COMUNICADO de "El Mijares No se Toca. Ecologistas en Acción Gúdar-Javalambre"
Celebramos la demolición de la presa de Los Toranes (Teruel) aprobada por el gobierno, y nos sumamos también a la defensa y protección de las acequias del Valle del Olba, en concreto al reestablecimiento de la histórica “Acequia del Diablo”.
El desmantelamiento de la presa permitirá la recuperación de las valiosas funciones sociales y ambientales que desempeña dicha acequia, como son: la distribución y el acceso al agua de riego, la reserva y creación de biotopos singulares, la potenciación de la biodiversidad, etc.
Defendemos las acequias y el riego de los huertos familiares que han perdido la toma de agua irregular “concedida” provisionalmente por la empresa Iberdrola, que tenía el derecho intransferible de explotación hidroeléctrica. La clausura de esta toma de agua de riego ilegal obedece al cumplimiento del derecho una vez caducada la concesión a Iberdrola y su reversión al Estado. ¡Nada tiene que ver con el desmantelamiento de la presa de Los Toranes acordado por el gobierno!
El río Mijares y sus riberas son el tesoro más singular y valioso del valle de Olba y de sus gentes, la conservación y recuperación de su salud y biodiversidad son condición necesaria para un porvenir con prosperidad social y económica para la zona.
La demolición de la presa de Los Toranes marcará un precedente histórico en las luchas por la protección y recuperación de los ríos en el territorio español.
Hechos y verdades sobre la presa de Los Toranes (Teruel)
La mayoría de las presas y centrales hidroeléctricas se han construido hace relativamente poco, en el siglo XX, pero los años no pasan gratuitamente. Los periodos de concesión de la explotación económica y eléctrica que tienen muchas de ellas caducan (pueden llegar a los 60 y 80 años), como ha ocurrido en el caso de la presa de Los Toranes.
Esta situación va felizmente unida al incremento y mejora de las políticas estatales de protección del medio ambiente, que en gran parte han sido gracias a la Unión Europea y a los avances que en materia energética pueden “jubilar” algunas de estas grandes infraestructuras físicas. La eliminación de estas es algo que está ocurriendo cada vez más en España y en el resto de Europa. También las instituciones son más conscientes de que la prioridad fundamental está en responder con urgencia ante la hecatombe global de la biodiversidad (la mayor diversidad de las formas de vida está en los ríos y en las zonas húmedas) y ante la emergencia crónica del sobrecalentamiento global del planeta.
VER: "https://www.publico.es/ciencias/millon-barreras-artificiales-constrinen-flujo-natural-rios-europeos.html"
La presa y la central hidroeléctrica de Los Toranes (Teruel) tienen muchos impactos medioambientales negativos sobre el río Mijares y sus ecosistemas. La presa interrumpe abruptamente la conectividad y el flujo natural de un río, imposibilita un caudal ecológico mínimo, y genera muchas lesiones a su entorno natural mediante procesos encadenados de degradación, que inciden en la calidad de sus aguas y en numerosas especies y biótopos.
La presa y la central hidroeléctrica de Los Toranes tienen impactos muy negativos sobre las funciones biológicas, hidrológicas e hidrogeomorfologicas del río Mijares. La presa daña la conectividad de los ecosistemas fluviales, los metabolismos sedimentarios y la calidad de las aguas del curso del río Mijares a su paso por parajes naturales tan valiosos como son los estrechos las del Mijares y el valle de Olba, que son parte de la Red Natura-2000 de la Unión Europea.
Esta degradación ambiental de los ecosistemas fluviales vulnera la Directiva Marco de Agua de la Unión Europea y los objetivos del futuro plan de cuenca del la Confederación Hidrográfica 2021-26. Existe un consenso entre los expertos científicos sobre las medidas más eficaces para eliminar las agresiones contaminantes sobre el río Mijares: la supresión de la actividad hidroeléctrica de la presa de Los Toranes y la eliminación controlada de dicha presa en cumplimiento de la legalidad vigente.
El valle de Olba (Teruel) y su entorno geográfico, como son “Los Estrechos del Mijares”, está atravesado por el río Mijares. Goza de gran valor ambiental reconocido y recibe por ello una especial protección legal. Es parte de la Red Natura 2000 de la Unión Europea. Este tramo el río que recorre el valle recibe nada menos que los impactos negativos acumulados de unas duras infraestructuras físicas: la presa de Los Toranes aguas arriba, tres centrales hidroeléctricas, un gran pantano aguas abajo del valle, junto a unas grandes canalizaciones de agua que recorren el valle y atraviesan montañas para alimentar las turbinas de las centrales eléctricas.
La demolición de la presa de Los Toranes acordada por el Gobierno, ha sido apoyada por todos los estudios técnicos, ambientales y energéticos. También por el informe final de la Confederación Hidrográfica del Júcar, que es la institución reguladora responsable.
En el caso de la presa y la central eléctrica de Los Toranes, los eventuales beneficios no han sido tales y han estado mal calculados. No se ha producido la electricidad esperada (en los últimos años han sido unas cantidades ínfimas). La presa no sirve para paliar ni frenar las avenidas y crecidas por las riadas, ni ha dado agua para muchas hectáreas de riego. Tampoco ha tenido utilidad para el control de incendios. En buena medida otras infraestructuras de la zona han suplido en la práctica todas estas limitaciones funcionales de la presa.
En cumplimiento de la ley, el proyecto de desmantelamiento de la presa ha de integrar la extracción y gestión de los sedimentos del río que se han ido acumulando progresivamente en el fondo del pantano. Estos sedimentos también son consecuencia de los diversos vertidos tóxicos industriales y agrarios que recibe el río. La empresa Iberdrola ha de presentar en un plazo máximo de meses el proyecto de desmantelamiento, que ha de incorporar una evaluación de impacto ambiental del mismo. Este proyecto tendrá un periodo abierto de participación pública y alegaciones.
Con la extracción de lodos desaparecerá el cóctel de sedimentos peligrosos que alberga el fondo del pantano de la presa de Los Toranes. La gestión de los lodos extraídos del ha de obligar a un traslado de los mismos para su depuración en instalaciones para su tratamiento adecuado. El río mejorará su salud al liberarse de la presa y la central eléctrica de Los Toranes, una vez que se hayan extraído los lodos y desmantelado la presa por parte de la empresa Iberdrola, que era la concesionaria de explotación. El pantano dejará entonces de enmascarar los vertidos industriales y agrarios ilegales que recibe el río aguas arriba, y por ello será más fácil identificar, denunciar y sancionar estos comportamientos criminales.
En definitiva, este conjunto de limitaciones convierten la presa y la central eléctrica de Los Toranes en una infraestructura muy innecesaria, incapaz de cumplir las funciones y utilidades nombradas, además de ser ecológicamente muy dañina para el río Mijares y la biodiversidad de sus ecosistemas.
A continuación se enumeran las realidades socioambientales que reclaman el desmantelamiento de la presa y la central eléctrica de Los Toranes:
1. El mantenimiento de la presa exige cuantiosas inversiones económicas
La presa de Los Toranes y la central hidroeléctrica que abastece situada en el valle de Olba es inviable económicamente y es ecológicamente muy dañina para el río Mijares. Su costosa reparación y mantenimiento es “contraria al interés público”, tal y como concluye el informe final de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) a partir de diversos estudios científicos y de los diagnósticos de técnicos especialistas. Las conclusiones de dicho informe han sido respaldadas por el Ministerio de Transición Ecológica y su Dirección General de Aguas del Gobierno de España.
La inviabilidad económica de la actividad hidroeléctrica de la presa se debe a las inversiones públicas millonarias que exigiría su puesta en funcionamiento, en cumplimiento de la ley.
Las arcas públicas del Estado no deben asumir los altísimos costes económicos para la actividad hidroeléctrica, que supondrían unas grandes pérdidas económicas y unos daños ambientales al río interminables, contrarios a la normativa estatal y europea en materia de preservación de ecosistemas fluviales. Contrariamente, en el contexto del alza de temperaturas por el sobrecalentamiento climático, la de la pérdida de la biodiversidad es mayor en los ecosistemas acuáticos y tiene muchos efectos en los caudales fluyentes.
En cumplimiento con la Estrategia de la UE sobre Biodiversidad para 2030, es prioridad para España frenar y revertir la pérdida de la biodiversidad mediante medidas ambiciosas de recuperación y regeneración de los ecosistemas fluviales. Se hace necesaria la aplicación del Principio de Precaución para evitar las lesiones y riesgos ambientales asociados a las estructuras hidráulicas carentes de viabilidad económica y social.
“Está en perfecto estado”, esta afirmación referida a las instalaciones hidroeléctricas de la presa y la central eléctrica de Los Toranes, es radicalmente falsa. En primer lugar, si fuera así no habría estado tanto tiempo parada la central eléctrica durante los últimos años. Después y más importante, la presa necesita cuantiosas inversiones, reparaciones y gastos de mantenimiento, que son exigidos por la legislación. Estos costes supondrían varios millones de euros de inversión para asegurar las condiciones de seguridad y el mínimo cumplimiento de las normativas ambientales.
En cuanto a la seguridad de las instalaciones, el propio informe técnico de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), emitido previamente a la decisión de desmantelar la presa tomada por el Gobierno, ha concluido:
“Las instalaciones y la explotación de la presa se deberán adecuar para cumplir el Real Decreto por el que se aprueben las normas técnicas de seguridad de presas y embalses (artículo 364 del Reglamento del Dominio Público Hidráulico), cuyos costes tendrá que asumir el concesionario y no se han tenido en cuenta en el informe elaborado por AIRTIFICIAL CW INFRASTRUCTURES, S.L., habida cuenta que se desconoce en estos momentos el alcance de dichas normas al estar pendientes de aprobación.”
Solo un cumplimiento parcial de las exigencias legales significaría unas inversiones y gastos de 1.780.000 euros en obras y de 225.000 euros anuales de mantenimiento. Además, las adecuaciones de las instalaciones para el cumplimento del artículo 364 del Reglamento del Dominio Público Hidráulico, exigirían unas grandes inversiones adicionales, todavía sin cuantificar. Estos altos costes económicos necesarios para cumplir con las exigencias legales ambientales, supondrían un gran despilfarro de dinero público en el actual contexto general de crisis y falta de certidumbre económica.
2. El mal estado del río Mijares no cumple con las exigencias legales de la Directiva Marco de Agua
Se falta rotundamente a la verdad y a los hechos cuando se dice que “el río está en un perfecto estado de conservación”. La situación ecológica del Mijares en este tramo de río es bien contraria, según confirman los estudios oficiales antes mencionados, que afirman:
“La propia masa de agua donde se ubica la Presa de Los Toranes (código 12035) se ha considerado en riesgo de no alcanzar los objetivos de la directiva marco del agua en el año 2021 por conectividad”.
Por otra parte, el tramo de río situado aguas abajo de la presa de Los Toranes (masa de agua con código 12065: Río Mijares: Río Mora –Embalse de Arenós) también se ve afectada por la presencia de esta infraestructura ya que produce alteración del régimen hidrológico.
Esta masa de agua se ha considerado que está en riesgo de no alcanzar los objetivos ambientales de la Directiva Marco del Agua en el año 2021 por la alteración hidrológica que produce el uso hidroeléctrico”:
Masa de agua 12065: Río Mijares: río Mora - embalse de Arenós
Elemento de calidad: Alteraciones de hábitat por cambios hidrológicos
Presión responsable: Centrales Hidroeléctricas Albentosa/Los Toranes, Los Cantos, Villanuevas.
Nombre presión: Alteración hidrológica por hidroeléctricas
Todas las masas de agua mencionadas que están en riesgo de no alcanzar los objetivos legales ambientales de la Directiva Marco del Agua en el año 2021, lo que exige contar con las medidas necesarias en el próximo plan de cuenca para eliminar o mitigar en lo posible, la presión que genera dicho riesgo, considerándose necesario, actuar sobre la presa de Los Toranes ya que afecta directamente a la conectividad del cauce y afecta a su régimen hidrológico.”
En suma, los informes expertos confirman que el mantenimiento de la presa no cumple con las exigencias marcadas por la legalidad ambiental europea y estatal. Para el cumplimiento de dicha legalidad en materia de aguas se hace necesario el desmantelamiento de la presa.
La eliminación de la presa permitirá que puedan recibirse inversiones estatales importantes para la rehabilitación fluvial del tramo turolense del río Mijares. De hecho, ya hay una partida para estos fines aprobada en los Presupuestos Generales del Estado del 2021.
3. ¿Un río con vida o una central hidroeléctrica inviable económicamente?
El dilema histórico en juego está en optar por la conservación y rehabilitación de la vitalidad del río Mijares en este tramo, o bien por el mantenimiento de una vieja presa y una central eléctrica carentes de rentabilidad económica y ecológicamente traumáticas para el río.
Según el equipo de expertos científicos en ríos, autores del estudio geomorfológico multidisciplinar “Planteamiento de actuaciones de mejora fluvial en el río Mijares”(2018), coordinado por el profesor científico-investigador Alfredo Ollero, el actual caudal ecológico de tramo de río afectado por la presa y la central eléctrica de Los Toranes debe ser aumentado hasta los 3.000 litros/seg.
También la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) hace este diagnóstico en su “Informe técnico previo de resolución”: “Los resultados preliminares recomiendan un incremento del caudal mínimo hasta un valor que se encuentre en un rango entre valores del orden de tres veces superior a los establecidos actualmente en el vigente Plan”.
Es decir, los informes expertos una y otra vez formulan la necesidad de triplicar o de cuadruplicar el caudal del río para que este pueda ser ecológico y puedan darse los procesos bioregenerativos que caracterizan la salud ambiental de sus ecosistemas.
Según este informe oficial de la CHJ , existe también otro factor de gran incertidumbre sobre la viabilidad económica futura de la central de Los Toranes para la generación de energía eléctrica: “Si en la revisión el Plan Hidrológico del Júcar para el tercer ciclo de planificación se establece un caudal ecológico de 1,5 m3/s para la masa(comparada con el 0.3m3/s actual) de agua donde se localiza la Presa de Los Toranes, en la casi totalidad de escenarios previstos no se consiguen rentabilidades razonables a corto y medio plazo”.
4. La central eléctrica de Los Toranes no es “energía limpia”, ni hace falta
La producción eléctrica de la vieja central hidroeléctrica de Los Toranes (también llamada “De las Casas”) es ínfima, incluso durante una parte sustancial de los últimos años ha estado parada por deficiencias técnicas o ha tenido una muy baja actividad. Tampoco es “energía limpia” la electricidad que produce, debido a sus grandes impactos destructivos en el ecosistema fluvial del río Mijares.
En España hay un enorme exceso de producción de electricidad, por ello no se necesitan los daños y el sacrificio del río Mijares a su paso por el valle de Olba y por la provincia de Teruel.
La capacidad global instalada en España para la producción eléctrica es casi 6 veces mayor que la demanda real de la misma y su consumo eléctrico, si se comprueban por ejemplo las cifras de noviembre del 2020. Tampoco hace falta más “luz” para cubrir las subidas o “picos” de consumo de electricidad, puesto que hay una enorme sobre-producción eléctrica. España es exportadora de electricidad.
Este tipo de pequeñas centrales hidroeléctricas no eliminan los muchos males ambientales globales generados por la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), que alimenta finalmente las calefacciones, coches, camiones y aviones. La electricidad generada por estas centrales hidroeléctricas solo incrementa un poco más la sobre-capacidad eléctrica española ya existente, y además se hace de forma poco eficiente, cara y ecológicamente dañina.
¡Ni más centrales hidroeléctricas ni más parques eólicos! Un solo molino eólico, de los que ya están instalados en un municipio cercano en Castellón, produce bastante más electricidad que la central eléctrica de Los Toranes.
Nos oponemos con fuerza a más proyectos eólicos en un territorio como el nuestro, que sufre una acumulación de impactos provenientes de la producción hidroeléctrica y donde ya existe una saturación de instalaciones eólicas.
Por todas estas razones, la presa y la central eléctrica de Los Toranes no pueden considerarse “energía limpia”, tal y como falsamente afirma el colectivo local llamado “Mijares Vivo” y “Acequias Vivas”, que defiende la continuidad de la presa y la central eléctrica.
5. Hay alternativas asequibles y ecológicas para mantener el riego de los pequeños huertos
La paralización de la demolición de la presa condenaría a la acequia del Diablo a seguir inutilizada, seca y sin agua.
El cese de la actividad hidroeléctrica de la presa de Los Toranes no cuestiona los derechos adquiridos por los regantes de aprovechamiento de aguas para el riego. La demolición de la presa no impide a los concesionarios, como los regantes de Olba de la acequia Del Diablo, la toma de aguas del río para el riego. No hay vuelta atrás posible a la situación irregular de toma de agua para riego anterior mediante la concesión de la empresa Iberdrola.
El riego de algunos huertos familiares de la zona nada tiene que ver con la presa de Los Toranes. Hay alternativas técnicas de riego, compatibles con la recuperación ambiental del río Mijares, una vez clausurada la toma ilegal de agua para riego concedida por la empresa Iberdrola y conectada a un tramo de la acequia Del Diablo mediante un tubo.
Para recuperar el riego a través del trozo útil que queda de la histórica Acequia del Diablo, no es nada racional para el presente y futuro el querer mantener a toda costa la obsoleta y dañina presa de Los Toranes. Pueden volverse a regar los huertos familiares de autoconsumo en algunos barrios de Olba mediante alternativas técnicas viables, como por ejemplo es el bombeo solar.
Querer mantener la vieja presa y la central eléctrica de Los Toranes para recuperar el riego de estos huertos, es como pretender matar moscas a cañonazos.
Aunque impliquen algunos cambios, hay soluciones alternativas mucho menos lesivas para los huertos que han perdido el riego a causa de la extinción de los derechos de explotación de Iberdrola sobre la presa y la central eléctrica de Los Toranes.
Por todos estos hechos, solicitamos la suma de fuerzas y la cooperación del Gobierno de Aragón, la Confederación Hidrográfica del Júcar y la Diputación de Teruel, para encontrar una soluciones económicamente viables para mantener estos huertos agrícolas. Hay partidas de dinero en el presupuesto del Ministerio de Transición Ecológica que pueden cubrir estas necesidades.
6. Proteger el maravilloso ecosistema fluvial de Los Estrechos del Mijares
Han de eliminarse las agresiones medioambientales que recibe el río en esta zona para preservar y cuidar la vitalidad de Los Estrechos del Mijares, una de las joyas de la comarca Gúdar-Javalambre, integrada en la Red Natura2000 de la UE.
El desmantelamiento de la presa de Los Toranes abre la oportunidad histórica de convertir este tramo de río en una Reserva Natural Fluvial, tal y como se recomienda en las conclusiones del estudio hidrogeomorfológico coordinado por el profesor investigador Alfredo Ollero.
https://www.researchgate.net/profile/Alfredo_Ollero/publication/327915713_Planteamiento_de_actuaciones_de_mejora_fluvial_en_el_rio_Mijares/links/5c33ce80458515a4c7151756/Planteamiento-de-actuaciones-de-mejora-fluvial-en-el-rio-Mijares.pdf
7. No es competencia legal de Aragón declarar la presa como bien de interés cultural (BIC) para evitar su demolición
En boca de los argumentos demagógicos de algunos políticos aragoneses, muy poco conocedores de la leyes, se ha anunciado una eventual protección cultural de la presa de los Toranes. Este subterfugio de declarar la presa como parte del patrimonio cultural quiere impedir la recuperación ambiental del río mediante la eliminación de la presa de Los Toranes. Sin embargo, el Gobierno de Aragón carece de toda competencia legal sobre una presa que se encuentra en dominio público estatal. Hay jurisprudencia muy clara en este sentido por parte del Tribunal Supremo.
Una eventual protección de la presa de Los Toranes como bien histórico cultural por parte del Gobierno de Aragón, sería objeto de nulidad radical por incumplimiento del derecho en materia de dominio público hidráulico, cuya competencia es del Estado central. Además, la presa no tiene ni 100 años de antigüedad, es mucho más moderna, se terminó su construcción en 1954. La posible conservación del edificio de la central hidroeléctrica en el suelo municipal de Albentosa (a 5 Kms de distancia aguas abajo de la presa), que es algo más antiguo, no afectaría significativamente al río ni a la demolición de la presa.
8. ¿Agua por la cara? No, gracias
El agua es un recurso natural vital muy delicado por depender de la salud de complejos ciclos bioproductivos. El agua es un bien común escaso, no es un bien ilimitado, tampoco es gratis su consumo.
Por imperativo legal los regantes han de internalizar una parte del coste económico de las infraestructuras hidraúlicas. Cuando existen otras alternativas, no se puede dar rienda suelta a las demandas particulares del agua, que es un bien común de todos, cuando se niegan a asumir los costes económicos y carecen de amparo legal.
El embalse de Tosquillas, en el terreno municipal de Mora de Rubielos (Teruel), es un caso emblemático del desastre económico y ambiental implicado en las infraestructuras hidráulicas para riego sobre los cauces públicos. Este embalse de reciente realización responde a la una “reclamación histórica” en la zona para aumentar los regadíos. Sin embargo, a día de hoy las aguas almacenadas en dicho embalse están inutilizadas para los fines de riego que motivaron su proyecto. Este gran despilfarro del dinero público ha tenido un coste de obra de más de 13 millones de euros, tres veces superior al presupuestado, además de más de un millón de euros más para las obras anexas.
La previsión sobre el embalse de Tosquillas era el abastecimiento de riego para 450 hectáreas, pero a día de hoy esta estructura física fantasmal sobre el territorio no riega ni una hectárea. Los altos costes económicos del embalse han hecho que el canon de agua para los hipotéticos regantes, les resulte inaceptable.
Las leyes europeas y estatales de agua obligan “internalizar” una parte de los costes de las infraestructuras hidráulicas por parte de los usuarios y consumidores, con el objetivo de evitar la sobre-explotación de los acuíferos y los ríos y de fomentar un uso ambientalmente sostenible de los fondos públicos.
El agua no es gratis ni tampoco es un bien ambiental ilimitado. Esto es lo que ignoran totalmente quienes se niegan al desmantelamiento de la presa de Los Toranes para acceder al agua de riego gratuita que alimente la acequia del Diablo y otros regadíos.
El hipotético mantenimiento de la presa de los Toranes para el regadío, con las imprescindibles adecuaciones y obras millonarias de seguridad, medioambientales y de mantenimiento, implicaría un canon de agua para los regantes económicamente mucho más elevado que las inversiones técnicas necesarias para la toma de agua, por ejemplo mediante el bombeo solar.
9. Otra coartada económica y ambientalmente ruinosa: un embalse para los “truferos”
La demanda de riego para la trufa es hacer defensa de “utilidades” fantasiosas para una presa inútil por sus altos costes económicos y medioambientales.
No responde a un interés publico el querer mantener la obsoleta presa de Los Toranes apelando al regadío de los campos de encinas para la producción de trufas. Esta economía vive al vaivén de una demanda muy fluctuante e inestable en el contexto de una creciente competencia global.
Los propietarios “truferos” no están para muchas alegrías, puesto que la burbuja trufera está a punto de reventarse. La bajada del precio de la trufa es una tendencia que no solo obedece a la pandemia del covid19; en el último año ha pasado de 700 euros/kilo a 100 euros/kilo.
La economía del monocultivo de la trufa no es una apuesta creíble dotada de realismo y resiliencia para el reto demográfico de las zonas rurales y la “España vaciada”.
Detrás de estas propuestas para el regadío de la trufa hay intereses particulares especulativos muy concretos que han favorecido la explosión de la producción de trufa en la comarca. La sobreexplotación mediante el riego con pozos particulares que extraen agua de los acuíferos y repercuten en la pérdida de aguas subterráneas y su contaminación por los tratamientos con productos químico-industriales agrotóxicos, reduciendo la alimentación de ríos, fuentes y arroyos. El vallado de muchas hectáreas de explotaciones de trufa, especialmente en el municipio de Sarrión (Teruel), levanta barreras físicas artificiales a los corredores de biodiversidad, trocea los biotopos y evita el libre paso de fauna silvestre.
Además, la eventual extracción de agua de un embalse necesariamente implicaría un alto coste en dinero, sobretodo teniendo en cuenta que se trata del riego de campos agrícolas truferos que se encuentran a más de 1.000 metros de altura, y la presa de Los Toranes solo está a 810 metros. Este desnivel físico exigiría un importante gasto energético añadido para el bombeo de las agua del embalse.
10. La instrumentalización política de la presa de Los Toranes
En las últimas décadas no ha existido un interés oficial destacable, local o aragonés, para el aprovechamiento sobre la presa y la central hidroeléctrica de Los Toranes.
Durante los últimos 25 años ningún responsable político se ha acordado de esta vieja presa de Los Toranes para aumentar los regadíos. Este embalse no ha tenido solicitudes de agua por parte de alguna asociación de regantes, ni por parte de los productores de trufa. No se ha dado ninguna iniciativa para el uso del embalse de la presa contra los incendios. Tampoco ha habido interés por su valor histórico cultural y nadie la ha defendido como valor patrimonial hidraúlico.
Solo cuando se ha decidido el desmantelamiento de la presa de nula rentabilidad económica por parte del gobierno, han aparecido los cantos de sirena sobre sus supuestas “utilidades”. Estas voces de distinto color político esconden unos fines electoralistas que manipulan a la ciudadanía y se aprovechan de las necesidades de agua para el riego de huertos familiares.
Mucho más racional y eficaz sería abandonar cuanto antes estos coros que defienden el derroche de un bien medioambiental tan valioso y necesario para la prosperidad del presente y el porvenir, como es el río Mijares. Mucho mejor sería unirse en la búsqueda de soluciones conjuntas para la protección del río y de los riegos de los huertos familiares en el valle de Olba.
Olba (Teruel) 9 de enero de 2021