"¿Cuanto tiempo tardaremos hasta que el mundo se de cuenta de que cerrar el paso al acceso del conocimiento es vulnerar un derecho humano básico?"
Las restricciones de los derecho al autor evitan que organizaciones de ciegos puedan compartir y circular recursos culturales y de lectura. Por ejemplo, las novelas de Harry Potter, tanto en sus versiones de braile en papel como en sus versiones en audio, solo tienen unas pocas copias maestras en inglés lo que hace inviable su circulación en otros paises por el alto coste.
Muchos otros libros no pueden circular por no existirse en formatos abiertos e interoperables. Mientras que cada vez se han extendido más los derechos privados en el mundo digital, no se ampliado la protección de los grupos más desfavorecidos como los ciegos.
En una coferencia celebrada el día 13 de julio sobre el acceso a la lectura de las personas ciegas se exigía un tratado internacional específico para crear excepciones a los derechos de propiedad intelectual. Esta reivindicación de limitar los derechos de autor para este grupo social marginado ha sido rechazada por la Asociación Internacional de Editores que prefiere soluciones determinadas solo por la libertad del mercado.
La polémica está servida dentro la Organización Mundial de Propiedad Intelectual que actualmente tiene un su agenda, además de los derechos de las personas ciegas, el medio ambiente, el cambio climático, la salud y la seguridad alimentaria.