Unos concejales ecologistas, un Alcalde rabioso y una Comunidad de Madrid preocupada por unos negocios dudosos se dieron cita en la Comisión de Peticiones ayer por la tarde para considerar la construcción de una gran urbanización y un campo de golf en un hermoso y protegido bosque de encinas.. Con datos científicos en la mano que atestiguan la destrucción, fotos de la transformación programada y una gran sensatez de argumentos los representantes de Torrenat de Torrelodones presentaron su caso en contra del proyecto. El alcalde popular de Torrelodones tomó la palabra para negar lo evidente y, además, para atacar personalmente al diputado europeo Carlos Carnero y al servidor.
El PP europeo había llenado la Comisión de Peticiones con unos 15 diputados para tratar de provocar una votación que archivara la petición en contra de la urbanización pero el tiro salió por la culata. Cuando el debate estaba al rojo vivo la representante de la Comisión Europea cogió la palabra para dar la razón a los peticionarios al afirmar que había habido una recalificación de unos terrenos protegidos por la Directiva Hábitat e integrados dentro la Red Natura 2000. Se pediría información al Gobierno Español para confirmar los datos para posiblemente iniciar un expediente de infracción.
A pesar de las evidencias el PPE, que tenía una mayoría en la sala, insistía en votar para dar carpetazo al asunto. El presidente de la Comisión, Marcin Libicki, polaco de un partido conservador católico, se plantó ante los diputados del PP y dijo que no se cerraba una petición mientras la Comisión Europea tenía un procedimiento abierto. Está claro que para el PP, y en otras ocasiones para el PSOE, el derecho a la petición y la participación ciudadana en la instituciones europeas solo depende de los cálculos electorales del momento y poco tiene que ver con velar por el cumplimiento de la ley o la defensa de la naturaleza. Desgraciadamente del ping-pong Socialista-Popular a veces se acaba perdiendo de vista el fondo ambiental o social de las peticiones que tratamos.
Esta vez salimos airosos de embate de la presión de los lobbies del ladrillo. Al final el PP no pudo parar la continuación de la investigación del ladrillazo en Torrelodones.