Aquí tienes el texto de mi intervención ante el Congreso Internacional de Agricultura Ecológica (IFOAM) que se celebró hace unas semanas en Bruselas. Se trata de la necesidad de otro modelo de investigación científica que apuesta por un sistema alimentario en harmonia con el medio ambiente y la salud.
La estructura de nuestro sistema de conocimiento científico sobre la agricultura y los alimentos presenta serios defectos epistemológicos. El enfoque que da la UE a la investigación e información agrícolas no es complejo, y es reduccionista desde el punto de vista científico y socialmente parcial, interesado, e ideológico. Hay una falta grave de integración interdisciplinar de las diversas y heterogéneas dimensiones sociales, económicas y medioambientales en la investigación agrícola en el seno de la Unión. La inmensa mayoría de los fondos comunitarios del Séptimo Programa Marco de investigación se dedican a cuestiones relacionadas con la producción alimentaria intensiva y química y el procesamiento industrializado de alimentos, incluso los que contienen elementos transgénicos, y otras tecnologías rechazadas socioculturalmente por una amplia proporción de los ciudadanos europeos. No tenemos información específica y exactamente sobre qué parte del dinero del Sexto Programa Marco de la UE fue dedicado a la investigación de la agricultura ecológica, ni a la investigación no biotecnológica y no convencional, ni a la agricultura de bajos insumos agroindustriales. La Comisión Europea ha rechazado responder a mis preguntas parlamentarias sobre el reparto y desagregación en apartados específicos del gasto. Seguimos sin tener datos que nos informen sobre la suma exacta de apoyo comunitario a la investigación sobre la producción ecológica.
El alto grado del interés público y de la ciudadanía europea sobre una agricultura compatible con el medio ambiente también debe quedar reflejado en los presupuestos y financiación, ya que es poco probable que los intereses privados por sí mismos sean suficientes para financiar este tipo de investigación.
La UE debe promover la investigación del desarrollo de la agricultura ecológica con los amplios objetivos sociales de desarrollar una "naturaleza sana", un "paisaje sano" y un "medio ambiente sano", además de que la "alimentación ecológica sana" pueda ser producida en el futuro sobre unas bases económicas sólidas. Estos objetivos de conjugación de los intereses de salud sociales y ecológicos justifican la creación de una plataforma a favor de una Iniciativa Tecnológica Conjunta para la innovación y la investigación en la producción de comida biológica. La promoción de la innovación en el sector ecológico encaja perfectamente los tres objetivos de la Agenda de Lisboa:
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Es un sector competitivo y de rápido crecimiento económico.
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Es socialmente relevante y de interés para el desarrollo rural y para los consumidores.
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Es una clara necesidad ecológica de la UE para alcanzar sus objetivos de biodiversidad, calidad del agua y energía.
Mientras que muchos informes de la Comisión Europea afirman que "la innovación es la clave del valor añadido", en la realidad práctica la innovación significa la racionalización y estandarización de la producción alimenticia, y se presta muy poca atención al conocimiento tradicional desarrollado mediante el uso sostenible de los recursos y disponible en las comunidades rurales. Con el declive de la agricultura rural a pequeña escala se pierde este conocimiento que mayoritariamente existe en la experiencia práctica al ser producto de las innovaciones agrícolas que surgen del ensayo y el error ante problemas y circunstancias concretas y situadas. Las variedades locales, especies y métodos agrícolas son una fuente enorme de innovación y diversidad que debería ser la base de una agricultura verdaderamente sostenible y multifuncional.
Para apoyar las prácticas de las agriculturas ecológicas necesitamos nuevas formas de investigación que hoy por hoy son aún prácticamente marginales. Los alimentos y prácticas biológicas están basadas en complejos e interdependientes procesos biodinámicos cuyo conocimiento no es deducible a simplificadoras y reduccionistas explicaciones monocausales, y los conocimientos de todo el sistema dinámico de producciones vivas no puede obtenerse directamente sólo en el laboratorio donde las variables explicativas y de control se han reducido enormemente.
La investigación científica en explotaciones agrícolas es una herramienta indispensable y se necesita mucha más investigación sobre los problemas específicos que conllevan la agricultura de pequeñas escala, y la venta y el procesamiento de alimentos de pequeña y mediana escala. Este tipo de investigación debe ser interdisciplinar, es decir, ha de poder establecer puentes y un tronco común entre los supuestos y bases conceptuales de ciencias especializadas a menudo demasiado separadas y compartimentadas: la economía, la ciencia biofísica, la sociología dinámica e interactiva, la ética. Es necesario el poder integrar las diferentes y específicas perspectivas de los productores primarios (las plantas), los productores agricultores, la industria, los consumidores, y la sociedad civil, en las teorías e hipótesis de partida, la metodología del estudio, y los objetivos de la investigación.
Algunos de los objetivos prioritarios de la investigación en alimentos biológicos han de ser los siguientes:
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Mejoras en la tecnología de procesamiento de los alimentos, su almacenaje y empaquetado para garantizar la calidad de los alimentos biológicos.
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Optimización de las tecnologías de la información y flujos descentralizados de información al mismo tiempo que de cadenas complejas y sostenibles de suministro de alimentos, con alto grado de Inter-operabilidad, acceso abierto y licencia común ("creative commons").
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Redes mundiales de economías ecológicas y locales.
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Investigación en producción energética y en la autosuficiencia de las granjas y explotaciones ganaderas.
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Funciones de la agricultura en su lucha contra el cambio climático.
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Estudios interdisciplinares de los costes externo de los diferentes sistemas alimenticios en un contexto regional y local.
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Asesoramiento en tecnologias noveles, como las nano-tecnologías, la reproducción asistida por marcador, y otras técnicas de manipulación genética en el contexto de sistemas agro-ecológicos naturales y semi naturales.
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Cómo crear tecnologías flexibles en caso de error humano en vez de tecnologías rígidas impuestas a las personas y sus necesidades.
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Gestión mejorada de cuestiones como los suelos ecológicos, el nitrógeno, el fósforo y los sulfuros como fuente principal de microorganismos.
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Desarrollo de tecnologías que fomenten el bienestar animal y tengan en cuenta las necesidades etnológicas (necesidades características e instintos de cada especie) de los animales de granja.
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Desarrollo de nuevos indicadores y mejora de los métodos analíticos para evaluar la calidad alimenticia de los alimentos biológicos.
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Estudio del impacto de los regimenes de la propiedad intelectual en la igualdad social y el bienestar ecológico de la producción de alimentos sostenibles.
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Estudio de los nuevos valores emergentes de los consumidores respecto a la salud, el medio ambiente y la justicia social. La interrelación entre las actitudes alimenticias, la percepción social del bienestar y la creciente preocupación sobre la salud.
Por multitud de razones, necesitamos un nuevo empuje para la investigación e innovación en alimentación biológica y que a la vez impulse una transferencia de las tecnologías más positivas y necesarias para nuestra sociedad. Actualmente los programas existentes son insuficientes y no están bien orientados al no cubrir estas necesidades señaladas anteriormente. Por estas razones, la creación de una plataforma tecnológica centraría y racionalizaría los recursos de este sector agrícola floreciente potenciando su capacidad de dar respuestas innovadoras ante los crecientes retos de la globalización, el medio ambiente y la salud.
David Hammerstein, eurodiputado de Los Verdes