Las estrategias para alargar la vida del contaminante combustible fósil del carbón son al menos de dos tipos: los experimentos con el "carbón limpio", y las subvenciones del estado a la minería extractiva del sucio carbón.
El apoyo financiero de la Unión Europea a una planta piloto de secuestro de CO2 en León, en realidad no cambia en nada la gran equivocación cometida con la continuación de las ayudas públicas masivas a la extracción y quema del carbón español en las muy contaminantes centrales térmicas.
El llamado proyecto de "carbón limpio" aunque se nos quiere adornar con tecnoptimismos de todo tipo, en realidad no cambia en nada el hecho de que el Real Decreto que prepara el Gobierno español vaya a aumentar en más de 20% las emisiones de CO2 del sector eléctrico. Las térmicas actuales en España seguirán escupiendo todo su contaminante humo ácido a la atmósfera, y las minas a cielo abierto seguirán destrozando unas montañas llenas de vida y el agua de los ríos y fuentes seguirá bajando llena de tóxicos peligrosos para la vida humana, vegetal y animal.
La inmadura tecnología del llamado "secuestro y almacenamiento de carbón", a día de hoy sigue siendo un sueño prometeico ya que no acaba de mostrar su viabilidad económica, energética y ambiental. Las inversiones económicas que necesita esta experimental y faústica tecnología son enormes hasta conseguir las metas de separación del CO2 de otras sustancias, de su conversión en liquido, de la construcción de unas enormes tuberías para el transporte y del mantenimiento de los almacenes subterráneos durante décadas.
Tampoco está nada claro el balance energético final de este endiosado engendro tecnológico dado el enorme gasto energético implicado en la separación y la compresión de los gases, en el transporte y en la inyección en el subsuelo es tan sustancial que plantea dudas sobre la misma viabilidad y el objetivo de estas operaciones.
Desde el punto de vista ambiental se ha comprobado en EE.UU. que el contacto del CO2 concentrado con los acuíferos puede provocar una reacción química que contamina irreversiblemente las aguas subterráneas. Además, también se ha mostrado que es imposible evitar el escape al exterior de alrededor del 1% de los gases al año! Según algunas voces de expertos también existe el peligro de explosiones.
Ante el enorme gasto de recursos económicos implicados en los experimentos del "carbón limpio" y ante las grandes incertidumbres y riesgos que afectan a su viabilidad y eficacia ¿Acaso no sería mucho más sensato y mucho mejor dejar el carbón en el suelo?