Ha habido un vuelco político en Catalunya. Dentro de unos días Catalunya tendrá una mayoría política más acorde con las medidas neoliberales de recortes sociales y austeridad extrema. Según los últimos sondeos electorales la suma de los votos de Convergencia i Unió y el PP podría acumular entre 85 y 90 escaños de los 135 que se disputan en el Parlament Catalán.
Hace unos meses el fuerte malestar social catalán apuntaba hacia unas fuertes pérdidas electorales para Artur Más y para sus fieles aliados (y viceversa) en cuestiones socioeconómicas, el PP. Ahora Catalunya probablemente resultará ser el país "incipiente" más "pro-Merkel" de toda Europa. CIU sube como la espuma por liderar el empuje independentista mientras el PP se mantiene o sube al recoger el sentimiento españolista. Al mismo tiempo se juntan diariamente ambos para defender prácticamente la misma respuesta anti-social a la crisis..¡Vaya negocio más rentable!
Lo que está resultando ser una jugada maestra política es el actual "ping-pong" identitario y nacionalista entre el PP y el CiU. El diario rifirrafe PP-CiU entre "españolizar" y "la independencia" está beneficiando tanto a Más como a Rajoy para esquivar casi limpiamente unos fuertes castigos políticos por su gestión injusta de la crisis económica. El Gobierno del PP que hace unas semanas estaba casi agotado ahora de repente se siente repuesto y en su salsa al "defender la unidad de España" ¡Enhorabuena! ¡Sois unos magos!
Ahora me viene a la memoria los viejos y cansinos debates dentro de la izquierda sobre si el nacionalismo era de derechas o no. Para contestar mejor esta pregunta, observemos los resultados de las elecciones catalanas de la semana que viene que serán todo un laboratorio de pruebas sobre la crisis económica y el nacionalismo.
Ya lo sé. Algunos de vosotros estáis pensando que no se trata de "derecha-izquierda" ni "cómo hacer invisible la crisis en un día" sino del "centralismo español frente al derecho a decidir del pueblo catalán".
Vamos a ver. No parece que la mayoría de los partidos que participaban en la manifestación del pasado 11 de septiembre lo tienen tan claro.
Si un partido quiere seriamente la independencia para Catalunya, debe exigir, cueste lo que cueste, plantear un referéndum como en Escocia: "¿Quiere usted la independencia? Sí o No."
Al contrario, el partido gobernante catalán y otros partidos huyen como si fuera la plaga de una pregunta "net i clar" sobre el futuro de Catalunya.
Al contrario, Artur Más sugiere una pregunta ambigua, hipotética e hasta infantil: "Quiere que Catalunya sea un nuevo estado miembro de la Unión Europea?" ¿Pero no está colocando el carro por delante de los caballos o está vendiendo la piel del oso antes de cazarlo? ¿Como se puede decidir ser miembro de la UE antes de tener un estado independiente? Supongo que los 27 miembros de la UE tendrían algo que decir. ¿Como puede prometer en la misma pregunta un muy feliz futuro europeo obviando una probable larga travesía del desierto fuera del Euro y de la UE? Ya puesto a pedir, que añaden a la pregunta también la entrada en la UEFA, la ONU y a Eurovisión! Además, Mas solo se compromete organizar el referéndum sobre esta pregunta vacía antes de 4 años! ¡ICV incluso se atreve plantear una pregunta con opciones A, B, C o D! Solo ERC mantiene una mínima coherencia independentista.
Mientras tanto, Mas gozará de una cómoda mayoría en Catalunya durante 4 años mientras Rajoy cosechará cada vez más apoyo popular por el resto de España, dejando al PSOE totalmente al margen de las festividades "centro-periféricas". Todo un tour de force de unos nacionalismos conservadores retro-alimentados y complementarios.