1 janvier 2009
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A partir de hoy el billete del autobús en Valencia cuesta 1 euro y 25 céntimos. Además, RENFE ha subido el precio de sus billetes entre ciudades en el 6%. Al mismo tiempo el precio de la gasolina ha bajado mucho lo que abarata los viajes en coches particulares. Se reduce el incentivo económico para coger el autobús o el tren en lugar del coche. El transporte público se hace cada vez más caro a pesar de los grandes beneficios ambientales y sociales que representa. Todo esto sucede en el contexto de una crisis económica que deja a miles y miles de personas sin trabajo y con menos recursos para desplazarse.
Esta irracional política de precios no beneficia ni a la salud ni al bolsillo de la gente. Una política social y ambientalmente sensible abarataría sustancialmente el transporte público y al mismo tiempo colocaría un impuesto especial sobre el precio del petróleo, que ahora cae, para financiar la creación de empleo y para luchar contra el cambio climático.