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BÚSqueda

Los Verdes

13 octobre 2009 2 13 /10 /octobre /2009 09:17


FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO:
MÁS ENERGÍAS LIMPIAS Y EFICIENCIA ECONÓMICA
 EN LUGAR  DE LAS AYUDAS DEL GOBIERNO AL CARBÓN

      

 

 

Los objetivos de reducir las emisiones  de gases contaminantes se contraponen a las subvenciones públicas para los empresarios mineros. Las medidas propuestas por el Gobierno para primar el consumo de "carbón nacional" por parte de las empresas eléctricas amenazan la única alternativa energética real y posible: el crecimiento de las energías renovables. El cierre del anacrónico sector de carbón en España exige respuestas exclusivamente sociales para las cuencas mineras. Lo que es irracional es dedicar miles de millones de euros de fondos públicos para intentar apuntalar la no rentable actividad de extracción y quema del combustible fósil del carbón, que es especialmente contaminante y destructivo del planeta viviente.

 

Un sistema eléctrico más limpio exige un paquete de inversiones y cambios en el actual modelo energético para aumentar radicalmente la capacidad de producción mediante las fuentes renovables de energía, fomentar el ahorro, la eficiencia y la inversión en redes eléctricas inteligentes capaces de orientar el consumo y la producción en las horas puntas de mayor demanda, para maximizar con ello la eficiencia y el aprovechamiento de la energía ya disponible. El carbón que queda debe seguir en el subsuelo, esta es la propuesta de la comunidad científica internacional para frenar el Calentamiento Global.

 

Existe suficiente producción electrica en España,  el problema no es de cantidad sino de la falta está de eficiencia de todo el sistema, incluidas las redes eléctricas y las consecuencias de daño ambiental. Actualmente la capacidad de producción eléctrica es cuatro veces el consumo. España exporta bastante más energía a Portugal y a Marruecos que la que entra de Francia. 

 

La electricidad de la energía eólica y en algunos casos del gas están sustituyendo la producción eléctrica de las centrales térmicas de carbón.  Lo que está en juego en el actual debate sobre la ayuda estatal española al carbón es el enfrentamiento entre el carbón y las energías limpias, y no entre el carbón y la energía nuclear. O se continua por el camino de impulsar la emergéncia de las fuentes renovables o volvemos a las viejas fórmulas de subvencionar la fuente energética del carbón, el causante más fuerte del Cambio Climático. 

 

 

Solicitamos al Gobierno que abandone las propuestas que premian económicamente, directa o indirectamente, la extracción y quema de carbón en las térmicas españolas. Las empresas eléctricas españolas no deben recibir compensación alguna por utilizar el muy contaminante y caro carbón español. En vísperas de la Cumbre de la ONU de Copenhagen sobre el Cambio Climático el Gobierno Español no puede dar un ejemplo de tan grande irresponsabilidad al mundo al seguir subvencionando a la fuente de energía más contaminante.


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9 octobre 2009 5 09 /10 /octobre /2009 12:23

Presentación del libro:

"Europa verde de la A a la Z.
Apuntes de un ecologista en el Parlamento Europeo"  


Autor:  David Hammerstein



Con programa y sin partido: una nota de urgencia a propósito del singular cuaderno de bitácora de David Hammerstein

 

Las reflexiones, comentarios y propuestas de David Hammerstein acerca de los asuntos que le han ocupado en sus años como diputado de Los Verdes en el Parlamento Europeo configuran un documento político muy interesante. Muy interesante, en primer lugar, por la diversidad de los temas abordados. Desde la denuncia de los estragos causados por la minería a cielo abierto y por los abusos urbanísticos en España hasta la desesperación de las gentes de paz en Israel y en Palestina o la defensa del software libre. De todo esto y de mucho más va a encontrar materia el lector o lectora de este libro.

Hammerstein se ha tomado en serio su trabajo en Estrasburgo, en Bruselas y en cien sitios más y ha estado en el tajo las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana. No ha sido un diputado de brazo de madera, de esos cuya actividad se limita a votar en los días de sesiones siguiendo estrictamente las instrucciones del aparato de su grupo parlamentario y sin preguntarse ni un microsegundo sobre el sentido de las mismas. Para bien y para mal, eso se nota mucho en las notas que ahora ha mandado a la imprenta. En todas ellas hay convicción y compromiso auténtico y, por tanto, matices o elementos originales. No han sido elaboradas por equipos de expertos y por asesores en la sombra, sino pensadas y escritas como una contribución adicional de un político que, a pesar de su hiperactividad, ha intentado reflexionar sobre lo que estaba haciendo. No son el resultado de un debate colectivo prolongado en una organización (lo que, probablemente, habría matizado algunas posiciones, en materia energética o de bienestar animal, por ejemplo), sino más bien la expresión de convicciones y compromisos muy personales, contrastada, todo lo más, con un reducido grupo de colaboradores. Como consecuencia de eso, de los márgenes de libertad con que han sido escritas, hay en estas notas algunos elementos que son útiles para el pensamiento verde en general, no sólo desde un punto de vista estrictamente político, sino también filosófico o sociológico.

Podría decirse, en conexión con todo lo anterior, que las notas de Hammerstein no son sólo personales, sino también personalistas. Es verdad, y difícilmente podría haber sido de otra manera, dadas las condiciones en que se ha desarrollado su actividad parlamentaria. Llegó al grupo europarlamentario verde como un candidato en la lista del PSOE. Seguramente conviene aclarar que no hubo en ello transfuguismo alguno, sino sólo la aplicación de un acuerdo explícito entre verdes y socialistas, visible y público tanto antes como después de las elecciones. Un acuerdo que dio a la lista socialista un toque de verdor que entonces interesaba al PSOE y que ofreció a Los Verdes españoles la oportunidad de evitar una legislatura más en el ostracismo extraparlamentario. El problema, más bien, es que esa trayectoria originaria convirtió a Hammerstein en rehén de las múltiples y enormes contradicciones y limitaciones que, desde hace demasiados años, vienen afectando a los experimentos de entrismo llevados a cabo por los partidos verdes peninsulares. Diputados sin electores (o, al menos, sin electores reconocibles). Parlamentarios sin partido o agriamente enfrentados a las endebles y precarias estructuras que hacen las veces de partido en la minigalaxia verde ibérica. Representantes de una ideología que resulta simpática a casi todo el mundo pero con la que casi nadie se compromete de verdad. Portavoces ocasionales y de oportunidad, pero raramente orgánicos, para movimientos sociales e iniciativas ciudadanas huérfanas de apoyos concretos en el universo de la política realmente existente (un universo que, sin embargo, suele recuperar plenamente su peso cuando llegan las votaciones)... ¡Demasiados lastres para resolverlos entre cuatro gatos y a golpes de improvisación!

 

De todos modos, no señalo lo anterior para hurgar aún más en las frustraciones inacabables y en las heridas abiertas de la política verde en España. Ni tampoco para restar valor al trabajo ni a las ideas de Hammerstein. Al contrario, dadas las condiciones en que han sido elaboradas, tanto el nivel de maduración de las propuestas contenidas en este libro como  la coherencia y la consistencia de las mismas tienen mérito. Hay en ellas el núcleo reconocible de un programa político, de una perspectiva irreductible a las visiones de la derecha y de la izquierda, tanto da si tradicionales o "renovadas". Es decir, el embrión de la política verde que cada día hace más falta, en medio de la profunda crisis económica, ecológica y social en que está inmerso el mundo. 

Hammerstein lo tenía más bien crudo cuando llegó a Estrasburgo. Europeísta convencido en un país en que la política europea es bastante menos que secundaria, firme partidario de la autonomía política de los verdes en un país donde abundan sobre todo quienes creen que lo verde debe ser como mucho un ligero toque de color para la izquierda, tenía todos los números para convertirse en un bicho raro. Que, pese a todo, no se haya dejado llevar por la indolencia, que haya intentado hasta el último minuto obtener resultados, atender a quienes solicitaban su intervención, son cosas que pueden decirse en su favor. Fue un diputado que creyó en lo que hacía, podría decirse de él (y que cada quien valore si eso es poco o es bastante).

 

 

 La publicación de estas notas es, en cierto sentido, la demostración de una de las afirmaciones que hace Hammerstein en su texto de despedida como diputado europeo. La relativa a su voluntad de continuar presente en los procesos y conflictos del movimiento ecológico-social y de la política verde en España y en Europa. Es de esperar que sea así, porque la extrema fugacidad de los actores es otra de las lacras del elenco verde por estos pagos. Gente tenaz en la presencia, independiente en las ideas y dispuesta a entenderse con otros es lo que hace falta. ¡Que no abandonen el escenario, por tanto, quienes aportan algo, poco o mucho, de todo ello!


Ernest Garcia

Catedrático de Sociología Ecológica
de la Universitat de València

 

Valencia, julio del 2009

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1 octobre 2009 4 01 /10 /octobre /2009 06:37


Mi amigo Jordi López Ortega, de la Universidad Carlos III, escribe este interesante artículo en Diario Montañés (30-9-09) y después publico un trozo de un artícuo de Alberto Valverde en Cambio 16 sobre la irracional situación energética española.

La propuesta de Sarkozy para instaurar un impuesto sobre emisiones de CO2 ha generado un intenso debate político. Un debate que aún no ha traspasado el Pirineo. La escenificación no ha podido esta mejor estudiada. Encargada a una comisión presidida por Michael Rocard, con un escaño de eurodiputado desde 1994, ex secretario general del Partido Socialista Francés y dos veces primer ministro con François Mitterrand. Mantiene la estrategia de reclutamiento de socialistas de alto prestigio intelectual y unos de los pensadores más lúcidos. 

No podemos catalogar la propuesta de populista, ni mucho menos de electoralista. Propone una tasa con la que afrontar el reto de la crisis climática y energética. Un impuesto de 32 euros toneladas de CO2. ¿Qué supone? 7,76 céntimos más para gasolina sin plomo y 8,52 céntimos para el diesel, quien llenen el deposito dos veces al mes supone 100 euros. El fuel de calefacción podría suponer 170 euros.
 

Jean Louis Borloo ministro de ecología y Christine Lagarde ministra de economía supone una medida de contribución social más justa, al penalizar quienes utilizan combustibles fósiles de un modo más intenso, empezando por el transporte. ¿Significa un modo de recaudar más impuestos?
 

Explica que sea calificada por Daniel Conh-Bendit, líder de Europa Ecológica que dio la sorpresa en las elecciones europeas de medida "revolucionaria". Con el ministro de Exteriores, Bernard Kouchner escribió hace años "Quand tu seras president?". Una lluvia de ideas que diríamos hoy. Situar en la agenda problemas reales que afrontar con las luces largas, en lugar de las luces de posición a las que estamos habituados, cuando no se contemple el futuro por el retrovisor.
 

La elección de Michael Rocard no es casual. Cuando se aprobó el Protocolo de Kyoto apoyo la propuesta de presidente de la Comisión Europea, que ostentaba Jacques Delors, para crear una tasa de energía y clima, con una reducción fiscal sobre el trabajo. Fracaso ante la falta de unanimidad en la Europa de los 15. Toda una muestra de euroesclerosis. El botón de muestra de la incapacidad de los gobierno tomar decisiones, cuando la toma de decisiones es un recurso renovable.
 

No quisiera aburrirles con el "Sudoku" fiscal autonómico, que en lugar de resolver problema los crea. Se ha insinuado que podría ser una medida que formase parte de la ley de economía sostenible, capaz de transformar los brotes verdes en bosques verdes y selvas verdes. Propuestas del céntimo ecológico, mucho más simbólica que reales, tuvieron una escasa vida de horas. Dinamarca fue el primer país en aplicar en 1993 una reforma fiscal ecológica, con la que afrontó una crisis que disparó el desempleo. Impulsar la eficiencia energética, las energías limpias y, con ello, el empleo. Mientras aquí se devaluaba tres veces la peseta, en lugar de mejorar la competitividad de la economía.
 

La calificación de revolucionara a la propuesta de Sarkozy es de calado. Los gobiernos de todo signo prefieren afrontar la crisis con soluciones fáciles, inyectar dinero público a la economía, más endeudamiento, y todos, otra vez, keynesianos. ¿No ha sido el brutal endeudamiento, un una economía financiera al menos 4 veces mayor que el PIB mundial, el que ha provocado la crisis? ¿No deberíamos curar antes la hemorragia de hacer más transfusiones?
 

Pensar que con la caída de los tipos de interés, por el desplome del euríbor, facilitará el acceso al crédito, la concesión de hipotecas y, de nuevo, a generar burbujillas especulativas resulta una broma. Hoy nos preguntamos como nadie lo vio. Hasta el gurú de Allan Greenspan solo vio burbujilla. ¿Queremos salir de la crisis abriendo el grifo crediticio que ha provocado la mayor recesión?
 

Se puede hacer otras cosas. Aquí la propuesta de Sarkozy resulta revolucionaria. Incrementar el coste de la energía vinculada a combustibles fósiles que impulse la mejor de la competitividad, hacer más con menos, capaz de desbloquear el crédito con inversiones a largo plazo, facilitar la creación de empleo reduciendo cotizaciones sociales. Algo que sí permite ver selvas verdes. 

 

Alberto Valverde escribe en Cambio 16  30-9-09:

 


Sucede todo esto cuando la crisis económica ha sumido al sector energético y, especialmente, al eléctrico - en una crisis de demanda sin precedentes. La menor actividad económica, en efecto, ha reducido la producción eléctrica en un momento en que las tarifas, en parte como consecuencia de la crisis pero fundamentalmente como resultado de una ciega política gubernamental de trasladar costes a futuro, han originado una serie de desequilibrios que se han traducido en menores ingresos, una paralización de la actividad de generación y un agujero financiero (conocido como el déficit de tarifa) que se tardará años en solventar y cubrir.

 En este ya de por sí complicado contexto global ha surgido el problema de los productores nacionales de carbón, en su mayor parte centrados en una zona geográfica (León y sur de Asturias) en la que además el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tiene su base electoral. La minería de esta zona depende fundamentalmente de la industria eléctrica para su supervivencia, ya que son las centrales térmicas las que adquieren su producción para ser utilizada en la generación. Las empresas se han visto obligadas, por la crisis, a reducir la producción y habida cuenta que el carbón es un combustible con un precio político y considerablemente alto han tenido que reducir su utilización en aras de otras energías, como el gas y las renovables. La consecuencia ha sido catastrófica para las empresas mineras que acumulan su producción en las propias minas o en los depósitos de las centrales. Y ese no es el único problema. 
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30 septembre 2009 3 30 /09 /septembre /2009 20:24
Escándalo y vergüenza nacional en los Presupuestos Generales del Estado para el 2010 que se van a votar en el parlamento español

¡967 millones para el carbón y solo 67 millones para las renovables!


¡Las cifras cantan Sr. Zapatero!. Este es su temerario modelo energético: 967 millones de euros de las arcas del estado para el combustible del carbón y 50,9 para la energía atómica.



¿Donde quedan sus declaraciones a favor de una nueva economía en lucha contra el cambio climático y compatible con la sostenibilidad ambiental? ¿Donde queda su apuesta por las energías renovables y no contaminantes?¿Donde queda el cumplimiento de las directrices europeas de reducción y cierre de la industria del carbón?.

El actual Gobierno de Zapatero pretende dar un trato privilegiado y un proteccionismo rampante al negocio de las empresas que más contribuyen a la aniquilación de los equilibrios climáticos y la biodiversidad. Con millonadas de dinero ciudadano el Gobierno y todos los partidos parlamentarios que han votado a favor del "rescate" del carbón traicionan el interés común al apuntalar la anacrónica y sucia industria de un carbón nacional que no tiene viabilidad económica, y que solo puede mantenerse con inacabables subvenciones masivas de dinero público del estado. Con estas gigantescas ayudas inyectadas a las centrales térmicas de carbón para que continúen comprando carbón nacional a precios artificialmente rebajados y baratos se tiran por la borda los compromisos europeos y del gobierno español en la reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera. Pierde la naturaleza, la salud humana, el interés colectivo y el futuro.

En el modelo energético del gobierno de Zapatero se cede a los particulares intereses biocidas de "la mafia minera" constituida por la férrea alianza de sindicatos y empresas carboníferas. Los innumerables e incontrolables daños a la supervivencia, la salud y habitabilidad humana en el planeta no parecen interesar a este tipo de gobernantes.

Los partidos de izquierda y nacionalistas como IU, IC, y ERC también se suben a este vergonzoso plan de rescate del carbón
, ¡es así como entienden la "cuestión ambiental" con la que alardean en sus discursos y programas electorales!. Esta es una prueba más de que el espacio político verde debe construirse con urgencia y con fuerza en España, y muy al margen de esta vieja política del consenso productivista de las izquierdas. Una  cosa es apoyar políticas sociales ante el cierre de las minas y otra por completo es apuntalar una actividad caduca y ruinosa.


Con esta política energética de empuje al carbón nacional se burlan las reglas europeas a favor de la liberalización del mercado energético y se vulneran las directrices adoptadas en la Unión Europea, que como excepción ya ha dado el ultimatun y una fecha final del 2012 para las ayudas al carbón en España. El Gobierno de Zapatero se coloca así a contracorriente, ya que desde Europa se quieren recortar los combustibles fósiles porque fomentan el despilfarro y la ineficiencia energética, amenazan los sistemas vivientes del planeta, reducen nuestra seguridad energética, impiden la inversión en fuentes de energía limpias y socavan los esfuerzos necesarios para hacer frente a los daños y amenazas del cambio climático.

Estas indecentes subvenciones públicas al sucio carbón nacional impulsadas por el Gobierno de Zapatero no pasarán desapercibidas para la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el resto de países de la Unión Europea que sí han hecho los deberes de reducción y cierre de la minería del carbón, y de seguro empañarán y debilitarán enormemente la credibilidad y honorabilidad de la futura Presidencia española del 2010.

David Hammerstein
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29 septembre 2009 2 29 /09 /septembre /2009 21:13

LA HIPOCRESIA AMBIENTAL DE TODOS LOS PARTIDOS PARLAMENTARIOS

PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO 2010: 967 MILLONES PARA LA MINERÍA DE CARBÓN Y SOLO 67 MILLONES PARA LA ENERGÍA RENOVABLE

¿Se puede estar comprometido en la lucha contra el temible cambio climático y a la vez defender la continuidad de las inmensas ayudas estatales directas e indirectas a una actividad tan contaminante y poco rentable como es la extracción de carbón? Esta doble vara de medir es la que practican al unísono el gobierno de Zapatero y el resto de parlamentarios y partidos políticos de todo tinte y color, y con ello se secuestra la posibilidad de un debate público abierto que afronte con rigurosidad el urgente reto de transición hacia economías y actividades no dañinas con los ecosistemas vivientes tan amenazados y de los que irremediablemente dependemos.


Resulta muy preocupante la gran irresponsabilidad de un gobierno empeñado en violar las reglas del mercado único europeo al querer apostar por el manteniendo del proteccionismo al sucio sector del carbón nacional que amenaza la salud de frágiles y comunes bienes naturales, en vez de afrontar con valentía la transición hacia actividades económicas realmente compatibles con la protección ambiental. Se trata de una política energética basada en que el Estado siga pagando muy generosamente para que continúe la quema del combustible fósil nacional que tanto contribuye a la destrucción del clima planetario, y con ello dando pasos en dirección opuesta a los compromisos climáticos adquiridos en Kioto, y alejándonos con ello del objetivo marcado por la Unión Europea: conseguir que el 20% de nuestro consumo eléctrico provenga de fuentes limpias de energía para el año 2020.

A pesar del markenting publicitario de Zapatero en la apuesta contra el cambio climático, lo cierto es que la cuota de energías renovables en el mix eléctrico español sigue estando muy lejos de la meta europea. Desde las instituciones europeas se percibe como una anomalía insólita este "consenso del carbón español", ya que además de arrasar montañas y ensuciar la atmósfera amenaza con erosionar la credibilidad de la próxima presidencia española en Bruselas.

La actual reglamentación de las ayudas al carbón termina el 31 de diciembre de 2010 y a partir de ese momento, la Comisión Europea pretende "únicamente" otorgar ayudas al cierre de empresas, a la reestructuración, a favor de medidas medioambientales, o a la mejora a la innovación. Pero resulta especialmente chocante el comprobar que incluso algunos diputados que supuestamente se autodenominan "ecologistas" y muy de izquierdas, callan y otorgan cuando se trata de prolongar a costa de la ciudadanía contribuyente una actividad extractiva temeraria y sin viabilidad económica: la minería del carbón en España. El grupo parlamentario ER-IU-ICV, a través de su portavoz Gaspar Llamazares, ha presentado una proposición no de ley en el Congreso en la que insta al Ministerio de Industria a que defienda junto a las organizaciones sindicales del sector una prórroga para el actual reglamento de ayudas al sector del carbón para asegurar la supervivencia de la minería del carbón nacional más allá del 2018, al entender que las empresas carboneras españolas se verían abocadas al cierre debido a que no son competitivas sin esas ayudas públicas, y argumentando que son la única fuente de energía propia y por tanto la única garantía de abastecimiento.

Bajo esta mentalidad esquizoide y sometida al abismo y la contradicción entre palabras y hechos están las posiciones de defensa ambiental practicadas por los partidos de izquierdas: por un lado dan argumentos de contaminación y riesgo ambiental para estar contra de las centrales nucleares, pero por otro lado no muestran ningún reparo en apoyar la financiación pública de las centrales térmicas de carbón que más CO2 contaminante emiten a la atmósfera común.

Toca señalar bien claro que en este antieuropeo proteccionismo estatal del carbón participan todos los partidos parlamentarios. En el consenso a favor del sucio y peligroso carbón están PSOE, PP, ERC, IU e ICV, que han apoyado con sus votos el alargamiento de las subvenciones masivas al sector del carbón español y al plan del carbón. Con gigantescas ayudas económicas incluidas el los actuales Presupuestos del Estado, el Gobierno y el conjunto de fuerzas parlamentarias buscan incentivar y abaratar la compra del carbón nacional para que las centrales térmicas de carbón continúen con su quema mortífera. Ningún partido, grande o pequeño, ha levantado su voz en contra de la propuesta de dar centenares de millones de euros de dinero público a las empresas eléctricas para que compren carbón nacional en lugar de la electricidad procedente de fuentes limpias y renovables de energía, como es la energía eólica (de la cual se quiere reducir las primas).



En el fantástico y mágico reino del mercadeo publicitario tan visitado por el Presidente de Gobierno, resulta políticamente conveniente el hacerse la foto como líder defensor de la lucha mundial contra el cambio climático, pero en el reino de la roca dura de los hechos y las verdades prácticas el examen que ha de superar el Presidente Zapatero está en el terreno de poner definitivamente freno a las generosas subvenciones públicas concedidas a actividades ambientalmente contaminantes y económicamente no rentables, y defendidas por el frente de los intereses particulares y contaminantes de empresarios y sindicatos mineros.

¿En la actual discusión parlamentaria sobre los Presupuestos del Estado en el Congreso de Diputados alguien estará dispuesto a enfrentarse a las ayudas destinadas al carbón? ¿Acaso se puede ser "ambientalmente sensible" en nombre de la sostenibilidad y la defensa del clima, y al mismo tiempo defender la continuidad y el proteccionismo estatal con el carbón?.

Sabemos que la extracción de carbón en España no tiene futuro por razones ambientales y económicas, pero paradójicamente todos los partidos parlamentarios están subidos en el consenso de "más carbón al fuego" y con ello en el reino de la confusión y el engaño social, como si esta minería tuviera un porvenir espléndido.

David Hammerstein
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27 septembre 2009 7 27 /09 /septembre /2009 11:32


El GOBIERNO DESOYE AL G-20, APOYA MASIVAMENTE EL CARBÓN y RECORTA LAS ENERGÍAS RENOVABLES

  
¿Qué pasó con el tan pregonado "nuevo modelo económico"? ¿Qué sucedió con el repetido discurso a favor de la "sociedad del conocimiento", la "economía sostenible" y las energías limpias y renovables de las que tanto ha hablado nuestro presidente de Gobierno?. Más allá de su retórica pública en torno a la lucha contra el cambio climático ahora parece que el Gobierno de Zapatero está empeñado en favorecer la fuente de energía cuya combustión provoca más contaminación atmosférica por emisiones de CO2. El mundo parece estar al revés para el presidente de Gobierno, ya que ahora Zapatero prefiere que las empresas españolas de producción eléctrica dependan del consumo del carbón español y menos de las energías renovables  mediante una política energética en la que el Estado continue subvencionando una caduca minería extractiva sin viabilidad económica para favorecer la producción de un carbón nacional barato y dirigido al consumo de las industrias térmicas de producción de electricidad.

Es precisamene en el actual periodo de recesión económica y de caida de la demanda eléctrica y de carbón cuando la política del Gobierno español quiere aumentar aún más las ayudas económicas a esta actividad anacrónica y no rentable que apenás existe en suelo del occidente europeo, países como Francia o Bélgica ya cerraron sus minas de carbón. Con inmensas cantidades de dinero público el presidente Zapatero quiere fomentar  la quema de carbón en las centrales térmicas en lugar de continuar con el crecimiento de las energías renovables y limpias. Con este alargamiento artificial y económicamente ruinoso de la vida de la minería del carbón en España se tirarían por la ventana los compromisos de reducción de las emisiones contaminantes a la atmósfera y la real liberalización del mercado energético, y además se burlaría el cumplimiento de la legislación europea por parte del Gobierno español. Se trata de todo un ejercicio irracional de proteccionismo estatal en la defensa numantina de un sector industrial en declive y sin viabilidad económica en respuesta a las presiones neocaciquiles de empresas sucias y sindicatos mimados que históricamente subsisten gracias a  ingentes cantidades de dinero público. 


Resultan escalofriantes, semisecretas y de dudosa legalidad las  cifras económicas totales implicadas en salvar al "carbón nacional".  Como botón de muestra, este pasado enero el Gobierno ha condonado más de 5.000 millones de euros de deuda acumulada en el periodo 1998-2001 (un billón de las antiguas pesetas ) a los empresarios mineros españoles, especialmente las empresas asturianas y leonesas, y ahora intenta poner en práctica unas ayudas estatales a las empresas mineras en los Presupuestos de 2010 para que las empresas eléctricas compren el carbón nacional a precios baratos y competitivos en relación al carbón proveniente de fuera del territorio nacional. Pero a pesar de que el gobierno no puede condonar deudas tributarias ni deudas presupuestarias, ni practicar el proteccionismo dentro de la Unión Europea, parece ser que las citadas ayudas que se quieren justificar por los costes sociales y técnicos derivados de planes de modernización, reestructuración y racionalización de la actividad de las empresas mineras, se regularán por el Reglamento de los Presupesto Generales del Estado y por Órdenes Ministeriales.

El gobierno de Zapatero parece que juega a hacer equilibrios insensatos e imposibles: el aumento de los daños y amenazas ecológicas derivados de la continuidad de la quema de la energía fósil del carbón; el proteccionismo estatal que viola las reglas del mercado único europeo; y los actuales privilegios al sector empresarial y sindicatos mineros. Esta política dantesca e irracional debe cuestionarse con urgencia, y aún más ante la actual situación de recesión económica, de un creciente déficit público y de apuros económicos que también afectan a otros sectores de la economía nacional. 

En todal confrontación con las  medidas del Gobierno, conviene recordar que los líderes mundiales de la cumbre de G-20 ha adoptado una posición clara sobre las ayudas públicas al carbón: "Los subsidios a los combustibles fósiles son ineficientes porque fomentan el despilfarro, reducen nuestra seguridad energética, impiden la inversión en fuentes de energía limpias y socavan los esfuerzos para hacer frente a la amenaza del cambio climático"El derecho comunitario tampoco avala el apoyo al carbón.  El Reglamento (CE) de 2002 se expone que “las ayudas estatales a la industria del carbón, persiguen la reducción tendencial de los costes de producción como medio de garantizar el carácter decreciente de las ayudas estatales, disponiendo que las unidades cuyo funcionamiento no sea preciso para garantizar el acceso a reservas, deberán incluirse en un plan de reducción de actividad. Esta reducción origina pérdidas de empleo y de activos no amortizados, por lo que resulta necesario asumir costes de las prejubilaciones y bajas incentivadas, así como ayudas a cubrir pasivos de las empresas que reduzcan su actividad”. Desde la política europea común solo se avalan las ayudas como medidas de reconversión y el paulatino cierre del sector, nunca para dar preferencia a la quema de carbón nacional.

Pero en el sentido diametralmente contrario están obrando el Presidente Rodriguez Zapatero y el Ministro de Indústría Miguel Sebastián.  El Gobierno Español no solo ignora las  recomendaciones del G-20 sino que vulnera distintas Directivas europeas sobre el mercado energético al seguir subvencionando con dinero estatal el apuntalamiento del sector de carbón español que está muy lejos de ser económicamente rentable y que solo puede sobrevivir con ayudas e incentivos públicos. 

El Gobierno español debe salir del miope cortoplacismo actual y librarse de unos lobbies industriales enquistados que desangran las arcas públicas. Hay que tener el coraje de decir la verdad para frenar el despilfarro y la quema de recursos naturales vitales y de dinero público. Las cuencas mineras de León y de Asturias no tienen un futuro económico en el carbón y deben emprender una reconversión económica hacía actividades límpias y rentables compatibles con los singulares y valiosos entornos naturales donde se encuentran. No podemos seguir desperdiciando miles de millones de euros de dinero público sin crear unas alternativas económicas viables y sostenibles cara al futuro. Ni la economía ni el clima lo permiten.

   

David Hammerstein

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27 septembre 2009 7 27 /09 /septembre /2009 11:16




El GOBIERNO DESOYE AL G-20, APOYA MASIVAMENTE AL CARBÓN y RECORTA LAS RENOVABLES


 

   ¿Qué pasó con el tan pregonado " nuevo modelo económico"? ¿Qué sucedió con el repetido discurso a favor de la "sociedad del conocimiento", la "economía sostenible" y las energías limpias y renovables de las que tanto ha hablado nuestro presidente de Gobierno?. El mundo parece estar al revés para el presidente de Gobierno, ya que ahora Zapatero prefiere que las empresas españolas de producción eléctrica dependan de la producción del carbón español y menos de las energías renovables. Más allá de de su retórica pública en torno a la lucha contra el cambio climático ahora parece que Zapatero está empeñado en que el Estado continue subvencionando la mineria de carbón, la fuente de energía cuya combustión provoca más contaminación atmosférica por emisiones de CO2. 
 
ç
 

   Es precisamene en periodo de recesión económica y de caida de la demanda eléctrica la política del Gobierno español quiere aumentar aún más las ayudas económicas a esta actividad anacrónica y no rentable que apenás existe en los países europeos ocidentales. Con inmensas cantidades de dinero público el presidente Zapatero quiere fomentar  la quema de carbón en las centrales térmicas en lugar de continuar con el crecimiento de las energías renovables y limpias, cuyas ayudas quiere recortar más. Con este alargamiento artificial y económicamente ruinoso de la vida de la minería de carbón en España se tirarían por la ventana los compromisos de reducción de emisiones contaminantes a la atmósfera, la real liberalización del mercado energético, y el cumplimiento de la legislación europea en España.  Se trata de todo un ejercicio irracional de proteccionismo en la defensa numantina de un sector industrial en declive y sin viabilidad económica en respuesta a las presiones neocaciquiles de empresas sucias y sindicatos mimados que históricamente subsisten gracias a  ingentes cantidades de dinero público . Resultan escalofriantes, semisecretas y de dudosa legalidad las  cifras económicas totales implicadas en salvar al "carbón nacional".  Este pasado enero el Gobierno ha condonado más de 5.000 de euros de deuda acumulada en el periodo 1998-2001 (un billón de las antiguas pesetas ) a los empresarios mineros españoles, especialmente las empresas asturianas y leonesas, y ahora intenta poner en práctica unas ayudas estatales en los Presupuestos de 2010 para que las eléctricas compren al carbón nacional. Pero a pesar de que el gobierno no puede condonar deudas tributarias ni deudas presupuestarias, ni practicar el proteccionismo dentro de la UE, parece ser que las citadas ayudas que se justifican por los costes sociales y técnicos derivados de planes de modernización, reestructuración y racionalización de la actividad de las empresas mineras, se regularán por el Reglamento de los Presupesto Generales del Estado y por Órdenes Ministeriales.


El gobierno de Zapatero parece que juega a hacer equilibrios insensatos e imposibles entre el aumento de los daños y amenazas ecológicas implicadas en la quema de la energía fósil del carbón, el proteccionismo estatal que viola las reglas del mercado único europeo y los actuales privilegios mineros. Esta política dantesca e irracional debe cuestionarse con urgencia, y aún más ante una situación de recesión, de un creciente déficit público y de unos apuros económicos que afectan a otros sectores de la economía nacional. En todal confrontación con las  medidas del Gobierno, conviene recordar que los líderes mundiales de la cumbre de G-20 ha adoptado una posición clara sobre las ayudas públicas al carbón: "Los subsidios a los combustibles fósiles son ineficientes porque fomentan el despilfarro, reducen nuestra seguridad energética, impiden la inversión en fuentes de energía limpias y socavan los esfuerzos para hacer frente a la amenaza del cambio climático". El derecho comunitario tampoco avala el apoyo al carbón.  El Reglamento (CE) de 2002 se expone que “las ayudas estatales a la industria del carbón, persiguen la reducción tendencial de los costes de producción como medio de garantizar el carácter decreciente de las ayudas estatales, disponiendo que las unidades cuyo funcionamiento no sea preciso para garantizar el acceso a reservas, deberán incluirse en un plan de reducción de actividad. Esta reducción origina pérdidas de empleo y de activos no amortizados, por lo que resulta necesario asumir costes de las prejubilaciones y bajas incentivadas, así como ayudas a cubrir pasivos de las empresas que reduzcan su actividad”. Solo se avalan las ayudas como medidas de reconversión y el paulatino cierre del sector, nunca para dar preferencia a la quema de carbón nacional.


Pero en el sentido diametralmente contrario están obrando el Presidente Rodriguez Zapatero y el Ministro de Indústría Miguel Sebastián.  El Gobierno Español no solo ignora las  recomendaciones del G-20 sino que vulnera distintas Directivas europeas sobre el mercado energético al seguir subvencionando con dinero estatal el apuntalamiento del sector de carbón español que está muy lejos de ser económicamente rentable y que solo puede sobrevivir con ayudas e incentivos públicos. 


El Gobierno debe salir del miope cortoplacismo actual y librarse de unos lobbies industriales enquistados que desangran los arcas públicos. Sobretodo hay que tener el coraje de decir la verdad. Las cuencas mineras de León y de Asturias no tienen un futuro económico en el carbón y deben emprender una reconversión económica hacía actividades límpias y rentables compatibles con los singulares entornos naturales donde se encuentran. No podemos seguir desperdiciando miles de millones de euros de dinero público sin crear unas alternativas económicas viables y sostenibles cara al futuro. Ni la economía ni el clima lo permiten.

   

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11 septembre 2009 5 11 /09 /septembre /2009 13:13
Opening remarks by David Hammerstein at Middle East workshop on CFSP review conference organised by SWP Foundation, Berlin     10-09-09
Ending the "blank cheque" in EU policy on the Palestinian-Israeli conflict
Costs and incentives in EU policy to end the "occupation business", growing Palestinian dependency and the case for political efficacy in financial aide to the Palestinian Authority and Israel.  Setting deadlines and phasing out EU aid as an expression of political pressure and budgetary coherence. 
The European Union's top foreign policy representative Javier Solana has recently called for the United Nations Security Council to recognise a Palestinian State and the two-state solution by a certain deadline even if Israel and others do not.  Many voices believe this initiative should be considered for support by the international community. Is this feasible? In any case, Solana´s proposal reflects a growing frustration over the meagre efficacy of present EU policy toward the conflict and the growing loss of hope in a viable two-state solution. 
New policy strategies are needed to forward a stable peace between Israel and the Palestinians.  
Should the EU and EU member states reconsider its present form of aide to the PA if there is no signficant  political progress on the ground and at the negotiating table? How can this aid create incentives and costs for moving toward a final peace agreement? Is the EU perpetuating the status quo and the dependency on the "occupation business" on both sides? Should Israel pay back for all or part of EU aide to the Palestinians? Should EU financial aide, aside from humanitarian, continue indefinitely despite the lack of political progress? In the case of no significant progress toward a final settlement should we not consider a phasing out of "state building" and structural aide to the Palestinian Authority? 
 The EU will provide 440 million euros to the PA in 2009. In 2008 the US gave 150 million to the PA and another 264 million in direct economic support and security) direct assistance to the PA. This does not include humanitarian aid. For example, the EU contributed 66 million euros de UNRWA in 2008 and the US over 150 million. 
Obviously this aid is not very effective in the present context. A political horizon is needed. Without a credible and unlimited freeze on settlement expansion in Jerusalem and the West Bank and without  a stable and legally viable agreement for Palestinian Unity, among other measures on the ground,  we must face the reality that the EU can not play the role of disguising an unsustainable situation.  
The basic elements of a possible peace agreement are known to all. At present Israel and Hamas reject these basic elements (concerning the international security guarantees,  borders, land swap, Jerusalem, refugees and water) while the leaders of the Palestinian Authority and the EU and probably President Obama accept them. At present the PA on the West  Bank is fulfulling the majority of the conditions of the Road Map while Israel, especially concerning sercurity, while Israel does not comply with most of the conditions, most notoriously concerning settlements. Should there not be costs and incentives in response to these positions and realities on the ground?

  

1.Liability, insurance and accountability
   If your house catches on fire the local or regional fire-brigade will come and put out the fire.  In most European countries either the insurance company or the home owner will have to pay for the cost of extinguishing the fire.  What happens if your house has another devastating fire six months later and yet two more bad fires the next year ? The consequences would be costly because the insurance company would raise its rates significantly and maybe even refuse to continue the coverage. Second of all, there would probably be an investigation on the part of the police and the fire department concerning the causes of such frequent fires and the lack of effective fire prevention or reduction measures on the part of the home owners. In Europe there is no such thing as no cost, no risk and no fault insurance in cases of repetitive liability over a number of years.  This only happens in the Middle East.
   Israel is a fairly wealthy developed industrialised country with a strong currency and growing economy.  Nevertheless, Israel´s financial accountability for the Palestinian territories it occupies is very small and despite being a wealthy country it receives massive International aid, in particular for the Palestinian territories under its control since 1967.  Contrary to its international legal obligations Israel does not supply most of the basic services to the Palestinian population of the West Bank and Gaza. This is because the majority of these services and humanitarian aide are provided by the European Union and its member states.  This EU aide has no strings attached, no conditions, no economic cost and no liability for Israel. There is also no end is sight for this aide due to the stalemate in the conflict.  Theoretically, EU aide to Palestinians is for "economic stimulation", "institution building", "policing", "humanitarian relief" and "conflict prevention", all within the general political objective of forwarding a peace agreement between Israelis and Palestinians. Most in the EU would consider this aid a good down payment for peace if a final agreement was finally reached. But what if the present aide is only softening a bit the occupation and there is no political perspective on the horizon? In reality, there is no direct link between European aid to the PA, the EU´s economic relationship with Israel and the concrete issues on the ground that block both peace and a significant improvement in the lives of Palestinians: settlements, the siege of Gaza and lack of movement of people and goods in general.  
 Are we paying Israel´s "free lunch" indefinitely with no political dividend in sight. Are we even strengthenng the perpetuation of the status quo?  Why should Israel risk exchanging today´s "best of all possible worlds"  (a properous society on this side of the wall with the other side cared for by others) for the risky business of withdrawals, internal conflicts and  volatile joint ventures with a faction of the Palestinians? 
The EU greatest allotment of aide per capita in the world is for the Palestinian Authority.  Teachers, nurses, civil servants, police and others all receive their monthly salaries from the EU. As well, tens of thousands of Palestinians depend on EU humanitarian aid.  Nevertheless, we should evaluate if this policy is a positive one that contributes to the building of institutions for peace or if it simply is a massive subsidy of the Israeli occupation that eliminates Israel´s legal responsibility of providing services to the occupied population. In other words, are we helping to make the occupation economically bearable and not costly for Israel, basically letting the occupier off the hook.  
Another question is if decades of massive "occupation business" made possible mainly by the EU is actually creating vested interests and dependency on both sides, both economical and political, for the indefinite continuation of the occupation. Where is the incentive for reaching a two-state solution? What would happen if the EU set a deadline to cut off all but humanitarian aid unless Israel took a number of measures to make life more bearable for Palestinians with regard to the siege of Gaza, movement and settlements.  Israel would dread the threat of withdrawal of aid and the possible collapse of Palestinian  institutions that could lead to chaotic situation. It is evident that the present status quo cannot continue. Since the EU pays it must play as well. 
An option for EU countries as well would be to consider the hundreds of millions of euros spent in the territories as a debt being accumulated by Israel if no peace agreement is reached. The accumulated debt should be published periodically, possibly to be recovered through a tax levied on Israeli goods or discounted from  participation in EU programmes. If we do not have accountability, at least we should have financial accounting and transparency as far as legal obligations. Until a Palestinian State is declared Israel must respond to the debt. With no economic incentive for peace, with no penalisation for obstruction, European policy is little more the that of an large NGO. 
   The present discussion on a  false and contradictory "settlement freeze" is symptomatic of the piecemeal approach of so-called "confidence building measures" that have permeating the conflict over the last ten years..  It borders on absurdity the fact that it could be considered a concession on the part of Israel to slow down just a bit the settlement process for a few months in the West Bank excluding Jerusalem while quickly building hundreds of new homes and legalising hundreds of others, maintaining the same pace of illegal colonisation as in past years.   There is a basic chasm between the International Community and Israel on the nature of the West Bank and Jerusalem . While the world considers them occupied territories, Israel acts  at best as if they were "disputed" lands and in the case of "Greater Jerusalem" or the " Jerusalem envelope" as if they were just another part of the State of Israel.  
  If Obama excludes Jerusalem from a settlement agreement with Israel he is making a tragic mistake. It could even be considered a step away from the Clinton Parameters on Jerusalem.  First of all it should be noted that when we speak of Jerusalem we are speaking of a municipal boundary that has grown four-fold under Israeli rule and that now even encompasses Palestinian towns and a number of settlements over 10 kilometers away from the Old City. No agreement to even the most moderate Arab leadership can be acceptable without Jerusalem.  It makes no sense to negotiate a "settlement freeze" without Jerusalem. 
  Obama intends to be ambiguous on the scope of the "settlement freeze" in order to give the impression of "back to the talks", but in reality we are back to the stationary bicycle - lots of sweat but no distance covered.  This present false "piece process" can only at best produce a few photo opportunities of Arab-Israeli handshakes but no real "peace process" that already has a bottom-line minimum of conditions as described in Taba or in the Geneva Initiative.  Dialogue for the sake of dialogue can produce more frustration and descrediting of leaders than any concrete progress. 
  The time has come for setting dates, demanding liability and ending financial dependency of Palestinians. 

  

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3 septembre 2009 4 03 /09 /septembre /2009 16:39
Estimado Sr. Hammerstein:

Soy un simple ciudadano de Huelva que le escribe por dos motivos. El primero es agradecerle la defensa de la salud de la población y el medio ambiente de mi ciudad que ha llevado a cabo en el parlamento europeo. Agradecimiento de mi parte y de la de mi padre, que murió el 16 de Mayo pasado por un cáncer de tiroides después de unos 30 años trabajando en la industria química. Ningún médico ha relacionado oficialmente los dos hechos pero, cuando en unos 10 años han muerto todos los miembros el equipo de mantenimiento en el que trabajaba mi padre por razones similares, comprenderá nuestras sospechas.

Yo, como uno de tantos onubenses que llevamos años criticando la contaminación de nuestra ciudad, me siento abandonado por la gente que se supone que debería defender nuestros intereses y últimamente hasta insultado por unos políticos que antes que al ciudadano que le ha depositado su confianza, prefiere defender al poder económico al que seguramente tendrán más que agradecer.

El segundo motivo es felicitarle por el éxito obtenido en el debate de hoy (ya ayer) del que tengo noticia a través de la página web Huelvadenuncia.org. No lo he comprobado todavía, pero algo me dice que los grandes medios no se harán eco en sus titulares de la noticia, y será cuando, ojalá, se lleve a cabo el desmantelamiento de las balsas de fosfoyesos cuando todos aquellos que tanto critican (en caso de los cargos políticos) e ignoran deliberadamente (en el caso de los medios informativos) las protestas, se suban al carro de las reivindicaciones y aplaudan la deseada limpieza de las marismas.

Agradeciéndole una vez más el trabajo realizado, se despide

César Campos Sánchez

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3 septembre 2009 4 03 /09 /septembre /2009 13:31

Como cada año, asistimos resignados al mismo panorama. En la Península Ibérica, miles de hectáreas de bosque se han consumido, pero no todo queda aquí. En la prensa vemos como en otras partes de la Tierra: California, Grecia, Australia.. se repiten con más intensidad violentos incendios que lo devoran todo a su paso. Y es que el fuego no perdona; todavía menos, cuando cuenta con un aliado alimentado por el hombre, como el cambio climático. Los veranos, como demuestran las agencias metereológicas, cada vez son mas severos; caldo de cultivo para propiciar y propagar incendios forestales. Ahora que deberíamos estar mas preparados y alerta que nunca, seguimos sin tomarnos en serio este asunto y con políticas forestales superficiales y frágiles.

Todo esto ya lo sabemos, pero queda mucha gente que no conoce lo que está perdiendo con cada árbol que se convierte en cenizas. Cuando se pierde así nuestra diversidad natural, no solo se nos arranca violentamente nuestro futuro, sino que estamos perdiendo nuestra verdadera economía. La riqueza que queda, la que nos sustenta y no se convierte en chatarra al cabo de unos años, como los automóviles que con tanto empeño las autoridades se preocupan por salvar. Sería interesante que hubiera un PIB que añadiera las perdidas por la contaminación, los incendios forestales, y todos aquellos problemas derivados del cambio climático. Es decir, que el indicador económico tuviera en cuenta las consecuencias medioambientales del crecimiento económico. De tal forma, como apuntaba el economista Serge Latouche, observaríamos un Estado sumido en la más profunda y absoluta recesión.
Por eso, es el momento de pedirle al presidente del Gobierno, qué ha sido de su promesa de plantar 45 millones de árboles para luchar contra la desertificación, conservar la biodiversidad y así crear empleo rural. Desde que hizo tal promesa hace ya 2 años, no se ha plantado ni un solo árbol y lo que es peor, no hay noticias nuevas. Diversas personalidades y colectivos ecologistas estamos esperando que se cumpla dicha promesa. David Hammerstein, antiguo eurodiputado verde, afirmó que con los 90 millones de euros que costaría cumplir la promesa, se crearían unos tres mil empleos. Esto significa, 33 empleos por cada millón gastado, bastante más que los siete empleos por cada millón gastado en grandes infraestructuras o las inversiones industriales. Sin embargo, el motivo dado por el Gobierno para aplazar la plantación de árboles es la actual crisis económica. Obviamente, ni los ecosistemas forestales ni el empleo rural son prioridades para el Gobierno.

A pocos meses de la Cumbre de Copenhague sobre el Cambio Climático, un encuentro decisivo para salvar el clima y que será el sustituto del Protocolo de Kyoto, es hora de tomarse en serio el asunto, y pasar de las palabras a los hechos, de reconvertir nuestras economías y bajarnos del tren que al grito de «más madera» acabará consumiéndose en su codicia. Obviamente, no vamos a salir de la crisis ecológica plantando árboles, pero como demostró la premio nobel de la paz, Wangari Maathai, son de gran ayuda para luchar contra la desertificación, asegurar la supervivencia de las poblaciones rurales, y luchar contra el cambio climático. Por eso, el programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente se propuso plantar 7.000 millones de árboles para 2009 y ya llevan más de 4.000 millones.

Nuestro Presidente de Gobierno, debería ayudar a alcanzar este objetivo, y ponerse a la cabeza del liderazgo contra el cambio climático. Demostrar que las cuestiones ambientales son un eje vertebrador e inseparable de cualquier otro tipo de política, y que no puede haber salida de la crisis actual repitiendo los modelos grises y de cemento del pasado.

Dani Hernández

Coordinador de Jóvenes Verdes
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