Son muchas las actividades económicas y científicas que utilizan a los animales vivos en experimentos: sectores y empresas comerciales (alimentación, cosmética, limpieza, química, etc.); la industria armamentística; los laboratorios farmacéuticos; las unidades de investigación de universidades, hospitales y veterinaria. En el mundo anualmente sufren y mueren millones de animales víctimas de la experimentación científica y a manos de la industria cosmética, farmacéutica, alimenticia o militar, pero muchos de los experimentos acaban siendo inútiles masacres de animales. Gran parte del sufrimiento animal inflingido experimentalmente, además de ser de dudosa moralidad es innecesario y superfluo ya que al carecer de una contrastada validez científica y utilidad social podrían suprimirse sin perjuicios para la ciencia y los seres humanos. 1. Del sufrimiento en la experimentación animal a su minimización y reducción. La obligación moral de respeto a los animales ha de limitar su uso experimental teniendo en cuenta las capacidades singulares de sufrimiento de cada individuo y especie. Han de refinarse las técnicas de experimentación animal para que causen el menor sufrimiento posible en los animales atendiendo a su sensibilidad neurofisiológica y su capacidad de padecer dolor, sufrimiento, estrés o lesiones prolongadas. Urgen ambiciosos planes europeos y estatales de reducción y eliminación del número de pruebas con animales empleados en todos los campos. Las instituciones y fondos públicos no han de tener intereses directos en la experimentación animal, y han de garantizar legalmente la tutela de los intereses de bienestar y los derechos de los animales. 2. Rigurosa aplicación del principio de sustitución si existen otros métodos experimentales disponibles, y en cumplimiento de las normativas europeas. Una mayor financiación europea para el desarrollo y validación de métodos de experimentación alternativos al uso de animales tal y como se regula por la legislación europea, y a través del JRC (Centro de Investigación Conjunta), el ECVAM (Centro Europeo para la Validación de Métodos Alternativos) y el Séptimo Programa Marco de Investigación y Desarrollo (2007-2013). Existen una variedad de técnicas de experimentación sin el empleo de animales, que además de constituir un elemento más ético en práctica científica, pueden ser más económicas y efectivas: el cultivo de células, tejidos y órganos; el uso de micro-organismos tales como las bacterias, la investigación molecular; los estudios con tejidos post-mortem; las simulaciones por ordenador; los estudios epidemiológicos de población e investigación clínica con voluntarios humanos que estén informados y den su libre consentimiento a las pruebas. 3. De la experimentación animal inútil y repetitiva al Registro público de datos sobre métodos alternativos. Es prioritaria la difusión e intercambio de los resultados experimentales para favorecer lo métodos alternativos a la experimentación con animales. Las tareas docentes e investigadoras de las universidades han de velar por el bienestar animal mediante el uso de métodos alternativos validados científicamente, y dando una formación específica en bienestar animal en planes de estudio, asignaturas y titulaciones. Estricta regulación pública sobre los centros especializados de experimentación animal sobre la identificación de los animales, condiciones de funcionamiento y personal con profesionales especializados en el bienestar animal.
4. Del secretismo científico y el sufrimiento animal a la transparencia ética de la ciencia. Numerosa experimentación animal es repetitiva y sus resultados se acumulan en bancos de datos privados bajo requisitos de opacidad. Los intereses comerciales hacen que muchos experimentos y resultados se oculten o se rechacen como confusos o irrelevantes si los datos que aportan frenan la rápida explotación comercial del nuevo producto. es necesaria la obligación legal de compartir y publicar todos los datos experimentales obtenidos con animales sin estar sometidos a los derechos de propiedad intelectual. 5. Las pruebas con animales comportan muchos peligros en sus aplicaciones humanas. Muchos de los resultados experimentales con animales no son extrapolables a los seres humanos, y pueden inducir a graves y peligrosos errores cuando estos productos llegan al mercado. La inexistencia de semejanzas absolutas entre los humanos y otros animales hace que numerosos experimentos resulten inútiles o dañinos para lo mismos humanos junto al padecimiento animal que comportan. Las diferencias metabólicas y de comportamiento con la especie humana hacen que las extrapolaciones de los resultados experimentales con animales sean arriesgadas. Pueden darse consecuencias perjudiciales en humanos que no se detectan en las pruebas con animales debido a que su anatomía, fisiología, metabolismo, psiquismo, biorritmos o comportamiento social son diferentes. También las condiciones artificiales de la experimentación con animales son muy distintas y distantes de los contextos diarios de la vida humana y en los que interaccionan numerosos factores sinérgicos que se acumulan y combinan dinámicamente. 6. De la alta variabilidad en los resultados de las pruebas animales a métodos alternativos más fiables científicamente. Existen grandes diferencias de respuesta entre las especies ante mismas sustancias y pruebas experimentales. El tremendo coste de sufrimiento animal no implica necesariamente un avance científico al existir una alta variabilidad de los resultados obtenidos. A mayor distancia evolutiva de los humanos con los animales experimentales, menor rigor científico de los resultados y menor utilidad humana en sus aplicaciones, y a mayor cercanía evolutiva los experimentos son éticamente más inaceptables.
7. De las pruebas animales inciertas y manipulables a una ciencia más rigurosa, compleja y éticamente comprometida. Mucha experimentación con animales vivos nunca han pasado por un riguroso proceso de validación científica en su metodología y conclusiones. Muchos experimentos a menudo se realizan bajo procesos de inercia, costumbre, o de rechazo de la innovación en el conocimiento. También actúan cultos intereses económicos ya que las pruebas con animales permiten un fácil maquillaje de los resultados en comparación con los experimentos in vitro y modelos informáticos, ya que estos introducen menos factores de subjetividad que aumenten la variabilidad de los resultados. 8. Buenas prácticas de bienestar animal mediante un etiquetado y sello acreditativo de la no experimentación con animales en el ciclo de investigación y desarrollo de los productos comerciales. Favorecería cambios socioculturales en a favor de un consumo más responsable con el bienestar animal. 9. Prohibición de las pruebas experimentales con los grandes simios. Derechos de éticos y legales de protección de los animales con capacidades emocionales, sensitivas y cognitivas superiores. 10. Creación de Comités Éticos sobre la Experimentación Animal en centros e instituciones que usen animales. En cumplimiento de las leyes de protección de los animales ha de darse una amplia participación política en la que tengan voz y opinión los especialistas en bienestar animal, las asociaciones médicas, veterinarias, psicológicas, biológicas, agronómicas… y grupos de afectados, junto a una diversa ciudadanía social. Derecho público reconocido a la objeción de conciencia en el ejercicio de determinadas prácticas de experimentación con animales. David Hammerstein