3 décembre 2009
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En el Parlamento Europeo, Phillip Lowe, el Director General de Competencia de la Comisión Europea, presentó un informe sobre los comportamientos anti-competitivos de las empresas farmacéuticas.
El europeo medio gasta alrededor de 430 euros en medicamentos cada año. Este gasto podría reducirse sustancialmente si hubiera más entradas al mercado de medicamentos genéricos. Más genéricos significaría, además, poder aliviar el enorme gasto farmacéutico de los sistemas estatales de salud pública. Es también una simple cuestión de acceso a medicamentos ya que el consumo de medicamentos se incrementa en 60% cuando se caduca una patente sobre un producto (20 años) y cuando entra en el mercado un nuevo genérico. Si extendemos el debate a los países empobrecidos del Sur la dramática realidad es que la ausencia de genéricos puede llegar a ser una cuestión de vida y muerte. En cuanto de los gastos de la propias empresas en el desarrollo de los medicamentos el Sr. Lowe apuntó que el 1.5% de sus gastos eran en investigación y el 15% en los ensayos clínicos.
En este contexto las grandes empresas farmacéuticas maniobran para retrasar al máximo la salida al mercado de versiones genéricas de sus productos. Según la Comisión Europea las empresas utilizan un abanico de "herramientas" para proteger sus medicamentos más rentables (blockbusters). En primer lugar, intentan crear un muro de protección con nuevas patentes parecidas (los "clusters" y "thickets") para complicar legalmente la comercialización de nuevos genéricos. Así oscurecen y dificultan la tarea de determinar qué patentes merecen protección. Muchas empresas de genéricos deciden finalmente no comercializar un producto al no poder permitirse el lujo de pagar los grandes gastos judiciales de litigios largos y complicados sobre unas patentes con unos "pasos innovadores" muy discutibles. En el 2008 los gastos judiciales sobre las patentes supusieron unos 420 millones de euros.
Otras tácticas de las empresas para aumentar su monopolio sobre la fórmulas químicas son las de firmar acuerdos con las empresas de genéricos para con ello retrasar durante unos años la entrada al mercado de los productos económicos ("pay for delay"). Se trata de otra práctica anticompetitiva que distorsiona el mercado en contra de los consumidores, de los contribuyentes y de la salud. La Comisión documentó más de 200 de estos tratos de 2002-2008.
Finalmente, también se comentó la estrategia comercial de "evergreening" (verde perenne) mediante una planificación de unas muy pequeñas mejoras en cada producto para evitar la pérdida de mercado frente a los genéricos.
En cuanto de los remedios se habló muy poco. El Director General Lowe no quería hablar de medidas fuertes de la Comisión contra las empresas y tachó los procedimientos de infracción de Derecho Comunitario como "tigres de papel", por ser muy lentos y poco eficaces. Dejó claro que la mayor responsabilidad sobre el control de estas prácticas era de los estados miembros, y que tampoco el ámbito de la competencia tenía todas las soluciones. Ante una pregunta sobre los "premios a la innovación" para fomentar los genéricos de última generación, respondió que era un concepto digno de consideración y estudio.