El sábado pasado visité una planta solar de alta temperatura en Sanlucar el Mayor, Sevilla. En medio de una hermosa finca por donde ambulan cerdos ibéricos por montes de encinas, se vislumbra una torre de más de 100 metros en medio de la más grande planta de energía solar térmica funcionando en Europa que en breve crecerá con más modulos hasta poder suministrar casi toda la electricidad que necesita la ciudad de Sevilla. No se trata de un huerto de paneles solares foltovoltaícos sino de un bosque de espejos que orientan los reflejos de la radiación hacia un punto en lo alto de la torre donde el intenso calor resultante convierte agua en vapor y mueve una gran turbina. Existe otro modelo de térmosolar, también en Sanlucar, sin la torre que en cambio capta el calor solar mediante un liquido en el mismo espejo cilíndrico o parabólico. En suma, las plantas termosolares tienen muchos elementos en común con una térmica convencional salvo que en lugar de carbón o gas funciona con la luz del sol y, lo más importante: no produce emisiones ni partículas contaminantes. Actualmente, se está experimentando con la utilización de sal para almacenar el calor durante 8-10 días para que las plantas pudieran funcionar 24 horas al días y sin necesidad de parar las turbinas los días nublados o lluviosos.
Una planta termosolar, que hoy cuesta en construir el doble que el precio de una térmica contaminante, necesita una radiación solar muy fuerte y solo es viable en el sur de España y en lugares muy cálidos como el Norte de África o el Oriente Próximo. En el Parlamento Europeo y en el Plan Solar Euromed se estudia la idea de construir grandes plantas termosolares en el Sáhara como parte de unas "super red eléctirica límpia" (Clean Super Grid) que conectara a las dos riberas del mediterráneo y que fomentara la electrificación de zonas pobres y la transferencia de tecnología verde al Sur.
Dos empresas españolas, Abengoa y Acciona ya están construyendo grandes plantas termosolares en Marruecos, Argelia, Abu Dhabi y en Estados Unidos.
Es verdad que Los Verdes preferimos la energía descentalizada y comunitaria pero al mismo tiempo estas plantas muestran que las renovables pueden ser la alternativa ya en una economía de escala para llegar a ser dentro de unos años muy competitivas en el mercado con las fuentes sucias.