Para frenar la actual contrarreforma ambiental europea no solo es necesaria una mayoría política favorable en las instituciones europeas, sino que la izquierda política institucional no abandone ni de por vencida la agenda verde en el debate público y mediático. Por el contrario, la izquierda no da la cara, no hace pedagogía verde, ni política ni cultural. No plantea el debate y ni hace defensa de la agenda verde, no da visibilidad ni transversalidad a las realidades y problemas ecológicos, con ello deja en orfandad política a la ciudadanía ecológicamente sensible, preocupada o afectada. Hasta ahora, la izquierda política ha entregado una fácil victoria ideológica a la derecha sin dar la batalla política, legal y cultural.
A continuación, se expone un breve e incompleto inventario de recientes políticas de la contrarreforma ambiental europea:
- El retroceso ambiental y climático de la Agenda Estratégica 2024-2029 de la Unión Europea.
- El bloqueo del Reglamento sobre la Restauración de la Naturaleza.
- Los recortes en la normativa ambiental de la Política Agraria Común (PAC).
- La retirada de la ley de reducción del uso de pesticidas.
- Otra década más para el uso del herbicida glifosato.
- El freno de la Ley Marco de Sistemas Alimentarios Sostenibles.
- La vista gorda sobre la contaminación por nitratos.
- La contrarreforma ambiental toma tierra: de proteger el suelo a informarse sobre el suelo.
- El rechazo de la reforma del control de sustancias tóxicas (REACH).
- La autorización de sustancias tóxicas en materiales y tuberías de agua potable.
- El gas y la energía nuclear consideradas fuentes de energía sostenibles.
- Retrocesos en la conservación de la fauna silvestre: desproteger el lobo.
- El freno de la revisión de la legislación sobre bienestar animal.
- Las zancadillas de las instituciones europeas a las leyes ambientales.