ciudadanía y la percepción social mayoritaria. Lamberts, con este comentario no está definiendo de forma analítica y descriptiva a partidos como Izquierda Unida ni a los comunistas italianos, ya que está claro que sus programas no son propios de una izquierda radical, sino que son socialdemócratas, y escasamente revolucionarios.
Entre el electorado español, IU suele ser percibida como el partido parlamentario que está más a la izquierda. El PSOE es socialmente percibido como de "izquierdas" moderada, y a su izquierda está IU, que socialmente es vista como "izquierda" radical. Pero la percepción social, a menudo poco o nada tiene que ver con las posiciones y actuaciones políticas reales.
Fuera del campo de as percepciones sociales, la verdad es que en todo caso, los verdaderos "radicales" somos los verdes, puesto que priorizamos el desafío al férreo consenso del productivismo y sus proyectos de desarrollo impulsados alegremente por la izquierda y la derecha, por actores públicos y privados. Es decir, el espacio verde no se circuscribe solo a los términos clásicos del eje Izquierda-Derecha ya que su singularidad está en la posición ambientalista que ocupa en el eje Productivismo-Supervivencia.
El doble eje: Izquierda-Derecha y Productivismo-Supervivencia
El simple hecho de declararse de izquierdas (dentro del eje Izquierda-Derecha), es insuficiente puesto que no aclara en nada cual es la posición adoptada en el intercambio con los sistemas vivientes amenazados (dentro del eje Productivismo-Supervivencia). El lugar adoptado en las dos escalas de posicionamiento político: Izquierda-Derecha y Productivismo-Supervivencia, es necesario para delimitar la identidad política en la que se está. El que los partidos verdes se situen a "la izquierda", responde más bien a una realidad de hecho en su práctica política y programática, y creada por la misma acción política verde que incorpora la preocupación igualitaria y solidaria junto a su compromiso ambiental, y por ello no responde a una identidad esencial y totalizadora, ni a simples proclamas retóricas realizadas desde principios absolutos y aprioris esencialistas. La autodefinición de ser de izquierdas, tampoco debe circunscribirse a discusiones ideológicas puramente teóricas, tan queridas en países como Francia.
El declararse ser muy de izquierdas (o ser de derechas), hoy apenas aclara nada sobre el terreno y los problemas concretos a los que nos enfrentamos, y tampoco da pistas sobre cuales han de ser las soluciones que se necesitan y por las que optan. Por ejemplo, el afirmar que se es muy de izquierdas, no quiere decir que se esté en contra de la minería extractiva de carbón a cielo abierto que destroza montañas y biodiversidad; tampoco aclara nada sobre que hacer con una peligrosa y contaminante fábrica química, o con una planta térmica. Ser de izquierdas, tampoco quiere decir que se defiendan unas medidas fiscales que penalicen y desanimen la producción sucia y contaminante; y tampoco significa que se esté a favor de unas ecotasas aplicadas al consumo individual destructor del planeta, y puesto en práctica por los estilos de vida de la gran mayoría de la población de nuestros países "ricos y desarrollados".
En definitiva, el viejo debate izquierda-derecha confunde socialmente y aclara muy poco sobre el que hacer en el terreno práctico. Interesa cada vez menos a nuestro electorado potencial, y dice poco o nada sobre el central conflicto entre productivismo y sostenibilidad, entre el desarrollo y la supervivencia, es decir, sobre las opciones y retos fundamentales que hoy atraviesan a las sociedades del Norte y del Sur, y que cuestionan radicalmente a toda la civilización industrial y tecnológica. Por tanto, lo que interesa y urge es aclarar quien es quien, pero no sobre nominalismos retóricos y lenguajes identitarios zombis, anticuados, y ciegos con el presente, sino sobre opciones y propuestas concretas de acción política (sobre la creación del empleo, sobre la renovación económica, sobre el modelo de agricultura y urbanismo, sobre la defensa de un tejido social cohesionado a partir de necesidades y derechos básicos, sobre la lucha contra el poder de los lobbies industrilales y los monopolios...). Lo que ya no interesa son las grandes proclamas contra el capitalismo, o a favor de la lucha de clases, o las nacionalizaciones estatales.
Sobre el encubrimiento y la justificación de la contaminación química ya hay una gran tradición española. A esta labor deshonesta se prestan un ejercito de técnicos, científicos y políticos de todos los colores y rangos. Porque una auténtica "prueba del algodón" en la defensa del medio ambiente y de la salud se da cuando una actividad industrial importante se enfrenta con una enorme catástrofe ecológica generada por la propia actividad. El polo químico de Huelva, y en concreto las operaciones de la empresa de fertilizantes Fértiberia, han gozado durante muchos años de impunidad gracias a un consenso político, sindical y empresarial que ha podido esquivar la ley y el sentido común para seguir vertiendo toneladas y toneladas de veneno sobre el entorno de Huelva. El agua, suelo y aire de Huelva han quedado muy maltrechos.
Los Fosfoyesos (subproducto de ácido fosfórico) es el nombre popular de uno de los vertederos tóxicos más grandes de Europa, que se encuentra en las marismas de Mendaña, junto al río Odiel, y a unos 500 metros del mismo casco urbano de la ciudad de Huelva. Más de mil hectáreas de vertidos acumulados desde el 1968 contienen un terrible cóctel explosivo y mortífero de metales pesados y radioactividad. No es una casualidad el que Huelva tenga una de las tasas de cánceres más altas de España, alrededor de 50% más que la media española para algunos tipos de esta enfermedad.
Sencillamente, no hay palabras ni tiene nombre lo que sucede en Huelva. Sentencias judiciales sin ejecutar y crecientes enfermedades cancerígenas. Pero, no pasa nada.
Desde la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo, se ha abierto un procedimiento de infracción contra España por parte de la Comisión Europea que ha inspeccionado in situ la zona de Fosfoyesos. Hemos tenido distintas sesiones en la Comisión de Peticiones con la presencia de los valientes líderes ciudadanos de la Mesa de la Ría y de Greenpeace. Hemos organizado una conferencia en Huelva con el título "Fosfoyesos: cómo limpiar el polo químico y no morir en el intento" . Y finalmente, parece que la combinada presión europea, judicial y cívica, está teniendo un éxito parcial aunque muy tarde.
El Gobierno ha anunciado el fin de los vertidos antes del 2012 y la restauración de la zona. Sin embargo, los científicos encargados del plan de restauración por la Junta, curiosamente son precisamente los mismos que han trabajado a favor de la continuidad de esta industria sucia y que han negado la gravedad del problema socioecológico creado. La Junta de Andalucia se niega a la participación de técnicos de Greenpeace en el grupo de expertos.
The Bar-Illan speech:
Under the present situation the EU should maintain its de facto postponement of its upgrading of EU-Israel relations and should condition the future deepening of economic, commercial and scientific participation of Israel in EU programmes to a progressive compliance with EU policy aims concerning peace and human rights. A change in Israeli policy toward the humanitarian blockade of Gaza and toward settlements in the West Bank could facilitate the desired upgrading process.
U. S. President Obama has set out policy goals concerning the Palestinian-Israeli conflict to be solved by a viable two- state solution and has exerted a certain degree of pressure on Israel with regards to the expansion of settlements on occupied Palestinian land. A firmer commitment by the US toward Mid-East peace has sent signals that many years of a "blank cheque" policy toward Israel has ended. It is also possible that Obama´s first gestures of change in the US Mid-East policy might already be weakening the gospel and reducing the support of some of the region´s Islamic fundamentalists.
Most importantly we should not be deceived by "word games" when the only reliable political statements in the Middle East are made by the reality on the ground. One should realize that the Israeli Government and probably the majority of present Israeli public opinion believe that no peace deal with the Palestinians is possible, that it is too dangerous or that it is not even desirable. Peace and normalization with the Arab world is yearned for in Israel by the present Israeli administration abstractly but radically rejected in any concrete terms that would be remotely acceptable to any moderate Palestinian or Arab leadership. Only US and EU political pressure can break this stalemate and prevent even more suffering on all sides.
Prime Minister Netanyahu´s response to Obama has been to make rhetorical overtures but no real political concessions. On the contrary, he has conceded the theoretical acceptance of "a Palestinian state", something Israeli governments have accepted for almost 20 years, but he has framed this acceptance of the "two-states" within a series of uncompromising conditions that render any positive negotiations with the Palestinian Authority impossible. His semantic pedaling tries to give the impression he is moving in the right direction but his bicycle does not budge one inch from very hard-line conditions concerning the core issues of the conflict:
Settlements: Netanyahu refused to freeze the "natural growth" of settlements which has been the pretext of the massive expansion of thousands of homes over the last 15 years. He has not even committed himself to a serious policy concerning dozens of "illegal outposts" , a few of which are torn down only to be rebuilt a few days later. No clear limits or borders are placed on the growth of the existing large settlement blocks such as Gush Etzion or Maale Adumim. This prejudges and cripples the outcome of any future negotiations leading to the establishment of even a mini Palestinian state. Netanyahu never even mentions what the present or future borders of Israel are or should be, while the whole Arab world is at least clear about demanding the pre-1967 borders.
Jerusalem: While Olmert already started to talk about the division of Jerusalem and the acceptance of the "Clinton Parameters" (Arab neigbourhoods would be part of the Palestinian State and Jewish ones part of Israel), Netanyahu in his recent speech insists on Jerusalem as the "undivided and eternal capital of Israel". Israeli policy of the annexation of East Jerusalem has provoked great criticism from both the EU and the US. The Palestinian population of the city is increasingly being marginalised, surrounded by settlements and cut off from the West Bank. It should be clear to all that Jerusalem is at the centre of the Arab-Israeli conflict and that no agreement is possible without a division o sharing of the city.
"Jewish State": A relatively new condition raised by the Israeli side for the establishment of a Palestinian State is the recognition by the Palestinian not only of Israel (that was recognised by Fatah and the PA over 15 years ago) but of the "Jewish nature" of the State. This new demand has a double intention. On one hand it aims at preventing any discussion even symbolic of the "right of return" to Israel (though the borders of Israel are never defined!) or compensation for Palestinians who lost their homes in 1948. On the other hand it could be used as a pretext for discrimination or expulsion from Israel of Israel´s large Arab minority. It should be noted that at this time the Knesset is considering a number of laws on "loyalty to the State" and that Foreign Minister Lieberman advocates racist measures toward Arab citizens and the transferring of Arab-Israeli population and land to the Palestinian Authority. Much of the Israeli right considers the Arab minority a dangerous "fifth column" that threatens the nature and existence of the "Jewish State".
Security: Despite the fact that security and anti-terrorism measures taken by the PA police, with the support of US and the EU, have been universally recognised, even by Israel, Netanyahu makes new and contradictory demands on the Palestinians. On one hand he demands as a pre-condition for a Palestinian state complete demilitarisation and on the other hand he requests that the PA "defeats" Hamas and "recovers" Gaza (something Israel has not manage with all its military might). When Netanyahu demagogically implies that any future Palestinian State could become "Hamastan" with missiles falling on central Israel he ignores the fact that any peace agreement would include very strong International security guarantees (possibly by NATO). The present conflict with Gaza is also the result of a unilateral and non-negotiated withdrawal of Israel in 2005 without any political agreement with the PA nor security guarantees from the international community. To state as is often done in Israel "we withdraw, they shoot missiles" is a gross simplicity and a misrepresentation. What one cannot expect the Palestinians to accept as a pre-condition for negotiations is their total security dependence on Israel. No independent state could accept this demand.
Hamas: As far as Hamas goes, it is clear to all that only important political concessions on the part of Israel with the PA and a great improvement of Palestinian daily life can strengthen the position of Palestinian moderates vis a vis Hamas. The present stalemate and the blockade of Gaza along with the lack of any form of dialogue with Hamas only favours extremism and despair. Only the end of the siege and real hope for Gaza can erode popular support for Hamas.
Iran, the nuclear threat and the "commonality of interest": Netanyahu also speaks of a "commonality of interest" between Israel and the Arab world in order to face the "existential threat" of Iran´s nuclear programme that should place other issue on the back burner. Nevertheless, without clear progress on the Palestinian issue there will be little chance of forming a common front against Iran. Even strong U.S. support in confronting Iran is more difficult without movement toward peace. The double-standard of Netanyahu´s argument on Iran is also often pointed out in the Arab world. It is common knowledge that Israel possesses a nuclear arsenal of its own. Indeed, strong pressure on Iran will be needed, especially in the context of the present democratic resistance, but it will not be in line with Netanyahu´s simple dichotomy of "either we bomb them, or they will have the bomb".
David Hammerstein
La reciente decisión del Gobierno de aumentar la presión fiscal sobre la gasolina y el tabaco es doblemente acertada. Por un lado genera recursos públicos para sufragar los gastos de la crisis económica, y con ello pagar el subsidio de desempleo, mientras que al mismo tiempo desanima el uso del coche y el hábito de fumar, es decir, dos actividades contaminantes de bienes comunes como son la atmósfera y el aire, y esenciales para nuestra salud y la del planeta .
Conviene recordar que desde hace un año ha caído el precio del petróleo casi el 50% y que la presión fiscal de España es de la más bajas de Europa. Ya era hora que se tomara una medida de este tipo, aunque resulte muy embrionaria e insuficiente. Es de pura lógica económica y ambiental.
Además, son unos impuestos justos a pesar de ser indirectos ya que todos y todas nos beneficiamos por la mejora de la salud ambiental y el fumar menos (como resultado de un precio mayor), y además, son las personas con menos ingresos económicos las que más van a beneficiarse de las políticas sociales que han de financiarse con los ingresos obtenidos por el aumento de los impuestos sobre la gasolina y el tabaco.
"J'exulte" s'est exclamé Patrick Bloche, député PS de Paris et fervent opposant au projet de loi, contacté par Le Monde.fr. "Cette décision correspond exactement à notre position qui est de dire qu'Internet est un droit fondamental". Le ministère de la culture doit tenir un point presse en fin d'après-midi.
Hoy en EU Observer
"El co-presidente del Patido Verde Europeo, Phillipe Lamberts ha culpado la derrota de Los Verdes en Italia y en España a sus alianzas con grupos de la extrema izquierda y afirma que para que el partido avance en toda Europa debe abandonar estos aliados tradicionales y atraer a nuevos votantes de la izquierda moderada, el centro y el centro-derecha."
EU Observer 8-06-09
The co-leader of the Greens, Philippe Lamberts has blamed its defeat in Italy and in Spain however on its alliance with far left groups and says that if the party is to advance across Europe, it must abandon these old allies and attract voters from the mainstream left, the centre and the centre-right.
Primera lectura Verde sobre los resultados de las elecciones europeas:
Avance verde en Europa, y menos relevancia verde en España
Un comentario previo de carácter general: Está caduco y es suicida para el proyecto de construcción europea el actual sistema de elecciones europeas por estar basado en listas y candidatos nacionales, que eliminan la posibilidad de elegir directamente a los auténticos líderes políticos de la Unión Europea. Si no se cambia este sistema electoral hacia una mayor participación y trasparencia, y si además continúa la no visibilidad y la ausencia de debate público sobre el día a día de la política europea, el desencanto euroescéptico de la calle aumentará e irá cada vez a peor.
Los Verdes Europeos avanzan
En Europa: Los Verdes han fortalecido su voto y el número de escaños obtenidos, de forma espectacular en Francia (más del 16% de los votantes, casi igualando a los socialistas), pero también se dan avances en Bélgica, Gran Bretaña, Holanda, Suecia, y por primera vez en Grecia. El Grupo Verde del Parlamento Europeo tendrá durante los próximos cinco años más de 50 diputados en una cámara más pequeña que la actual. Los Verdes en el Parlamento Europeo podrán tener un mayor peso relativo en esta legislatura, y en un contexto general en el cual los socialistas, los liberales y la Izquierda Unitaria han perdido bastantes diputados.
Menos relevancia de Los Verdes en España
y el fracaso de las coaliciones
Resulta ser un éxito para los Verdes europeos que Raül Romeva haya renovado por un escaso margen su escaño de europarlamentario. Sin embargo, hay que decir que su pertenencia al Grupo Verde y su identidad verde en general ha sido uno de los secretos mejor guardados de la campaña electoral en todo el estado español, una curiosa invisibilidad mediática que seguramente es consecuencia de una decisión establecida desde la misma dirección de Izquierda Unida. En gran parte del suelo español sólo se ha hablado de los dos diputados de IU. La baja participación y el reparto final de votos de las fuerzas minoritarias y de los restos de votos según la normativa D´Hondt han permitido finalmente su elección.
En cambio han sido casi insignificantes los votos cosechados por Los Verdes (actualmente reconocidos oficialmente por el Partido Verde Europeo) dentro de la coalición Europa de Los Pueblos. De nuevo ha fracasado la crónica estrategia de la "pensión alimenticia" practicada por la Confederación de Los Verdes, esta vez como invitada de piedra dentro de la coalición con Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y otros nacionalistas. Por ejemplo, en el País Valenciano, la comunidad de donde procede la primera candidata verde Pura Peris (situada en el cuarto lugar de la lista), esta coalición Europa de Los Pueblos - Verdes ganó un 50% menos votos que hace 5 años cuando ERC se presentó en solitario. Los resultados eran ridículos (menos del 0.5%) en los territorios donde el nombre de "Los Verdes" iba por delante al no haber una implantación nacionalista entre la ciudadanía de dichas zonas. En definitiva, con una escasa visibilidad y con mucha confusión esta coalición de verdes junto a nacionalistas independentistas apenas ha aportado nada positivo al avance del espacio verde en España.
La verdad es que el último debate electoral europeo de anoche por TV, tenía cierta novedad con algunos elementos más inteligibles y europeos que los anteriores. Quizás haya sido porque no estaban las primeras espadas de cada candidatura. Aunque también escuchamos la repetición de algunas de las tonterías ajenas al debate europeo con temas de confrontación presentes en el debate político a escala estatal, como: "vivíamos mejor con Aznar", "esto es como Franco", "yo hablo castellano perfectamente", "la Unión Europea debe reconocer el derecho de autodeterminación", o "hay que nacionalizar las fábricas y sectores de actividad productiva". Aunque la mitad del tiempo se hablaba mirando los problemas que solo pueden afrontarse desde el escenario de las competencias estatales, también se dieron algunas curiosidades en el marketing político y en las posiciones y discursos sobre la Unión Europea.
A pesar de mostrarse muy suelto y aparentemente confiado en su expresión, Ramón Jauregui, el representante del PSOE, tiraba balones fuera y se negaba a responder a las preguntas insistentes y directas que hacía el candidato de ERC Jonqueras sobre el apoyo del PSOE a Barroso como Presidente de la Comisión Europea; a la Directiva de la Vergüenza sobre la inmigración; o a otras numerosas votaciones donde votaba junto al PP. Tampoco tenía respuesta a la pregunta de por qué España ha incumplido estrepitosamente su compromisos contra el Cambio Climático y el Tratado de Kioto, o por qué la UE hacía la vista gorda ante la dictadura en China. El otro nacionalista de CiU acertaba cuando achacaba la actual parálisis de la UE a los gobiernos de los estados miembros que no quieren soltar más soberanía. Todos estaban de acuerdo de que Europa era un gigante económico pero un enano político en el escenario mundial y con poco peso en los grandes conflictos internacionales.
El candidato del IU Meyer lanzaba críticas a las políticas neoliberales y hacía guiños demagógicos a favor de medidas de intervención pública dirigidas a sectores sociales concretos, pero sin preocuparse si para los problemas que señalaba había competencia y legalidad europea o no: los deshauciados de sus viviendas ante el impago de hipotecas; los parados por el cierre de fábricas como la OPEL y que el Gobierno debe comprar; los obreros de la siderurgia; la aplicación de reforma universitaria privatizadora y neoliberal del Plan Bolonia; o la necesidad de nacionalizar la banca.
El más didáctico y claro fue el candidato nacionalista Jonqueras, que con un tono sobrio y moderado apuntaba su pertenencia al grupo de "Los Verdes en el Parlamento Europeo", algo que mencionó hasta tres veces, apostando por compatibilizar su programa nacionalista y desarrollista con el "Green new deal" (Nuevo trato verde) para salir de la crisis. Es muy curioso que el candidato de ERC, que no es verde sino que pertenece a un grupo de nacionalistas aliado con Los Verdes en el Parlamento Europeo y llamado ALE (Alianza Libre Europea), en el debate televisado haya llevado la bandera verde en sus reivindicaciones, y mucho más que Willy Meyer, quien en ningún momento del debate reveló que el segundo candidato en su lista es Raül Romeva de IC, actual eurodiputado miembro del Grupo Verde en el parlamento Europeo. Es evidente que Meyer, que apenas dijo nada sobre la crisis ecológica, y más allá de su monocolor identidad comunista, no quería dar protagonismo ni visibilidad a sus aliados electorales de ICV.
Los compromisos contra el Cambio Climático no entraron en el debate. Tampoco aparecieron los grandes debates europeos sobre la regulación de las telecomunicaciones o de la energía. Resulta curioso ver como el candidato Jauregui atacaba al candidato De Grande del PP por ser defensores de la energía atómica, cuando hoy el gobierno del PSOE opta por alargar y extender la vida de la vieja e insegura central atómica de Garoña.
Es lo que hay. Con este panorama, no será fácil saber a quien votar el domingo.