La Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo ha rebajado sustancialmente las expectativas de crecimiento del sector de los agrocombustibles. Ha propuesto sustituir el objetivo obligatorio del 10% antes del 2020 por otro del 4% para el 2015 que incluye, además, otras fuentes de energía renovable y el hidrógeno. Después de la euforia de hace unos años, se ha instalado una actitud de precaución y un cierto escepticismo ante el desarrollo de cosechas para crear combustibles para los coches. Las razones son múltiples: el impacto social sobre el precio de los alimentos, la repercusión ambiental sobre los países del Sur y sus bosques tropicales y la incertidumbre sobre el beneficio real de los agrocombustibles en la lucha contra el cambio climático debido a grandes dudas sobre el balance energético de todo el ciclo de producción de este tipo de fuel.