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| David Hammerstein, Ponente. − Señor Presidente, quisiera dar las gracias por todas las contribuciones, que he intentado integrar en el informe. En cuanto a los comentarios sobre la lentitud de todo trámite, esa lentitud es cierta. Y una de sus causas es el registro de la petición: no hay razón para que un peticionario tenga que esperar tres o cuatro meses solamente para tener un número para su petición. Es este el motivo de trasladarlas a Bruselas, bajo la Presidencia, y con la ayuda de la Secretaría de la Comisión de Peticiones, registrar las peticiones aquí; no se trata en absoluto de rebajar el rango. Sobre todo se ha comentado la baja aplicación, el no cumplimiento del Derecho comunitario en tantísimos casos. Nosotros, en la Comisión de Peticiones, mantenemos la vigilancia sobre esta falta de aplicación del Derecho comunitario. No concebimos nuestra labor como una labor de injerencia, en absoluto. Que vaya el presidente de la comisión, que es polaco, a España no es una injerencia, es algo de Derecho europeo. La Comisión de Peticiones supone un recurso de los ciudadanos al Derecho comunitario cuando ya han recurrido en su país. No creo en absoluto que haya habido casos inducidos políticamente, en absoluto. Los casos importantes que han venido a la Comisión de Peticiones han sido casos donde ha habido una vulneración constante, a lo largo de muchos años, del Derecho comunitario, y por eso han venido al lugar correcto, que es la Comisión de Peticiones. Y en cuanto a los recursos de la Secretaría de la Comisión de Peticiones, son importantes para mantener la autonomía y la independencia. Doy un ejemplo: si nosotros consideramos que la contratación de un servicio informático que no es interoperable por parte del Parlamento o del Consejo y la Comisión no es correcta, ¿cómo vamos a pedir opinión a la misma Comisión Europea sobre su forma de contratación, sin la posibilidad de hacer una investigación autónoma, independiente? No podemos en absoluto. Por eso hace falta más capacidad, y es evidente para todos los miembros de la Comisión de Peticiones que la Secretaría está sobrecargada de trabajo y necesita más medios. Algunas veces —y más últimamente—, el protagonismo de los diputados y diputadas —y ahí también entono un mea culpa, como los demás— y sus debates políticos, incluso a nivel nacional o local, se hace demasiado evidente a través de procesos inducidos que, no habiendo hecho todavía el recorrido nacional, pueden llegar a generar entre los ciudadanos falsas expectativas de que la Unión Europea puede resolverlo todo y, con ello, faltar a la necesaria pedagogía de que el principio de subsidiariedad es fundamental para que todos los ámbitos estatales, locales, regionales y también europeos hagan frente a todas sus responsabilidades. Deseo, pues, que los ciudadanos recuperen ese protagonismo y que ello se haga mediante una mayor y más amplia información sobre todas las capacidades del derecho de petición —que las hay, y existen incluso más— y también sobre cómo funcionan los restantes recursos —locales, regionales y nacionales —, de modo que el recurso al Parlamento Europeo, a la petición, sea verdaderamente útil y eficaz y no resulte finalmente frustrante. Y creo que en algunas de las propuestas del ponente hay alguna contradicción: faltan medios, se nos dice —ahí están los retrasos, las respuestas vagas, la duplicación de casos—, pero se propone, por ejemplo, trasladar el registro de peticiones a la Secretaría. Creo que con ello se rebaja el nivel de rango de las peticiones y del… | |||