Mientras que en el pacto PSOE-Ciudadanos son muy concretos los compromisos adoptados para esta legislatura en torno a cuestiones económicas, financieras, territoriales y institucionales (con objetivos, plazos, indicadores y medios estipulados), en cambio los compromisos en ámbitos ambientales y energéticos son ambiguos, contradictorios, esquivos y muy insuficientes.
En las declaraciones de lucha contra el cambio climático no hay ninguna concreción en objetivos con indicadores claros, medibles y evaluables para la reducción de CO2 a lo largo de esta legislatura. Tan solo se habla de generalidades mediante declaraciones de principios abstractos, como son los “escenarios progresivos” y la promesa de “un sector eléctrico basado en las energías renovables en el 2050”. Limitarse a la presentación de una “memoria anual sobre la reducción de CO2” es sencillamente una medida ridícula que no ofrece garantía alguna de una política decidida ante el temible cambio climático.
En este acuerdo de gobierno se da la espalda a la grave crisis climática y ambiental en la que estamos y se renuncia a emprender una rápida transición energética hacia las renovables y a frenar la grave pérdida de biodiversidad. En dicho pacto se dan grandes contradicciones e incompatibilidades de fondo, entre la posible apuesta por un programa ambiental coherente y transversal y entre las prioridades económicas del programa común pactado entre PSOE-C's: de concentración empresarial con “medidas para aumentar el tamaño empresarial”, de fomento de la “internacionalización de la economía” con continuadas referencias a las prioridades económicas del “crecimiento”, la “competitividad” y la “productividad”. Conviene recordar también que las dos fuerzas políticas PSOE y C's apoyan el proyecto del nuevo tratado de libre comercio TTIP entre EE.UU y la UE que tendría enormes impactos negativos sobre el medio ambiente y el clima.
El pacto de investidura PSOE-Ciudadanos tira por la borda cualquier posibilidad real de avanzar en la lucha contra el cambio climático al apostar por la continuación de las subvenciones a la economía del sucio carbón como fuente de producción de electricidad en España, a pesar de que en el 2015 aumentó un 23% la quema de carbón, lo que ha provocado un aumento de las emisiones de CO2 del 4% en España. El cuerdo PSOE-C's apuesta por la continuidad del reflote público de la economía extractivista del carbón bajo un lenguaje tecnicista y oscuro: “la autonomía energética garantizando la seguridad de suministro que incluya la solución al consumo del carbón nacional contemplada en el Marco de Actuación acordado con las agentes sociales.. y el fomento de la combustión limpia”. Esta anacrónica opción contradice radicalmente los objetivos de reducción de emisiones contaminantes de CO2 de la UE y del reciente acuerdo de Paris (COP 21).
Mediante este acuerdo se quiere alargar más tiempo la innecesaria y muy contaminante producción eléctrica de la térmicas de carbón (provenga el carbón del exterior o de suelo “nacional”). También significa continuar con los privilegios de las subvenciones directas e indirectas a las empresas de extracción y quema del carbón. Este consenso extractivista del carbón de PSOE y C's se apoya en las falsas premisas de las empresas eléctricas del carbón que prometen una “tabla de salvación” para continuar con las mastodónticas subvenciones a esta cancerígena fuente energética: las insostenibles, peligrosas e ineficaces tecnologías de “carbón limpio” y de “secuestro de CO2”. La participación del carbón en el mix energético, con más del 20%, es el principal motivo del fracaso español en la reducción de las emisiones de CO2. Cruzar la linea de carbón es cruzar una linea roja ambiental clave.
En cambio, todos los grandes grupos ecologistas han exigido “la necesidad de tener un cierre programado de las centrales de carbón, ya que estos dos últimos años las emisiones de la electricidad con carbón han estado aumentando muchísimo”, y critican que “siga buscando recovecos para que España continúe produciendo electricidad del carbón”. (Ver aquí: http://www.energiadiario.com/publicacion/los-ecologistas-piden-el-cierre-programado-de-las-centrales-de-carbon/
También resulta llamativa la reciente “marcha atrás” dada por Podemos para acercar posiciones con el PSOE en las negociaciones previas a la votación de investidura de gobierno. Podemos abandona su anterior reivindicación programática de cierre progresivo de las centrales térmicas de carbón y deja atrás su posición en contra de las subvenciones que reflotan la actividad minera e industrial del carbón. Ahora Podemos sí apoya la continuación de las ayudas al carbón y apuesta por “sacar y quemar carbón” por “no existir alternativas” . (Ver aquí: http://www.lne.es/cuencas/2016/02/20/rectifica-apuesta-ahora-ayudas-carbon/1885883.html;http://www.diariodeteruel.es/noticia/70686/podemos-recula-y-admite-que-haya-ayudas-al-carbon-estatal).
A pesar de los tímidos avances del pacto PSOE-C's en el terreno ambiental (se apuesta por una moratoria sobre el fracking, por el cierre de las nucleares a los 40 años de vida y por la derogación de la ley del “impuesto al sol” y la ley de costas), se insiste en caducas políticas ambientalmente destructivas. Se apuesta por invertir en la interconexión energética con Francia a pesar del rechazo de las poblaciones afectadas por grandes impactos sobre zonas de los Pirineos con gran valor ecológico y favorece a las grandes eléctricas. Se afirma que se creará un fondo verde a partir de la fiscalidad ambiental pero no se concretan sobre qué actividades se aplicará, ni con qué fines ni cuales son las cantidades económicas a recaudar.
En cuanto del agua resulta clamoroso el silencio y la falta de toma de posición contra los transvases y la privatización del agua, también están ausentes los objetivos sobre la calidad del las aguas. No hay mención alguna sobre el maltrato animal ni sobre las subvenciones públicas a la tortura animal en los espectáculos festivos. Se habla en la letra del acuerdo de los requisitos ambientales para la contratación pública, pero no hay ninguna especificación sobre qué tipo de exigencias, ni sobre las metas concretas buscadas en datos, porcentajes, indicadores y plazos.
Desde una perspectiva ecologista el acuerdo de Gobierno PSOE-Ciudadanos sigue estando a años luz de lo que demanda la grave crisis ambiental que sufre España y el planeta.