David Hammerstein
Foto David Hammerstein de Europarl.Europa.EU
"J'exulte" s'est exclamé Patrick Bloche, député PS de Paris et fervent opposant au projet de loi, contacté par Le Monde.fr. "Cette décision correspond exactement à notre position qui est de dire qu'Internet est un droit fondamental". Le ministère de la culture doit tenir un point presse en fin d'après-midi.
Hoy en EU Observer
"El co-presidente del Patido Verde Europeo, Phillipe Lamberts ha culpado la derrota de Los Verdes en Italia y en España a sus alianzas con grupos de la extrema izquierda y afirma que para que el partido avance en toda Europa debe abandonar estos aliados tradicionales y atraer a nuevos votantes de la izquierda moderada, el centro y el centro-derecha."
EU Observer 8-06-09
The co-leader of the Greens, Philippe Lamberts has blamed its defeat in Italy and in Spain however on its alliance with far left groups and says that if the party is to advance across Europe, it must abandon these old allies and attract voters from the mainstream left, the centre and the centre-right.
Primera lectura Verde sobre los resultados de las elecciones europeas:
Avance verde en Europa, y menos relevancia verde en España
Un comentario previo de carácter general: Está caduco y es suicida para el proyecto de construcción europea el actual sistema de elecciones europeas por estar basado en listas y candidatos nacionales, que eliminan la posibilidad de elegir directamente a los auténticos líderes políticos de la Unión Europea. Si no se cambia este sistema electoral hacia una mayor participación y trasparencia, y si además continúa la no visibilidad y la ausencia de debate público sobre el día a día de la política europea, el desencanto euroescéptico de la calle aumentará e irá cada vez a peor.
Los Verdes Europeos avanzan
En Europa: Los Verdes han fortalecido su voto y el número de escaños obtenidos, de forma espectacular en Francia (más del 16% de los votantes, casi igualando a los socialistas), pero también se dan avances en Bélgica, Gran Bretaña, Holanda, Suecia, y por primera vez en Grecia. El Grupo Verde del Parlamento Europeo tendrá durante los próximos cinco años más de 50 diputados en una cámara más pequeña que la actual. Los Verdes en el Parlamento Europeo podrán tener un mayor peso relativo en esta legislatura, y en un contexto general en el cual los socialistas, los liberales y la Izquierda Unitaria han perdido bastantes diputados.
Menos relevancia de Los Verdes en España
y el fracaso de las coaliciones
Resulta ser un éxito para los Verdes europeos que Raül Romeva haya renovado por un escaso margen su escaño de europarlamentario. Sin embargo, hay que decir que su pertenencia al Grupo Verde y su identidad verde en general ha sido uno de los secretos mejor guardados de la campaña electoral en todo el estado español, una curiosa invisibilidad mediática que seguramente es consecuencia de una decisión establecida desde la misma dirección de Izquierda Unida. En gran parte del suelo español sólo se ha hablado de los dos diputados de IU. La baja participación y el reparto final de votos de las fuerzas minoritarias y de los restos de votos según la normativa D´Hondt han permitido finalmente su elección.
En cambio han sido casi insignificantes los votos cosechados por Los Verdes (actualmente reconocidos oficialmente por el Partido Verde Europeo) dentro de la coalición Europa de Los Pueblos. De nuevo ha fracasado la crónica estrategia de la "pensión alimenticia" practicada por la Confederación de Los Verdes, esta vez como invitada de piedra dentro de la coalición con Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y otros nacionalistas. Por ejemplo, en el País Valenciano, la comunidad de donde procede la primera candidata verde Pura Peris (situada en el cuarto lugar de la lista), esta coalición Europa de Los Pueblos - Verdes ganó un 50% menos votos que hace 5 años cuando ERC se presentó en solitario. Los resultados eran ridículos (menos del 0.5%) en los territorios donde el nombre de "Los Verdes" iba por delante al no haber una implantación nacionalista entre la ciudadanía de dichas zonas. En definitiva, con una escasa visibilidad y con mucha confusión esta coalición de verdes junto a nacionalistas independentistas apenas ha aportado nada positivo al avance del espacio verde en España.
La verdad es que el último debate electoral europeo de anoche por TV, tenía cierta novedad con algunos elementos más inteligibles y europeos que los anteriores. Quizás haya sido porque no estaban las primeras espadas de cada candidatura. Aunque también escuchamos la repetición de algunas de las tonterías ajenas al debate europeo con temas de confrontación presentes en el debate político a escala estatal, como: "vivíamos mejor con Aznar", "esto es como Franco", "yo hablo castellano perfectamente", "la Unión Europea debe reconocer el derecho de autodeterminación", o "hay que nacionalizar las fábricas y sectores de actividad productiva". Aunque la mitad del tiempo se hablaba mirando los problemas que solo pueden afrontarse desde el escenario de las competencias estatales, también se dieron algunas curiosidades en el marketing político y en las posiciones y discursos sobre la Unión Europea.
A pesar de mostrarse muy suelto y aparentemente confiado en su expresión, Ramón Jauregui, el representante del PSOE, tiraba balones fuera y se negaba a responder a las preguntas insistentes y directas que hacía el candidato de ERC Jonqueras sobre el apoyo del PSOE a Barroso como Presidente de la Comisión Europea; a la Directiva de la Vergüenza sobre la inmigración; o a otras numerosas votaciones donde votaba junto al PP. Tampoco tenía respuesta a la pregunta de por qué España ha incumplido estrepitosamente su compromisos contra el Cambio Climático y el Tratado de Kioto, o por qué la UE hacía la vista gorda ante la dictadura en China. El otro nacionalista de CiU acertaba cuando achacaba la actual parálisis de la UE a los gobiernos de los estados miembros que no quieren soltar más soberanía. Todos estaban de acuerdo de que Europa era un gigante económico pero un enano político en el escenario mundial y con poco peso en los grandes conflictos internacionales.
El candidato del IU Meyer lanzaba críticas a las políticas neoliberales y hacía guiños demagógicos a favor de medidas de intervención pública dirigidas a sectores sociales concretos, pero sin preocuparse si para los problemas que señalaba había competencia y legalidad europea o no: los deshauciados de sus viviendas ante el impago de hipotecas; los parados por el cierre de fábricas como la OPEL y que el Gobierno debe comprar; los obreros de la siderurgia; la aplicación de reforma universitaria privatizadora y neoliberal del Plan Bolonia; o la necesidad de nacionalizar la banca.
El más didáctico y claro fue el candidato nacionalista Jonqueras, que con un tono sobrio y moderado apuntaba su pertenencia al grupo de "Los Verdes en el Parlamento Europeo", algo que mencionó hasta tres veces, apostando por compatibilizar su programa nacionalista y desarrollista con el "Green new deal" (Nuevo trato verde) para salir de la crisis. Es muy curioso que el candidato de ERC, que no es verde sino que pertenece a un grupo de nacionalistas aliado con Los Verdes en el Parlamento Europeo y llamado ALE (Alianza Libre Europea), en el debate televisado haya llevado la bandera verde en sus reivindicaciones, y mucho más que Willy Meyer, quien en ningún momento del debate reveló que el segundo candidato en su lista es Raül Romeva de IC, actual eurodiputado miembro del Grupo Verde en el parlamento Europeo. Es evidente que Meyer, que apenas dijo nada sobre la crisis ecológica, y más allá de su monocolor identidad comunista, no quería dar protagonismo ni visibilidad a sus aliados electorales de ICV.
Los compromisos contra el Cambio Climático no entraron en el debate. Tampoco aparecieron los grandes debates europeos sobre la regulación de las telecomunicaciones o de la energía. Resulta curioso ver como el candidato Jauregui atacaba al candidato De Grande del PP por ser defensores de la energía atómica, cuando hoy el gobierno del PSOE opta por alargar y extender la vida de la vieja e insegura central atómica de Garoña.
Es lo que hay. Con este panorama, no será fácil saber a quien votar el domingo.
María Badia, cabeza de lista catalana del PSC-PSOE en "El País"
"Ir más despacio con las renovables (solo podemos alcanzar el 8%), subvencionar a los coches más contaminantes porque son catalanes y apostar con dinero público por las nucleares de última generación."
P. El PSC incorpora elementos del discurso ecologista y cuenta con aliarse con Los Verdes en Europa, como en Cataluña con Iniciativa-Verds, pero cuando gobiernan pasa lo que acaba de pasar: que los socialistas apoyan en el Gobierno catalán la inclusión de los coches más caros y más contaminantes entre los subvencionables por la Administración e insiste en construir grandes autopistas en zonas muy urbanas.
R. No, no es eso. Si aplicamos el baremo de contaminación que fija el plan de ayuda al sector del automóvil del Ministerio de Industria, queda fuera una buena parte de los modelos que se fabrican en Cataluña. La cuestión es: ¿Hay que ayudar o no al sector del automóvil, que es uno de los castigados por la crisis? A mí me parece bien que en estos momentos el Gobierno ponga por delante ayudas que mantienen la ocupación en este sector frente a las consideraciones ecologistas.
P. Entonces es cierto que ustedes se declaran decididos a combatir el cambio climático, pero a la hora de la verdad su prioridad es otra.
R. Nuestra prioridad es intentar converger. Por ejemplo, en la cuestión de la energía. Los ecologistas dicen: nos comprometemos a que en el año tal, no haya ya centrales nucleares y toda la energía provenga de fuentes renovables. Pues va a ser que no. Por que de las fuentes renovables podemos obtener sólo el 8% de la que necesitamos. Eso no significa que tengamos la posición del PP, que apoya invertir en nuevas centrales nucleares. Estamos en una vía intermedia: hay una demanda de energía que hay que atender, aunque eso implique ir más despacio en la renovación del modelo.
P. ¿Cual es su posición en el debate sobre la energía nuclear?
R. Hay que invertir en investigación para que en el futuro toda la energía sea renovable, pero también en nucleares de nueva generación, por una doble razón. Porque las de nueva generación serán las que se alimentan de residuos radiactivos y por que así damos salida al problema de los residuos acumulados por las actuales. Esa es la posición que está en marcha en Europa y la del Gobierno.
El gran saqueo
TRIBUNA: RAFAEL ARGULLOL 12/05/2009
Como comprenderán fácilmente, no tengo la costumbre de leer informes del Parlamento Europeo ni de ningún otro Parlamento; sin embargo, a instancias de un amigo jurista, he leído un documento que les recomiendo si les gusta la literatura de terror: se trata del informe elaborado por la diputada danesa Marguete Auken sobre "el impacto de la urbanización extensiva en España en los derechos individuales de los ciudadanos europeos, el medio ambiente y la aplicación del Derecho comunitario". Es un texto de 30 páginas que se puede leer tanto como un relato espeluznante cuanto como un pequeño tratado acerca de las peores conductas en materia política y moral.
De hecho, yo introduciría el informe de la señora Auken como lectura obligatoria en escuelas y universidades, y además, exigiría su conocimiento detallado previo a todo candidato a ocupar un cargo público. Ustedes se preguntarán por qué muestro tanto entusiasmo por ese documento redactado con la falta de gracia que caracteriza a este tipo de escritos, y la respuesta es que puede considerarse un espejo contundente que refleja, sin florituras ni hipocresías, la abyección incrustada sórdidamente en nuestra vida pública.
Lo que de entrada llama más poderosamente la atención es la conspiración del silencio que rodea al asunto y que se explica por la vergonzosa alianza de los eurodiputados socialistas y populares españoles en el momento de rechazar el informe de Auken que, no obstante, fue aprobado por el Pleno del Parlamento Europeo a finales del pasado mes de marzo por 349 votos contra 110, con 114 abstenciones. Una arrolladora mayoría a la que se opusieron hasta el final populares y socialistas, tan lamentablemente estos últimos que, según informaron los periódicos al día siguiente de la votación, Michael Cashman, socialista también él y autor de un informe previo sobre el tema, acabó votando a favor de la resolución.
Leído el escrito no extraña en absoluto aquella conspiración de silencio, pues son tantos quienes quedan retratados que apenas es comprensible que un escándalo de tales dimensiones haya podido oscurecerse con permanente disimulo durante décadas. Fíjense, además, que, condenada España severamente por la impunidad que ha rodeado a la corrupción, tampoco con posterioridad nuestros foros parlamentarios se han hecho eco de la resolución europea y, cómplices entre sí los diversos partidos, ha continuado la alegre política de poner la cabeza bajo el ala.
Personalmente, la sensación más desagradable que me ha quedado tras la lectura del informe Auken es que el gran saqueo, la devastación sistemáticadel litoral español, y no sólo del litoral -una devastación que afectará a varias generaciones, las cuales señalarán a la nuestra como culpable-, es algo acaecido durante la democracia y no antes, en el franquismo. Los destrozos heredados de éste se han multiplicado, en las décadas democráticas, hasta límites insoportables. La conclusión no es difícil: nuestra democracia ha sido tan débil y tan poco vigilante que ha aupado una auténtica antidemocracia que pone en cuestión, como actualmente se está comprobando, muchos de nuestros supuestos avances.
Esta idea inquietante se desarrolla exhaustivamente en el informe con una relación minuciosa de hechos igualmente inquietantes cuyos protagonistas tienen en común la codicia, una concepción mafiosa de la política y un sentimiento de impunidad que resulta tanto más irritante por el descaro con que se manifiesta. De hacer caso a Auken, y al Pleno del Parlamento Europeo, la responsabilidad del desastre se propaga por todos los círculos del Estado español, desde el más general al más local. En este peculiar relato de terror se cita con la misma dureza a la Generalitat valenciana en manos de los populares que a la socialista Junta de Andalucía, tuteladora de diversos pillajes en Almería y sustentadora, por acción u omisión, de esa peculiar joya de la corona de la corrupción que ha sido Marbella. Al igual que sucede con todo buen relato de terror hay también en el texto pasajes cómicos, como las trampas que diversos funcionarios tienden a las comisiones de investigación enviadas desde Bruselas o las aireadas protestas de castizos alcaldes quejosos con la intromisión de las narices nórdicas en las suculentas recalificaciones de los terrones mediterráneos.
A estas alturas, y con murallas de hormigón por todos lados, sabemos perfectamente que sólo a la sombra de políticos ventajistas ha podido tejerse la telaraña de especulación y codicia de la que ahora parecemos lamentarnos. Sin embargo, lo grave es que ya lo sabíamos. Estos años de destrucción del territorio del patrimonio han transcurrido a la vista de todos. Bastaba coger el Euromed para comprobar lo que ocurría en la costa castellonense o alicantina; bastaba atender al vértigo de los precios de las viviendas, presentado a menudo como signo de nuestro progreso colectivo, para percibir que algo nauseabundo se cocinaba a nuestro alrededor.
¿A nuestro alrededor? Con su crudeza estilística Marguete Auken pone el dedo en la llaga al describir la corresponsabilidad de los ciudadanos en la callada aceptación del delito. Es cierto que a la cabeza del cortejo de la corrupción han marchado políticos vendidos, especuladores o avariciosos y prestamistas fraudulentos, pero ¿y tras ellos? Conchabados promotores inmobiliarios, concejales e instituciones financieras, ¿qué hacían los jueces? Según Auken, poco, y lo poco que hacían lo hacían tan lentamente que es como si no hicieran nada. La policía iba en consonancia con los jueces. Pero tampoco los otros estamentos ciudadanos ofrecieron resistencia. Los medios de comunicación han reaccionado tarde y los ciudadanos han acabado horrorizándose como consumidores más que como ciudadanos.
Hasta aquí el relato de terror con que la señora Auken ha descrito vivamente, con ingenuidad nórdica y con toda la razón del mundo, el gran saqueo de lo que pertenecía al futuro por parte de nuestros modernos depredadores. Casi nada más se puede añadir al cuadro trazado que, en buena medida, explica las dramáticas percepciones sobre la actual crisis económica.
ELVIRA LINDO 03/06/2009
Ellos están en su mundo, el de la escenificación de un desacuerdo irreconciliable. El desacuerdo casero, pequeño y estéril. Imagino que ya saben de quiénes hablo. De ellos, los que andan en campaña. Aparentan estar muy enfadados y, con esa vehemencia, tratan de ocultar el enojo ciudadano; nuestro gran cabreo, por utilizar el término exacto. Se podría pensar que con unas elecciones europeas levantaríamos el vuelo, pero seguimos al ras del lodazal: hablan de Falcones, de Franco (¡de Franco!), de la gripe, de trajes y corbatas, de la niña de Chaves, de la de Rajoy. Echan mano de eslóganes ingeniosísimos, como, "hace falta menos ceja y más Mayor Oreja", o intentan asustarnos como a niños chicos con un vídeo anti PP que es en sí mismo una negación de Europa, puesto que otorga el poder a la derecha española de devolver a las cavernas a todo un continente. Y a nosotros todo esto nos suena tan mascado, tan manido, que estamos como sufriendo una campaña electoral interminable desde hace cinco años, en la que sólo cabe sacar la lengua al adversario.
Por fortuna, siempre hay motivos para la esperanza, escasos pero significativos puntos de encuentro entre nuestros dos grandes partidos. El otro día se publicaba (si no lo leyeron, búsquenlo, se llamaba El gran saqueo) un artículo de Rafael Argullol sobre un informe aterrador que presentó una diputada danesa en el Parlamento Europeo acerca del impacto brutal que ha tenido la especulación inmobiliaria en las costas españolas. ¿Quién dice que los caminos de estos políticos enfrentados no pueden encontrarse? El informe se aprobó, a pesar de que populares y socialistas (a quienes el informe dejaba a caer de un burro) votaron en contra. Mucho Franco y mucha ceja, pero cuánto se parecen algunos a la hora de no querer asumir responsabilidades. Esto sí que daría para un debate.
Hay grandes problemáticas y retos urgentes que están siendo ignorados en esta cacofónica campaña electoral, y si que son competencia europea. Entre ellas, algunas de las importantes son:
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David Hammerstein
Foto David Hammerstein de Europarl.Europa.EU
Predicar con un mal ejemplo es muy difícil. Se puede concluir que navega muy mal el buque insignia del supuesto "renacimiento nuclear" que es la planta atómica actualmente en obras en Okiluoto, Finlandia, una de dos en construcción en Europa actualmente. A pesar de las promesas las cosas no van nada bien. Se tenía que haber terminado ya pero con las múltiples demoras que han sufrido la planta ni la empresa constructora ni se atreve poner fecha a la terminación de las obras cuando solo la mitad están terminadas. El precio de la central se ha aumentado entre el 50% y el 100%, lo que significaría un sobrecoste de unos tres mil millones de euros lo que ha puesto en aprietos económicos a la empresa francesa Areva como al estado francés que participa en la mencionada firma. El estado finlandés ya ha pedido más de mil millones de compensación a Areva por las demoras y por la subida de los gastos.
También ha habido serios problemas con la seguridad de las obras. Las autoridades han juzgado que el hormigón utilizado en la construcción era de una calidad "inaceptable" y su colocación "carente de profesionalidad" lo que no garantiza la futura seguridad de la planta. Si no se corrige puede haber una paralización de las obras.
Mientras, el prestigio nuclear va perdiendo enteros en Estados Unidos. La Comisión de Seguridad Nuclear ha rechazado los planes de distintas plantas porque no se habían garantizado que los reactores pudieran resistir el impacto de un avión. Sigue vivo en EE.UU el recuerdo del once de septiembre. También ha causado malestar popular que los estados de Georgia y Flórida hayan cargado el recibo de la luz de los consumidores con varios euros de más al mes para intentar la futura construcción de centrales nucleares lo que contradice la afirmación de que la energía atómica es más económica.
El declive de la energía nuclear parece cada día más claro. A pesar de muchas declaraciones vertidas a favor de la construcción de nuevas centrales nucleares actualmente hay bastante menos reactores realmente en obras que el número de plantas programadas para su cierre en breve, como la planta de Garoña en España. El aumento de costes en medio de la crisis económica y la bajada de la demanda eléctrica está desanimando a muchos inversores y a muchos gobiernos a la hora de poner los proyectos en marcha de verdad.
De las 45 plantas proyectadas en el mundo, 22 están muy atrasadas o paralizadas mientras 9 ni siquiera tiene una fecha para empezar las obras.