Como ha dicho Rajoy lo más importante es “la economía, la economía, y la economía". Pero claro, al no haber grandes diferencias en política económica entre el PSOE y el PP, la oposición al gobierno solo podía orientar su crítica a los puntos más alejados del programa socialista: los derechos individuales, los derechos de minorías ,y la política territorial con los nacionalistas.
El PSOE ha ganado la "guerra cultural" que Rajoy ha querido lanzar "a la americana" porque la "mayoría moral" que inventaba Reagan en los ochenta en EE.UU. no existe en España. Sobre el terreno de los derechos y oportunidades para mujeres, inmigrantes, homosexuales y sobre la memoria histórica recuperada, hoy por hoy, no hay en España una mayoría social conservadora. El PP ha leído mal los valores de la tolerancia y de diversidad que han calado en la mayoría de la sociedad. No se puede codearse tantas veces con los obispos, defender la familia tradicional, atacar la educación cívica, y al mismo tiempo tener esperanzas de forjar una mayoría política. Más bien parece que han asustado y con ello han movilizado sin quererlo a muchos votantes contrarios. Con el evocar tanto el imaginario de las "dos Españas" no pueden acertar en la diana. Al desmarcarse de los moderados como Gallardón y Piqué, el PP ha dificultado la construcción de una mayoría alternativa.
También el discurso del PP en contra del nacionalismo catalán y vasco ha sido poco afortunado para el cómputo electoral, parece que ha obviado el enraizamiento social, en distintos grados de aceptación, de los nacionalismos culturales y políticos en sus respectivos territorios. No se pueden ganar unas elecciones en contra de Cataluña con discursos poco creíbles para amplias capas sociales, y que insisten en persecuciones del castellano, el independentismo y la rotura de España. El PSOE ha ganado las elecciones en Cataluña al provocar el mismo Rajoy un Tsunami socialista mucho más allá de sus votantes tradicionales. También la exageración cansina y dolorosa sobre ETA, y la “debilidad” de Zapatero han acabado debilitando más al propio acusador. A pesar de todo, un 40 % de los votantes apoyan al PP, lo que significa un bloque social muy mayoritario fuera de Catalunya y Andalucía.