Queridos amigos y amigas,
Hoy, un año después de dejar mi escaño en el Parlamento Europeo como parlamentario verde, y en el contexto actual del debate abierto y esperanzado sobre la estrategia política y el futuro próximo del espacio político verde en España, con el presente escrito quiero manifestar públicamente y ante la militancia y simpatizantes verdes en particular, mi voluntad y compromiso de apoyar y de colaborar dentro de mis posibilidades, en la necesaria y urgente tarea común de regeneración política del espacio verde en España.
Somos ya muchas las personas y militantes verdes, los que a lo largo de los años hemos ocupado sin quererlo ni merecerlo, el lugar de los perseguidos y repudiados, con campañas internas y públicas de desprestigio personal y político instigadas desde la misma cúpula dirigente. Y hemos sido muchas las personas que nos hemos visto obligadas a dejar de ser militantes verdes ante la intensiva escalada de amenazas y daños infringidos a la propia dignidad y honorabilidad personal, política y ciudadana. Mucha militancia valiosa y necesaria para la emergencia del espacio verde en España ha quedado así en la cuneta de este proyecto político después de haber sufrido con indefensión y en primera persona, las tácticas estalinistas de ataque y manipulación dirigidas hacia las opiniones disidentes y hacia las incómodas minorías en cada momento histórico.
Particularmente, en mi caso, como parlamentario europeo de Los Verdes durante el periodo 2004-2009, he sufrido una intensa y masiva campaña de calumnias, mentiras, y graves violaciones de mis derechos básicos como ciudadano y como militante de una organización política, lo que a su vez también ha tenido repercusiones públicas y ha incidido negativamente en la eficacia de mi trabajo como parlamentario verde. Por parte de personas miembros de la actual dirección política de la Confederal de Los Verdes, se han ejercido contra mí las graves y maliciosas acusaciones de haber cometido actos criminales, pero sin la más mínima prueba. Y lo más lamentable y chocante, es que a pesar del gran daño político que infringían al proyecto verde y al conjunto de la organización, estas campañas persecutorias de difamación contra mi persona, y orquestadas por la máxima dirección política y orgánica de Los Verdes, se han querido trasladar y amplificar ante la prensa de máxima difusión y por los medios electrónicos, y han querido buscar aliados en los muchos adversarios políticos, económicos y sociales que tienen las luchas y el trabajo político en la defensa ambiental.
"Todo vale" para la audestructiva cultura política practicada desde hace años y años por la actual dirección política de Los Verdes. La eficacia y los éxitos relativos que he podido alcanzar con el trabajo que he realizado en el parlamento Europeo junto a las personas que han ayudado en el mismo, han tenido que soportar la lluvia de descalificaciones criminalizadoras, y que además coincidían con los interesados en bloquear el avance ambiental en España. Estas inapropiadas campañas no solo buscaban deteriorar mi imagen personal e impedir el reconocimiento a mi labor política en el Parlamento Europeo, sino que también han afectado a muchas otras personas y militantes que conmigo han trabajado, y a mis colaboradores políticos. Los muchos impactos políticos de estos "señores de la guerra" han afectado también a la propia organización de los Verdes y al proyecto verde en España, y hoy día seguimos arrastrando sus penosas consecuencias.
Será necesario poder realizar un balance político riguroso de estas hipotecas que aún arrastra la Confederal de Los Verdes y el propio espacio político verde en España, si queremos apostar por no repetir viejos errores y por dar una oportunidad a los nuevos caminos innovadores que puedan sumar motivaciones y fuerza para el despegue del proyecto verde en el territorio español.
A día de hoy, y en mi caso personal, y al igual que ha ocurrido a otros muchos compañeros y compañeras verdes, no he recibido ningún tipo de reconocimiento de los errores y abusos cometidos sobre mi persona por parte de dirigentes y órganos de dirección de la Confederal de Los Verdes. Todo y a pesar de que todas las acusaciones que se me han hecho, han sido rechazadas por las correspondientes autoridades europeas y españolas.
He de constatar públicamente algunos hechos significativos: ningún organismo de control y persecución del fraude en España y en el Parlamento Europeo han encontrado indicios de veracidad en las descabelladas acusaciones sobre la gestión económica de mis cuentas, de mis empleados y de mi nacionalidad española. Hasta la misma fiscalía española me ha comunicado por escrito la falta de fundamento y de pruebas que han tenido las acusaciones vertidas contra mí. También, desde el mismo Parlamento Europeo se me ha confirmado por escrito la transparencia y la corrección de los gastos implicados en los cinco años del trabajo parlamentario que he realizado desde Bruselas junto a junto a un equipo de profesionales y compañeros/as. Las cifras de la contabilidad de mi trabajo en Bruselas son públicas y cuadran. También han sido rechazadas de plano las dudas sobre la legalidad de mi nacionalidad española. Nunca he sido acusado ante un tribunal de justicia, ni he sido juzgado, ni sentenciado por ningún hecho relacionado con mi labor parlamentaria. Además, todos estos hechos eran sobradamente conocidos por las personas de la dirección de Los Verdes, y hasta el mismo Secretario de Organización de Los Verdes tuvo en su poder toda la documentación necesaria sobre la contabilidad de los recursos económicos y mis cuentas, que le fueron entregadas en papel y ante testigos.
Por tanto, aunque la actual dirección de Los Verdes no ha reparado en nada los atropellos cometidos contra mí, lo cierto es que los jueces si lo han hecho en parte. Me han dado la razón mediante la firme sentencia condenatoria a un destacado miembro de la dirección de la Confederación de Los Verdes: José Santamarta, por las calumnias públicas que ha difundido contra la honorabilidad y dignidad de mi persona. El Supervisor de la Protección Datos de la Unión Europea también ha llevado a cabo una investigación sobre mi caso, y ha llegado a la conclusión de que el organismo europeo OLAF había actuado de forma ilegal en contra de mi, vulnerando más de cuatro leyes europeas en materia de protección de datos y de privacidad de las personas, al filtrar a la prensa española los detalles de las falsas acusaciones vertidas contra mi.
Como conclusión, quiero aportar esta pequeña reflexión: ¿Como podrá reparase el daño vertido contra a mí y otras muchas personas, y contra el conjunto de la organización a lo largo de casi veinte años de historia política dentro de la Confederal de Los Verdes? ¿Deberá continuar esta cultura política dominando la organización y dirección de Los Verdes? ¿Las personas concretas que la han encarnado deben continuar desempeñando un papel de liderazgo y de control orgánico en el deseable futuro de avance en la construcción de Los Verdes?
Un fuerte abrazo,
DAVID HAMMERSTEIN