Al dar los juegos olímpicos a China el Comité Olímpico Internacional esperaba que el evento pudiera ser un aliciente para que se mejorara la situación de los derechos humanos y del medio ambiente en el país más grande del mundo. No ha sido así.
Según Daniel Cohn-Bendit, el presidente del grupo verde, "El deporte era político cuando EEUU decidió no mandar atletas judíos a los Juegos de Berlín de 1936 para tranquilizar los nazis. También fue política cuando hace 7 años cuando China pagó a muchos dictadores para que votaran a favor de la atribución a China de los Juegos Olímpicos. En 2008, el hecho de que la maratón olímpica comience bajo el retrato gigante del Presidente Mao en la Plaza Tianamen, de triste recuerdo, será igualmente un acto político.
La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos aspirará a glorificar a China y su sistema. No podemos aceptar esta demostración de fuerza por un poder autoritario. Es esencial continuar llamando a los Jefes de Estado y de los gobiernos al boicot de esta ceremonia de apertura. Pedimos a la futura Presidencia de la UE, así como a los Estados miembros de asumir sus responsabilidades ante la Historia."